Vol. 23 Núm. 1 (2020)
La sostenibilidad de un ambiente productivo y un ambiente natural depende del entendimiento de la distribución, uso y eficacia de reciclaje de los recursos del paisaje. Poder entender el equilibrio en los distintos niveles jerárquicos que lo componen nos dan una clara idea de como poderlos ya sea preservar o llevar a una productividad primaria neta óptima; ya sea para el foco de conservación, o uso por parte de la sociedad.
En ecosistemas naturales lo anterior implica llevar acabo inventario adecuados de la abundancia de las especies encontradas en un sitio, y entender las distintas relaciones y conectividades con el hábitat, y en su retrospectiva entender como el hábitat influye en el uso de los recursos por parte de las especies; lo anterior se vuelve crítico en ecosistemas insulares.
En ecosistemas productivos, en especial aquellos dedicados a la seguridad alimentaria, los requerimientos de cultivos se deben empatar con prácticas adecuadas que, aunque pueden estar enfocadas en costos, también puedan influir en la calidad del suelo al optar por opciones de carácter ambiental que busquen dar sostenibilidad al sustrato y a la vez incrementar producción. Es por eso que mejoras en sistemas de fertilización no solo tienen un objetivo económico en mente, sino aumentar la sostenibilidad en el tiempo de el sistema productivo y sus beneficios.
Elemer Briceño Elizondo, Ph.D.
Editor Académico (Editor Jefe)
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Escuela de Ciencias Exactas y Naturales
Universidad Estatal a Distancia, Costa Rica.