
UNED: REVALORACIÓN NECESARIA FRENTE A CAMBIOS HISTÓRICOS Y A TRES CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS DE SUS GRADUACIONES
MBA. HELLEN RUIZ HIDALGO Universidad Estatal a Distancia, Costa Rica
hruiz@uned.ac.cr
RESUMEN ABSTRACT Este artículo expone las transformaciones This article portrays the historical transformations históricas, en el mundo y en Costa Rica, desde in the world and in Costa Rica, since 1977, date 1977, fecha de creación de la Universidad
Estatal a Distancia (UNED), para acentuar of creation of the UNED, to emphasize how its cómo sus objetivos fundacionales adquieren foundational objectives acquire greater relevance mayor relevancia en las condiciones actuales; in the current conditions, when social gaps es decir, en un contexto en el que se han have been accentuated, the transcendence of acentuado las brechas sociales, acrecentado la having university studies and revolutionizing the
trascendencia de poseer estudios universitarios technologies proper to its educational modality y revolucionado las tecnologías propias de
su modalidad educativa. Existe un desfase have been revolutionized. There is a gap between entre estos procesos y el peso estratégico de these processes and the strategic weight of the la UNED, que permanece inalterado desde su UNED, which has remained unchanged since its fundación. El exitoso pero inacabado modelo foundation. Costa Rica's successful but unfi nished de internacionalización del país, inmerso como model of internationalization, immersed as it is
está, enla globalizaciónhaocasionadotambién in globalization, has also caused a loss of social pérdida de cohesión social. Con el análisis de los
perfiles de educación secundaria, procedencia cohesion. With the analysis of the profiles of socio-geográfica y género de sus graduados, se secondary education, socio-geographic origin enfatiza el rol de la UNED como política pública and gender of its graduates, the role of the UNED educativa de convergencia entre los contrastes is emphasized as a public educational policy socioeconómicos existentes. Se muestra así ofconvergence between the existing socioeconomic la pertinencia de la UNED y se aboga por la contrasts. This shows the relevance of the UNED and revalorización de su rol estratégico.
advocates the revaluation of its strategic role. PALABRAS CLAVE: UNED, EDUCACIÓN,
EDUCACIÓN A DISTANCIA, COHESIÓN SOCIAL, KEY WORDS: UNED, EDUCATION, DISTANCE POLÍTICAS DE CONVERGENCIA, MODELO DE EDUCATION, SOCIAL COHESION, CONVERGENCE DESARROLLO. POLICIES, DEVELOPMENT MODEL.
REVISTA NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN • Volumen 10 (1), 67-85 Enero - Junio, 2019
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INTRODUCCIÓN
Este artículo presenta un contraste entre las transformaciones socioeconómicas y tecnológi- cas que han ocurrido, en el mundo y en Costa Rica, desde 1977, fecha de fundación de la UNED, y el rol estratégico inmutable de esta, desde su creación. Desde las postrimerías de los años 70 del siglo pasado, Costa Rica asumió un giro en su modelo de desarrollo, abriéndose unilateralmen- te al mundo con un proceso de internacionali- zación reputadamente exitoso. Este cambio, sin embargo, también tuvo como consecuencia un agravamiento de las brechas sociales, territoriales, educativas y asociadas al género. Eso ha creado condiciones de mayores dificultades de acceso a la educación superior, lo que, en sí mismo, refuer- za la pertinencia del objetivo fundacional de la UNED, concebida con una modalidad educativa especialmente diseñada para facilitar el ingreso universitario a los segmentos con mayores obs- táculos de acceso.
Se discute que de dichos cambios históricos se podría plantear una revalorización del rol estra- tégico de la UNED. Tanto más en la Sociedad del Conocimiento, cuando el acceso a la educación superior se ha transformado en un elemento que ahonda las brechas sociales entre quienes tienen acceso a formación universitaria y los que que- dan excluidos de ella. La educación terciaria es factor decisivo de movilidad social.
Si bien es cierto, la pertinencia de facilitar el acce- so a la educación superior por medio de la mo- dalidad educativa a distancia se ha acentuado con el ahondamiento de las brechas y con el cre- ciente rol nivelador de la educación, la función propia de una institución debe ser demostrada más allá de su diseño y de sus intenciones. Por ello, es preciso estudiar y contrastar la relevancia de sus resultados, con los objetivos que persigue según el rol social para el que está diseñada.
Con este propósito, se analizan las gradua- ciones de la UNED como resultado educativo
sociodemográfico. Para ello, se abordan los prin- cipales obstáculos de acceso a la educación su- perior, tales como la deserción en secundaria o baja calidad en este nivel educativo, la proceden- cia de zonas de bajo índice de desarrollo relati- vo o de zonas alejadas y la forma en que dichas dificultades se ven agravadas con el factor de género. De ahí que se estudiaran tres caracterís- ticas sociodemográficas de las graduaciones de la UNED:
- Graduados que provienen de estudios de se- cundaria a distancia.
- Graduados de zonas de índice de desarrollo social (IDS) bajo y muy bajo.
- Mujeres graduadas y sus características sociodemográfi cas.
Con el análisis de esos tres aspectos de los per- files sociodemográficos de las graduaciones de la UNED, se mostrará la pertinencia de esta universidad para segmentos de población con especiales dificultades de acceso a la educación superior. Esa es otra justificación de la necesidad de revalorización del rol estratégico de la UNED.
En el mundo han tenido lugar transformaciones socioeconómicas y tecnológicas, a partir de la globalización, la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y el surgi- miento de la Sociedad del Conocimiento. Costa Rica se ha vinculado con esos procesos a partir de su exitoso, pero inacabado, modelo de desa- rrollo, centrado en una eficiente internacionali- zación que, al mismo tiempo, ha visto acentuar brechas en todos los órdenes de la vida, con con- siguiente pérdida de cohesión social. Estas trans- formaciones hicieron más trascendental la labor de la UNED, diseñada para responder a brechas y exclusiones que ahora son más perentorias y pu- sieron a su alcance un instrumental tecnológico
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de mucha mayor eficiencia que el que existía cuando nació.
De lo anterior, podría deducirse que también la prioridad de la UNED, como política pública, se debería haber actualizado, como pareciera co- rresponder. Es decir, en acordanza con el mayor peso de su necesidad y de la creciente relevan- cia de los medios tecnológicos para cumplir sus propósitos. A partir de esas circunstancias, se podrían plantear cambios en la proporción en la que participa del financiamiento estatal, en rela- ción con el de otras universidades.
Esto no ha ocurrido así. El peso relativo del pre- supuesto que se le asigna a la UNED ha perma- necido inalterado, con un 9% del Fondo Especial para el Financiamiento de la Educación Superior (FEES), que termina siendo un 7.51% que se des- tina a la función institucional. Eso denota que la visión del Estado sobre su peso estratégico no ha variado desde su fundación.
No es el único tema en el que Costa Rica se en- cuentra desacoplada frente a los desajustes inter- nos que provocó su desarrollo socioeconómico reciente. Se ha internacionalizado en su estra- tegia hacia afuera, pero no lo ha hecho de for- ma integral, con transformaciones estructurales hacia adentro (Govaere, 2018a). En los procesos educativos, asimiló solo parcialmente las tecno- logías de la información, con brechas que sub- sisten en la incorporación de su población a la Sociedad del Conocimiento.
Estos desfases señalan la necesidad de una ac- tualización de políticas complementarias para alcanzar un modelo de desarrollo más acabado, completo en su diseño, sistémico en sus alcances y socioeconómicamente integrado, para que se facilite la convergencia de sectores divididos por diferentes tipos de brechas (Beverinotti, Coj-Sam, y Solís, 2015; Ocampo, 2002).
Se ha señalado que un mejoramiento de la po- lítica educativa es una de las adecuaciones que
necesita el modelo de desarrollo de Costa Rica. La exposición de algunos matices de los perfi - les sociodemográficos de las graduaciones de la UNED 2013-2016 destaca su rol de nivelación so- cial para sectores excluidos o que están en parti- cular desventaja. Eso servirá para subrayar aspec- tos de eficiencia de la modalidad educativa que la UNED ofrece, como política complementaria de ajuste del modelo. Sin embargo, hasta ahora ha sido escasa la discusión de un replanteamien- to estratégico de la UNED.
Esta investigación secundaria, de carácter cuali- tativo, con referentes bibliográficos y estadísticos, demostrará que los perfiles sociodemográfi cos de las graduaciones de la UNED tienen capaci- dad ilustrativa para validar la modalidad educati- va a distancia de la UNED como una política pú- blica que ameritaría estudios más amplios de re- valorización, dentro de una estrategia-país, más holística en la necesidad de restaurar la cohesión social perdida.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
En 1977, el Estado de Costa Rica fundó la UNED, como una universidad cuya modalidad educati- va “a distancia” la orientó, específicamente, a fa- cilitar el acceso a la educación terciaria, en bene- ficio de segmentos de población cuya situación social, geográfica o de género les dificultaba el ingreso. Ese era el determinante estratégico del rol social de la UNED, en una Costa Rica que, en esos tiempos, tenía mayor cohesión social, baja desigualdad de ingresos, brechas sociales menos agudas y contrastes territoriales de menor im- pacto. Ese es el punto de partida para el examen del rol social de la UNED, en la situación actual.
Tomando como ejes de análisis, en primer lugar, literatura académica de referencia y, en segun- do lugar, publicaciones estadísticas de algunas características sociodemográficas de las gradua- ciones de la UNED, se intenta dar un inicio de res- puesta a dos interrogantes centrales:
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1. ¿Se mantienen inalterables o, más bien, se han agudizado, entre 1977 y 2019, las condiciones so- ciales de exclusión a la educación superior que sirvieron de soporte estratégico para la creación de la UNED? La respuesta a esta pregunta con- cierne a la pertinencia educativa vinculada con el agravamiento de las condiciones que dan origen a su modalidad.
2. ¿Se puede inferir de las características sociode- mográficas de las graduaciones de la UNED que su modalidad educativa responde a sus objeti- vos estratégicos fundacionales? La respuesta a esta pregunta concierne al grado de pertinencia educativa vinculada con los impactos propios a su objetivo fundacional.
La primera pregunta sirve de hipótesis de base. Para responderla, se realiza una amplia investiga- ción de abundantes referencias bibliográficas de soporte en la literatura académica. La segunda pregunta sirve de tesis central de este estudio y, para responderla, se realiza una investigación de diferentes fuentes estadísticas del Centro Investigación de Estadísticas Institucionales de la UNED y análisis, en particular de Informes del Estado de la Educación del Programa del Estado de la Nación.
A partir de esas estadísticas, de las que se extraen algunos perfiles historiográficos, se estudian tres perfiles sociodemográficos de las graduaciones 2013-2016 de la UNED, para valorar su impacto estratégico en sectores con desaventajados per- files educativos, sociales, territoriales y de género. Este estudio busca responder de forma más pre- cisa las siguientes preguntas:
- ¿responde la UNED su objetivo fundacional?
- ¿resaltan las características sociodemográfi cas expuestas de esas graduaciones el impacto potencial de la UNED en el mejoramiento de la cohesión social?
- ¿tiene particular pertinencia la UNED como política pública de convergencia?
AGRAVAMIENTO DE CONTRASTES SOCIALES EN COSTA RICA Y EL MUNDO
Cada vez aparecen más estudios (Jaurata, 1998; Ocampo y Martín, 2003; Serrano, 2005) que muestran que los procesos de inserción en el co- mercio mundial, a la par de buscados incremen- tos de riqueza, también conllevan secuelas ne- gativas sistémicas, produciendo brechas en sec- tores productivos, sociales y territoriales (Stiglitz, 2010; 2015).
Por una parte, están las ventajas que depara la globalización para sectores y territorios directa- mentevinculados con los procesos de internacio- nalización y, por otra, los abandonos a los que se ven sometidos sectores y territorios excluidos de sus ventajas o que caen, directa o indirectamen- te, bajo el peso de una menor competitividad. En esas disparidades aparecen escenarios de “gana- dores” y “perdedores”, donde se ve menoscaba- da la cohesión social. Ottone y Sojo (2007) con- trastan “aquel… anhelo de comunidad ante un escenario de globalización y transformaciones profundas, que muchos asocian con una mayor fragmentación social” (p. 11).
Cuando no han sido atendidos a tiempo, los con- trastes socioeconómicos derivados de la globali- zación han tenido efectos desestabilizantes. Así se muestra en algunos acontecimientos políticos recientes que se relacionan con formas imper- fectas de adecuación de los procesos de globa- lización a las condiciones de cada país. Desde hace más de diez años, el Estado de la Nación ha venido analizando esta situación en Costa Rica.
…nuevos sectores productivos, que con- forman lo que podría denominarse la “nue- va economía”, coexisten con los principa- les actores de la “vieja economía”… Así, el país tiene una economía fragmentada:
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importantes sectores de actividad son diná- micos y tecnológicamente avanzados; otros tienen escasa vitalidad y notables rezagos, y son además los que concentran a la mayo- ría de la población… (Programa Estado de la Nación, 2008, p. 321).
Aludiendo a los resultados de la primera ronda de las elecciones nacionales, de 2018 en Costa Rica, en un artículo de opinión, Govaere (2018b) afi rma:
Dos Costa Ricas se enfrentan con dos discur- sos y dos audiencias. El discurso culto, para un auditorio refinado, se estrella contra el desapego de la empresa informal, el empleo precario, la periferia excluida, la fallida instruc- ción técnica y la educación sin pertinencia laboral, cuando no truncada. La polarización electoral es el reflejo de esa otra polariza- ción: la social, la productiva, la educativa y la territorial. Esos continentes no calzan en un modelo de desarrollo con la vista puesta so- lamente en exportaciones. (Govaere, 2018b).
No se ahondará, en este artículo, en la profundi- zación de exclusión social en Costa Rica, ya que esa temática está académicamente muy estu- diada. Se alude acá solo a referencias que respal- dan ese criterio, tales como: dualidad productiva (Beverinotti et al., 2015; Ocampo, 2002) y brechas sociales vinculadas con la globalización (Govaere, 2018b; Roubini, 2016). Se ha hecho referencia a los dualismos nacidos de diferentes niveles de heterogeneidad característicos de la “moderni- dad inconclusa” de Costa Rica. Paralelamente, se presenta en estos estudios la necesidad de po- líticas públicas de contrapeso, referidas con fre- cuencia como políticas de convergencia, para al- canzar un modelo de desarrollo más acabado. Se consignan los más relevantes: la CEPAL, 2011; por la OIT, Alonso, 2016 y Salazar-Xirinach, 2014; por el BID, Beverinotti, 2016; el Banco Mundial, 2013 y, por la OCDE, Hausman et al., 1966.
INTRODUCCIÓN DEL CONCEPTO DE POLÍTICAS PÚBLICAS DE CONVERGENCIA
Con lo afirmado anteriormente, no se busca censurar, en sí misma, la apertura comercial ni el modelo de desarrollo que la ubica en un lugar central de las políticas públicas. Se constata, más bien, que los procesos nacionales de internacio- nalización necesitan de políticas públicas com- plementarias de acompañamiento para ejercer un contrapeso a los resultados socioeconómicos y regionales que polarizan.
Es una idea generalmente aceptada (Ocampo y Martín, 2003) que cuando los procesos de inter- nacionalización no son acompañados de políti- cas de contrapeso, que promuevan convergen- cia de oportunidades, se producen fisuras del tejido social. Estas grietas se manifiestan en di- vergencias políticas agudas y tienen como resul- tado sistémico la acentuación y endurecimiento de dualidades nacionales: desigualdad de ingre- sos, territorios de mayor o menor desarrollo, con- centración de la riqueza frente a estancamiento de los segmentos sociales de baja competiti- vidad e ingreso, diferencias de empleabilidad y de competitividad, dualidades productivas, etc. (Programa Estado de la Nación, 2008).
El concepto de “políticas de convergencia” se refiere a acciones estratégicas de Estado que contrarresten la heterogeneidad del dualismo generado con la incorporación imperfecta a la globalización. Se les llama “de convergencia” porque tienen como objetivo disminuir la pola- rización, reduciendo la desigualdad de ingresos, las brechas territoriales, las diferencias de oportu- nidades, de productividad y de capital humano.
Dentro de las diversas perspectivas se han ido acumulando muchas propuestas y aná- lisis, que conforman ya un acumulado de visiones que podrían servir de respaldo teó- rico para un cambio de políticas públicas, centradas fundamentalmente en la conver- gencia... Estas visiones de ninguna manera
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son “rupturistas” con las políticas públicas de comercio exterior, sino complementarias a ellas. Se tiene conciencia y se defi enden
los éxitos alcanzados, pero también se pro- ponen políticas públicas de convergen- cia… con planteamientos holísticos que perfeccionen el modelo. (Govaere, 2018a, p. 608; énfasis de la autora).
LA EDUCACIÓN COMO POLÍTICA PÚBLICA DE CONVERGENCIA
Ottone y Sojo (2007) consideran que la educa- ción forma parte decisiva de cualquier aproxi- mación integral a la restauración de la cohesión social; es decir, en palabras de Govaere (2018a) y la CEPAL (2011), “políticas de convergencia”. La educación es el factor más decisivo de enri- quecimiento del acervo de capital humano. Las desigualdades de ingreso, las brechas sociales y los contrastes territoriales al mismo tiempo se derivan de fuertes disparidades educativas y siempre las reproducen. La revolución tecnológi- ca acentúa aún más el rol de la educación en la Sociedad del Conocimiento, pero también crea nuevas brechas.
Existe consenso entre los autores de estimar la educación como política pública de promoción de convergencia estructural porque las brechas educativas acompañan siempre y son com- ponentes importantes de todas las formas de desigualdad. “Distintos estudios han mostrado que la educación es la principal causa del au- mento de la desigualdad en Costa Rica” (Trejos, 2015, p. 2). Con el surgimiento de la Sociedad del Conocimiento, ha estado aumentando el premio salarial para los trabajadores más educados.
(…) la educación surge como requisito tanto para que las personas puedan acceder a los beneficios del progreso, como para que las economías estén en condiciones de garanti- zar un desarrollo sostenido, gracias a la com- petitividad basada en el acceso a mayores
niveles de educación y capacitación (Arias y Muñoz, 2007, p. 35).
EL MODELO INCONCLUSO DE LA POLÍTICA EDUCATIVA DE COSTA RICA
La expresión “más maestros que soldados” tra- duce el valor nacional que tiene la educación dentro de su imaginario colectivo, como factor decisivo de movilidad social (Pérez, 2004). Eso le asigna un rol de convergencia en un entor- no de heterogeneidad.
En la primera mitad del siglo XX, los índices de educación de Costa Rica justificaban que la educación fuera parte emblemática de la autoestima colectiva. Costa Rica representaba, entonces, un paradigma latinoamericano. En el momento actual, la justicia de ese sentimiento no es tan evidente.
Cerca de 1990, Costa Rica se ubicaba entre los países con mayor equidad en la educa- ción. Una década más tarde pasa a una po- sición intermedia en la región y 20 años más tarde se ubica, junto al resto de los países centroamericanos en el grupo más desigual (Trejos, 2015, p. 6).
En 1990, Costa Rica era el cuarto país con mayor equidad en Latinoamérica. En el 2000, pasó a estar dentro del promedio. En 2010, solamente es mejor que los países centroamericanos. Eso muestra el menor avance relativo de Costa Rica en equidad educativa. El contraste más signifi ca- tivo es con Panamá, que ya se situaba en 1990 al mismo nivel de Costa Rica, mantuvo su posi- cionamiento relativo entre los cuatro países de mayor equidad educativa, en 20 años (Op. cit.). Actualmente, Panamá supera a Costa Rica.
Con todo y el considerable esfuerzo nacional en materia de oferta de educación superior; con 64 universidades, 5 públicas, 59 privadas, de las cuales 5 son internacionales y con una oferta de más de 1300 programas, el sistema de educación
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superior de Costa Rica tiene dos grandes fl aque- zas estructurales. Se trata de “la concentración de la presencia institucional en la zona urbana de la región Central y de la oferta académica en las áreas de Educación, Ciencias Sociales y Ciencias Económicas” (Op. cit., p. 248).
La dualidad del acceso a la educación superior se manifiesta en dos grandes fisuras: “las bre- chas de equidad por ingreso y por zona de pro- cedencia” (Programa Estado de la Nación, 2017, p. 255). Asiste a la universidad solo un 11.2% de los jóvenes de 18 a 24 años de menor ingreso, contra el 58.1% de los de ingresos más altos. Es decir, “La participación de los jóvenes de hoga- res de mayores ingresos es más de cinco veces la de los jóvenes de hogares de menor ingreso” (Op. cit., p. 255).
La inequidad educativa por ingresos se repite y acentúa con las brechas territoriales. El 63.6% de los jóvenes de 18 a 24 años provienen de la región central, pero esa población juvenil está sobrerrepresentada en la educación superior, con 76% de la matrícula. Mientras que el restante 36.4% de los jóvenes están dispersos en los te- rritorios periféricos, con muy baja y poco varia- da oferta educativa terciaria y componen solo el 24% de la matrícula universitaria.
Los jóvenes de familias del quintil de menor in- greso son el 18.6% de la población juvenil, pero son solo el 7.4% de la matrícula universitaria. Este y otros elementos de calidad, pertinencia, ac- ceso y exclusión educativa, abordados en otros estudios, plantean la necesidad de acciones co- rrectivas de las políticas educativas, para acortar brechas en modelo de desarrollo costarricense. El acceso a la universidad ocupa un lugar trascen- dental en estas acciones, porque en la sociedad del conocimiento, “los profesionales aventajan a la población de menor nivel educativo: tienen menor desempleo y subempleo, más altos ingre- sos y mayor formalidad en sus puestos de traba- jo” (Programa Estado de la Nación, 2017, p. 243).
Por todo lo anteriormente expuesto, la promo- ción educativa debe considerarse, en sí misma, una política de convergencia. Pero cada institu- ción de educación superior tiene desempeños que le son propios en la creación de capacida- des, enriquecimiento del capital humano y me- joramiento de la competitividad de las empresas domésticas. Todo ello contribuye, desde variados ángulos, a adelantar procesos de convergencia tanto social y productiva, como territorial.
EL DISEÑO ESPECÍFICO DE LA UNED PARA LA CONVERGENCIA EDUCATIVA
No todas las instituciones educativas son igual- mente idóneas para el objetivo de superar, de forma específica, las brechas de acceso a la edu- cación terciaria. Ese fue, para la UNED, el objetivo determinado desde su misma concepción. La modalidad de educación a distancia de la UNED tiene el potencial de un impacto más efectivo en poblaciones excluidas. A pesar de su bajo presupuesto y de sufragar con esfuerzo propio un tercio de sus costos operativos, la UNED brin- da una oferta particularmente atractiva para los segmentos sociales más urgidos de superación, donde la inequidad y la desigualdad golpean con más fuerza: territorios más alejados, estratos de menor ingreso, mujeres jefas de hogar.
Así lo consigna el Sexto Informe del Estado de la Educación (Programa Estado de la Nación, 2017). La UNED tiene solo el 6% de la matrícula total, pero absorbe el 10.1% de la población estudiantil de las zonas rurales y el 15.4% del quintil de me- nor ingreso, mostrando una clara especialidad en esos segmentos donde se concentra, precisa- mente, el impacto más grave de la heterogenei- dad estructural del país.
Cabe destacar diferentes contextos históri- cos entre las condiciones prevalecientes en el nacimiento de la UNED y las de la actualidad. Existía, entonces, “un ciclo virtuoso entre cre- cimiento económico y equidad social y en la
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construcción de una identificación colectiva con un proyecto nacional hegemónico” (Arias y Muñoz, 2007). Ese modelo entró en crisis y tuvo que ser sustituido. El nuevo modelo, sin embar- go, nació y sigue inacabado.
La UNED fue creada entre dos mundos, entre el final de un modelo de desarrollo que aún no mo- ría y el inicio de otro que aún no nacía. Dos ele- mentos enmarcaron su singularidad. El primero es ser “una institución de educación superior es- pecializada en enseñanza a través de los medios de comunicación social” (Ley 6044, art.1). El se- gundo, tener como objetivo primario y distintivo “Incorporar a la educación superior, con métodos idóneos y flexibles a quienes no hubieren podi- do incorporarse al sistema formal universitario” (Ley 6044, art. 2. c.).
Esas peculiaridades la definen como una univer- sidad destinada a ofrecer educación a poblacio- nes con dificultades de acceso, la determinan a utilizar medios de comunicación social y le con- ceden el uso de flexibilidad académica. Cuando se creó la UNED, la prevaleciente homogeneidad productiva y la economía tradicional de media- dos del siglo XX no habían convertido el acceso a la educación superior en una meta tan estratégi- ca, como lo es ahora. En aquella sociedad, el de- sarrollo personal y colectivo no estaba tan fuer- temente vinculado, al conocimiento como hoy.
La exclusión social tampoco acusaba los niveles de peligrosidad sociopolítica de esta época. La desigualdad de ingresos en Costa Rica, apenas uno de los componentes distintivos de la pola- rización social, ha ido aumentando sistemática- mente, en paralelo al desenvolvimiento del nue- vo modelo. El Índice de Gini, que mide la des- igualdad, en el que 0 valora la perfecta igualdad y 1, la total desigualdad, pasó de 0.38 en 1990 a 0.43 en 2001; luego, a 0.44 en 2009 y a 0.52 en 2016 (Arias, Sánchez, y Sánchez, 2009). Por eso, cuando nació la UNED, el rol estratégico que se le designó era diferente al que debería tener
ahora. La heterogeneidad social y territorial que se vive hoy convierte el acceso de poblaciones excluidas en problema político y económico de primer orden.
Desde el punto de vista de los medios a su al- cance, la creación de la UNED fue adelantada y prematura para sus tiempos. El pleno desarrollo tecnológico de facilitación de su modalidad a distancia llegaría después. La revolución tecno- lógica de las comunicaciones ofrece, a la moda- lidad a distancia, la posibilidad de optimizar su uso de “medios de comunicación social ”, preci- samente los que su ley de creación señala de su competencia especializada.
En estos tiempos, los “ganadores” o “perdedores” se definen también por el grado educativo al- canzado. En ese entorno, la UNED cobra toda su importancia, porque su facilitación de acceso a la educación superior para poblaciones excluidas es social y económicamente decisiva.
En resumen: en los tiempos actuales, las nece- sidades a las que responde la UNED son más agudas que nunca y los medios sociales de co- municación, de su especialidad, están en su mo- mento histórico culminante. En contraste con el desarrollo de estas condiciones, la conciencia de la ampliación de su rol estratégico no ha madu- rado, como debería corresponder.
La fractura fundamental (…) ya no viene determinada únicamente por el acceso a la propiedad de los medios de producción, ni siquiera por el factor de división en grupos de estatus determinado por las diferencias en el consumo. El acceso a la información, y a través de ella al conocimiento, condiciona hoy en mayor medida la división y la estrati- ficación social. (Barrenetxea y Cardona, 2002, p. 2).
De esa manera, aunque la UNED no fue origi- nalmente concebida como una política pública de carácter estratégico, la evolución histórica de
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Costa Rica, transformaría ese rol. Esto cuando la población objeto de su atención y los medios es- pecíficos de su acción actualizaran su rol social, con la potencialidad de convertirla en instrumen- to privilegiado de superación de brechas.
Sin embargo, esta universidad no ha visto que se ponga al día una actualización de la importancia creciente de su rol. Por ello, en mucho sigue sien- do visualizada como una universidad comple- mentaria, en pugna con la creciente importancia de la modalidad de educación a distancia y de los instrumentos tecnológicos para implemen- tarla. Ese desfase se manifiesta en los instrumen- tos de apoyo político y financiero que ha recibi- do, proporcionalmente invariables en el tiempo.
La relación de algunos perfiles sociodemográ- ficos de las graduaciones de la UNED muestra su relevancia para superar brechas estructurales específicas que atiende con particular tino. Eso aboga, adicionalmente, a los argumentos ante- riormente esgrimidos, en favor de la necesidad de actualizar su rol social.
Esta discusión, cobra particular relevancia, en es- tos momentos de crisis fiscal, cuando todo apun- ta a reducir gastos. Se analizarán algunos aspec- tos del perfil sociodemográfico de sus gradua- ciones para proponer exactamente la dirección opuesta, en el caso de la UNED.
PERFILES SOCIODEMOGRÁFICOS DE GRADUACIONES DE LA UNED DE- MOSTRATIVOS DEL DESEMPEÑO DE SUS OBJETIVOS
A pesar de contar con el más modesto presu- puesto de las universidades públicas, la UNED puede mostrar, sin embargo, en algunos perfi - les sociodemográficos de sus graduaciones, su desempeño para promover convergencia social. Para enfatizar esta contribución de la UNED a la superación de la heterogeneidad estructural, se
escogieron tres características sociodemográfi - cas de sus graduaciones:
- La proporción de estudiantes que provienen de estudios de secundaria a distancia.
- La proporción de graduados de zonas de IDS bajo y muy bajo.
- La proporción y características sociodemográ- ficas de las mujeres graduadas en la UNED.
Se escogieron esos perfiles porque los obstácu- los que más dificultan el acceso a la educación superior son, sobre todo:
- dificultad de acceso y baja calidad de la educa- ción secundaria
- provenir de zonas de bajo índice de desarrollo - vivir en zonas alejadas
- sumar a las condiciones anteriores, las desven- tajas propias de género: ser jefa de hogar, de bajo ingreso, con responsabilidades de cuido, desempleo, etc.
Servirá la exposición de esos perfiles como ex- presión del desempeño de la UNED como políti- ca pública estratégica en la promoción de proce- sos de convergencia social, económica, produc- tiva y territorial, con sus consiguientes resultados en el mejoramiento de la cohesión social.
En lo que sigue, los datos estadísticos de las graduaciones 2013-2016 de la UNED se to- man a partir de publicaciones del Centro de Investigación Estadística Institucional, bajo la au- toría de Zamora y Gatgens (2017 ) y de Zamora y Charpentier (2018).
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PRIMER PERFIL: ORIGEN EN SECUNDARIA A DISTANCIA DE GRADUADOS DE LA UNED
Una brecha educativa de importancia estratégica para superar otras similares es la que existe entre los que completan la educación secundaria y los que no. Después de completar secundaria, se da otra brecha, entre los que entran a la universidad y los que no lo hacen.
En 2016, el 47.4% de los jóvenes de Costa Rica entre 18 y 24 años no había completado secun- daria (Programa Estado de la Nación, 2017). Esa diferencia es mucho mayor si se desagrega se- gún nivel económico. En el quintil de mayores ingresos el 85% logra completar segundaria. En el quintil de menores ingresos, en cambio, solo el 30.8% lo hace. “La concentración de los quintiles superiores responde en parte a los patrones de fracaso en completar la educación secundaria, que es mayor en los estratos de menores ingre- sos” (Op. cit., p. 295).
En el acceso a la universidad el nivel económi- co provoca una brecha similar. Del segmento de menores ingresos entra a la universidad solo el 40% de los que completan secundaria, contra el 80% de los jóvenes del quintil de mayores ingresos (Op. cit., p. 255). La UNED comienza a combatir las dificultades de acceso ofrecien- do, desde secundaria, su modalidad a distancia. Adicionalmente, al no requerir Prueba de Aptitud Académica (PAA), elimina un filtro de acceso, que se adiciona a los obstáculos socioeconómicos y territoriales. Eso explica, en parte, por qué su matrícula de primer ingreso de 5612 en 2009 es semejante a la de la UCR, 5817, en el mismo año (Op. cit.).
En un entorno de creciente desigualdad en la distribución de la riqueza y con un sis- tema de educación secundaria que está lejos de lograr la universalidad, no es previ- sible que, sin cambiar las reglas de ingreso a la educación superior, las universidades
contribuyan a corregir las desigualdades de base. (Programa Estado de la Nación, 2011, p. 200).
El aspecto del perfil sociodemográfico analizado que se quiere destacar aquí, es la participación entre los graduados en la UNED 2013-2016 de 13% de varones y 15% de mujeres, que obtuvie- ron su bachillerato en la modalidad a distancia, modalidad que también ofrece la misma UNED. Este evento es especialmente ilustrativo si se toma en cuenta la movilidad interuniversitaria. No todos los jóvenes se gradúan en la universi- dad en la que originalmente se matricularon. En las otras universidades públicas, el 75% de estu- diantes que se gradúan lo hacen en la institución en la que se matricularon originalmente (Op. cit).
En la UNED no ocurre así. Solo el 21% de los jóve- nes que matriculan en la UNED logran graduarse en la UNED. El resto lo hace en otras universida- des. Por eso, que el porcentaje de graduados de la UNED con origen en secundaria a distancia sea de 13% de varones y 15% de mujeres es un elemento destacado que muestra cómo esta universidad abre oportunidades, desde secun- daria, a los segmentos sociales con difícil acceso a la educación. Muestra, también, cómo les sigue ofreciendo esa oportunidad hasta su graduación universitaria.
En esto conviene resaltar que, desde sus prime- ros años, la Universidad Estatal a Distancia enten- dió que su labor de atención a las personas ex- cluidas de la enseñanza universitaria comenzaba con jóvenes y adultos que no habían terminado la educación media. En efecto, el más importan- te motivo de exclusión de los estudios superiores es la falta de conclusión de educación media. De esa preocupación nació la labor de la UNED en secundaria.
Mediante un convenio con el Ministerio de Educación Pública, se estableció el Colegio Nacional de Educación a Distancia (CONED), como modalidad de educación secundaria a
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distancia. El CONED está bajo la responsabilidad de la UNED y tiene como propósito la proyec- ción de su metodología a la población excluida de la educación secundaria. Utilizando diferentes medios tecnológicos de información y comuni- cación, entrenando a los jóvenes en un aprendi- zaje autodirigido, autorregulado y autosufi ciente, cuando estos estudiantes entran a los estudios superiores, en la misma UNED, han adquirido un alto nivel de disciplina y se han adaptado a la modalidad a distancia, lo que les facilita su con- tinuidad y permanencia en el sistema y su éxito académico.
El CONED tiene 13 sedes distribuidas en todo el país y dedicadas a la educación secundaria a dis- tancia. Entre 2008 y 2018, graduó a 2152 bachi- lleres y reporta 4499 graduados de III ciclo de la educación general básica (CONED, 2019). La labor de la UNED en secundaria es coronada con la res- ponsabilidad que asumió de dirigir dos Colegios Científicos adscritos a ella, uno en Limón y otro en Alajuela. Ambos ganaron el Premio Nacional de la Excelencia Académica. El de Limón, en 2014 y el de Alajuela, en 2016. Ambos por haber obte- nido el mejor promedio en las seis pruebas na- cionales de Bachillerato.
SEGUNDO PERFIL: SOBRERREPRESENTACIÓN DE IDS BAJO Y MUY BAJO ENTRE LOS GRADUA- DOS DE LA UNED
“La distribución de recintos de la UNED cubre de manera similar todas las regiones” (Programa Estado de la Nación, 2017, p. 248); ese es el punto de partida para entender su impacto en zonas de menor desarrollo relativo. Debe entenderse que las brechas territoriales engloban y enmarcan to- das las fisuras sociales: desigualdades de ingreso, brechas educativas, menores oportunidades de empleo, disparidad de servicios, patrones meno- res de consumo, pocas iniciativas de emprendi- miento y, también, dificultad de acceso a la uni- versidad. De ahí, el gran significado que tiene el perfil territorial de las graduaciones de la UNED, con las poblaciones específicas a las que atiende en las regiones.
La relación de concentración-dispersión de los habitantes expresa estos contrastes, resultado de la dualidad económica. Las poblaciones tienden a congregarse en las zonas de mayor dinamismo y a abandonar las zonas deprimidas. En el 16.7% del territorio se aglutina el 62.2% de la población (Figura 1). En el 83.3% del territorio vive el 37.8% de la población restante, de forma generalmente
FIGURA 1
DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE POBLACIÓN REGIÓN CENTRAL Y REGIONES PERIFÉRICAS*




Fuente: Elaboración a partir de MIDEPLAN (2016)
*Nota: Región Chorotega (8%), Región Huetar Norte (8%), Región Huetar Atlántica (9%), Región Brunca (7%), Región Pacífico Central (6%)
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dispersa, con menores ingresos, mayor desem- pleo y escasos sistemas de soporte social y eco- nómico (MIDEPLAN, 2017, p. 43).
“Las brechas de equidad por ingreso y por zona de procedencia son una característica estruc- tural de la educación universitaria” (Programa Estado de la Nación, 2017, p. 255). Los hogares de mayor ingreso tienen cinco veces más opor- tunidades de tener hijos en la universidad que los de menor ingreso. Entre los jóvenes que ter- minan secundaria que provienen de hogares de menor ingreso, solo el 40% entra a la universi- dad, contra el 80% que desciende de hogares más ricos (Op. cit.). Bajos niveles de ingreso obs- taculizan dedicarse exclusivamente al estudio y la necesidad de trabajar es un filtro adicional de la modalidad presencial, que no existe en la modalidad a distancia.
A ese obstáculo económico se suman múltiples dimensiones de exclusión de los territorios de bajo nivel de desarrollo relativo. Un análisis de las graduaciones por regiones, según su Índice de Desarrollo Social (IDS), considera la superación de barreras de acceso que van más allá de la di- mensión económica. Esos “otros” componentes, agrupados en el IDS, brindan una perspectiva más sistémica de los obstáculos de acceso a la educación superior. El IDS bajo y muy bajo inclu- ye, además, el entorno más amplio de elemen- tos que dificultan procesos de aprendizaje, tales como el rezago de educación en las familias, fac- tor coadyuvante que demarca las posibilidades de completar la educación secundaria, lo que, a su vez, dificulta el acceso a la universidad.
Para ilustrar este punto, en 2010, un promedio del 8% de las familias tenía estudiantes en las universidades públicas. Pero si los jefes de hogar no tenían primaria, el porcentaje de participación universitaria bajaba hasta el 2%. En cambio, si los padres tenían secundaria completa, la posibili- dad de acceso a la universidad subía hasta el 12%. Las mejores posibilidades de acceso universitario
las tenían los jóvenes de familias con educación universitaria. Hasta el 16% de estas familias tenía hijos en la universidad (Programa Estado de la Nación, 2013).
En las graduaciones de la UNED 2013-2016, exis- te una sobrerrepresentación de estudiantes que provienen de zonas de IDS bajo y muy bajo. Es decir, su proporción de participación entre los graduados es mayor que la proporción de pobla- ción de zonas con esos IDS.
Si se considera la residencia de las personas, se- gún IDS, el 30.55% de la población del país se encuentra en distritos de IDS bajo o muy bajo y el 69.47% en distritos de desarrollo medio o alto. Se confirma, así, la alta concentración en zonas de mayor dinamismo económico y social. En contraste con esto, la proporción de graduados de la UNED, por origen según IDS bajo o muy bajo de sus distritos de residencia, es en todos sus grados académicos mucho mayor que su proporción poblacional.
En un análisis estadístico del perfil sociodemo- gráfico de las graduaciones de la UNED, Zamora y Charpentier (2017) constatan, de manera muy característica, una mayor participación de gra- duados de zonas de menor índice de desarrollo, especialmente mujeres (ver figuras 2 y 3). Tienen origen en distritos de bajo o muy bajo IDS el 45.9% de sus diplomados, el 54.3% de sus profe- sorados, el 42.2% de sus bachilleratos y el 37.9% de sus licenciaturas;
el 73.0% de las personas graduadas viven en cantones de Menor Desarrollo Relativo y, de forma más específica 44 de cada 100 personas graduadas residen en cantones de nivel bajo y muy bajo. Se observa que 74 de cada 100 mujeres graduadas vive en canto- nes de Menor Desarrollo relativo (Zamora y Charpentier, 2017, p. 17).
Se muestra un contraste. La proporción de gra- duados con origen de IDS bajo o muy bajo es
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FIGURA 2
DISTRIBUCIÓN DE PERSONAS SEGÚN IDS 2013 DEL CANTÓN DE RESIDENCIA


Fuente: Elaboración propia a partir de MIDEPLAN (2017)
FIGURA 3
DISTRIBUCIÓN DE GRADUADOS SEGÚN IDS 2013 DEL CANTÓN DE RESIDENCIA


Fuente: Elaboración propia a partir de Base de datos del cuestionario de personas graduadas 2013-2016. CIEI-UNED.

mayor que la proporción de graduados con ori- gen de IDS alto o medio. Eso se acentúa aún más, si se ponen esas proporciones en corresponden- cia con los pesos poblacionales de su origen por IDS. Todo ello muestra en los perfiles de las graduaciones de la UNED 2013-2016 un fuerte impacto como política afirmativa que favorece preferentemente a las poblaciones excluidas. Aquí resalta la huella convergente de la fuerza estratégica que tiene su modalidad educativa a distancia, porque potencia el desarrollo humano regional en las zonas más deprimidas y facilita la superación de brechas territoriales.
TERCER PERFIL: MUJERES ENTRE LOS GRADUA- DOS DE LA UNED
En Costa Rica se ha venido dando un incremen- to de la matrícula y las graduaciones de mujeres en todas las universidades, superando, en algu- nas ocasiones, las de los varones. La UNED, sin embargo, lo ha hecho con mucha mayor fuerza, alcanzando una matrícula del 63.83% de muje- res en 2017 (Figueroa y Gatgens, 2018). Un análisis historiográfico muestra la prevalencia de las mu- jeres en la UNED, tanto en la matrícula de primer ingreso de pregrado, como de posgrado (ver fi - guras 4 y 5).
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FIGURA 4
MATRÍCULA ANUAL DE ESTUDIANTES DE PRIMER INGRESO EN PREGRADO Y GRADO SEGÚN SEXO. 2005-2017
Fuente: Elaboración propia a partir de Anuario estadístico 2017. CIEI-UNED. 2018.

FIGURA 5
MATRÍCULA ANUAL DE ESTUDIANTES DE PRIMER INGRESO EN POSGRADO SEGÚN SEXO. 2005-2017
Fuente: Elaboración propia a partir de Anuario estadístico 2017. CIEI-UNED. 2018.

Más notable aún es el éxito académico de las mujeres que estudian en la UNED. La proporción de graduación de mujeres excede la proporción de mujeres graduadas en otras universidades. En la UNED, la graduación de mujeres entre 2013 y 2017 alcanzó un promedio de 75.2 %del total de graduados (Zamora y Charpentier, 2017). Es de- cir, tres de cada cuatro personas graduadas de la UNED son mujeres.
Lo anterior se traduce en que las mujeres en- cuentran en la UNED un entorno más acoplado a sus necesidades, porque desertan o cambian de universidad menos que los hombres. Este dato
explica su proporción diferente entre matrícula y graduación; mientras que las mujeres represen- tan el 60% en la matrícula son, en cambio, el 75% en las graduaciones. Los hombres, que alcanzan un 40% en la matrícula, en las graduaciones ven reducida su representación al 25% (Ver figura 6).
Sin embargo, ese resultado tiene una relación di- recta con las políticas universitarias de la UNED, de plena conformidad con sus objetivos insti- tucionales, lo cual se refleja en la proporción de becas académicas asignadas a las mujeres en comparación a los hombres. Analizando los datos del Anuario Estadístico 2017, del CIEI de la
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FIGURA 6
CONTRASTE DE LA PROPORCIÓN ENTRE MATRÍCULA Y GRADUACIONES SEGÚN SEXO. 2013-2017
Fuente: Elaboración propia a partir de Anuario estadístico 2017 y perfil de las personas graduadas. 2013-2017. CIEI-UNED. 2018.

FIGURA 7
BECAS ASIGNADAS POR SEXO. 2008-2017
Fuente: Elaboración propia a partir de Anuario estadístico 2017. CIEI-UNED. 2018.

UNED (Figueroa y Gatgens, 2018), la UNED asig- nó, entre 2008 y 2017, un promedio de 74% de sus becas a las mujeres; los hombres recibieron solamente el 26% de las becas estudiantiles. Curiosa esa relación de proporcionalidad entre becas y graduaciones.
La serie historiográfica de la asignación de be- cas de la UNED muestra, en la práctica, un ras- go constante de política afirmativa de género, aunque no exista dicha decisión como norma institucional (ver figura 7). Es preciso notar que la mayor proporción de mujeres graduadas (51.6%) lograron estudiar por medio de becas otorgadas
por la UNED. “Por su parte los hombres se fi nan- cian mayormente con fondos generados por ellos mismos (77.3%)” (Zamora y Charpentier, 2018, p. 19).
A pesar del significado que implica, como el empoderamiento profesional de las mujeres, la proporción de mujeres matriculadas, becadas y graduadas no lo dice todo. Cuando se trata de este sector de la población, la situación familiar se suma a los demás elementos de su perfil so- ciodemográfico, como obstáculo suplementario para alcanzar la educación superior. Entre las mu- jeres graduadas de la UNED, más que en otras
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universidades, es muy grande la proporción que no están casadas ni en unión libre y que son ma- dres solteras, en muchas ocasiones jefas de ho- gar que además trabajan.
En las graduaciones de la UNED se encuentra un perfil característico de mujeres que enfrentan ad- versidades que exacerban las propiamente vin- culadas con desventajas asociadas al género. Las mujeres graduadas completan algunas o todas las características de un perfil que describe el univer- so acumulado de las desventajas de género que, de forma realmente sistémica, encuentran salida educativa de nivel superior, en la UNED.
Las graduaciones de mujeres las muestran jóve- nes, entre 21 y 30, en un 49.5% años; de muy bajo ingreso por provenir el 16.2% de zonas de bajo y el 28.2% de muy bajo desarrollo; 46.9% son solteras; muchas de ellas madres, jefas de hogar. Además, 34.4% de las mujeres graduadas traba- jan y estudian.
Adicionalmente y para mejor precisar el signifi - cado que tiene la graduación en la UNED, “del total de las personas que están laborando al momento de graduarse, más del 50% señala que dicho trabajo y la carrera en la que se van a ti- tular tienen un grado total de relación” (Zamora, 2017, p. 29). Eso ofrece una mejor visualización de la riqueza que significó para todas esas mujeres haber tenido acceso a una opción educativa su- perior a distancia.
CONCLUSIONES
La Universidad Estatal a Distancia fue fundada en 1977, en una sociedad que tenía una cohesión y homogeneidad social mayor que la actual. Su ley creadora le asignó como objetivo incorporar a los estudios universitarios a quienes no habían podido hacerlo, a través de medios de comuni- cación social.
Desde entonces, y con la internacionalización de Costa Rica en la globalización, se han producido
cambios estructurales, caracterizados por duali- dades productivas y fuerte heterogeneidad en todos los órdenes de la vida común. La desigual- dad de ingresos y las diferencias contrastantes entre zonas con índices sociales de desarrollo han provocado pérdida de cohesión social. Crece la consciencia del carácter inconcluso del mode- lo de desarrollo costarricense.
La creación de la UNED fue una política educati- va previsora, pero no en la medida de prioridad que exigen las necesidades actuales. La hetero- geneidad del país, derivada de la internacionali- zación de Costa Rica, la transformación mundial de la importancia de la educación y la revolución tecnológica de la información y las comunicacio- nes, con la Sociedad del Conocimiento, son ele- mentos que abogan por un debate más amplio del rol social y del peso estratégico de la UNED.
Comolo consignandiversos autores, citados supra, existe cada vez más consciencia de la necesidad de diseñar e implementar políticas de convergen- cia para acortar los extremos de esta polarización. Se demandan, entre otras, políticas productivas internas, políticas sociales y educativas eficientes y desarrollo institucional más homogéneo.
De forma paralela al crecimiento de la heteroge- neidad nacional, en el orden mundial se ha pro- ducido una disruptiva revolución en las tecnolo- gías de la información y la comunicación, susci- tando lo que se ha dado en llamar la Sociedad del Conocimiento. Estos cambios tecnológicos introdujeron también nuevas brechas, lo cual hizo que el acceso a las universidades desarrolla- ra mayor importancia que cuando nació la UNED. Pero también que su modalidad a distancia cuen- ta con instrumentos tecnológicos más decisivos.
Al tiempo que, para el progreso humano, se hizo más decisivo que en el pasado el acceso a la universidad de poblaciones excluidas y que se han revolucionado los medios sociales para faci- litar dicho acceso, desde 1977 no ha cambiado, la visión de rol estratégico de la UNED, desde la
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perspectiva de los diseñadores de políticas pú- blicas. Eso es así, al menos, en la medida en que lo estático de las prioridades se expresa en la per- manente e inmutable proporcionalidad relativa de sus asignaciones presupuestarias.
Al analizar tres características sociodemográfi cas de recientes graduaciones de la UNED, aparece: (1) que una proporción significativa del origen educativo de sus graduados es de jóvenes con bachillerato en la modalidad a distancia; es de- cir, excluidos de la educación formal en institutos regulares de segunda enseñanza y rescatados al sistema educativo por la UNED; (2) que la propor- ción de sus graduados de zonas de IDS bajo y muy bajo es superior a la distribución poblacio- nal de esas zonas, mostrando el mayor impacto de su modalidad educativa en esos segmentos de población y (3) que las características socio- demográficas de las graduaciones de las muje- res, así como la proporción de su participación muestran la capacidad que tiene la UNED para enfrentar las desventajas de género.
En esas tres características se destaca la fuerza de convergencia de la UNED para equilibrar las asimetrías heterogéneas de Costa Rica. Esta fuer- za sería potencializada con un reforzamiento del rol social de la UNED, como política estratégica. Como se deduce de esta exposición, quedó ilus- trado el respaldo investigativo de literatura de re- ferencia y de estadística relevante de su hipótesis de partida y de su propuesta de tesis central.
Según se describió, a pesar de la gran inversión social y educativa de Costa Rica, el Estado no ha contrarrestado suficientemente los efectos ne- gativos de la globalización. Eso ha dado lugar a la creación de condiciones duales de variada na- turaleza en muchos órdenes de la vida común, menoscabando la cohesión social, condición de la más alta gravedad. Esta degradación de la cohesión necesita enfrentarse con políticas públicas estratégicas de restitución, especial- mente las educativas, ya que la educación es un
componente decisivo de movilidad social y, en ese sentido, de convergencia entre las brechas socioeconómicas creadas.
Deahí que el análisis de literatura de referencia y el estudio de estadística relevante permite respon- der positivamente a las preguntas metodológicas inicialmente diseñadas en el planteamiento del problema. Efectivamente, dentro de las limitacio- nes de su presupuesto, (a) la UNED responde su objetivo fundacional, ya que (b) en las caracterís- ticas sociodemográficas expuestas de sus gradua- ciones, resalta el impacto potencial que tiene la UNEDcomopolítica de inclusión restaurativa de la cohesión social, consus contribuciones educativas a la superación de las brechas socioeconómicas, territoriales y de género existentes. Eso (c) muestra la particular pertinencia de la UNED como política pública de convergencia.
En esta misma línea de pensamiento, se reco- mendarían futuras investigaciones estadísticas y de campo para abordar esta temática con análisis y cuestionarios específicos recabados de fuentes primarias, abordando cada uno de estos perfi les. Sería, por ejemplo, recomendable un estudio so- ciodemográfico de las mujeres graduadas de la UNED, desde secundaria hasta su situación labo- ral actual.
En resumen, se ofrecen los perfiles estadísticos institucionales de esas graduaciones para validar, al menos parcialmente, la modalidad educativa a distancia, tal como es emprendida y promovida por la UNED. Esto es, como una política pública que ameritaría estudios más amplios de revalori- zación dentro de una estrategia-país más holísti- ca para restaurar la cohesión social perdida.
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Recibido:13 de agosto de 2018 Aceptado:05 de marzo de 2019
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