El
desempeño de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, COVID-19 y la Costa Rica
Bicentenaria
José Rodrigo Rojas-Morales1, Eric
Montero-Miranda2, Fernando Campos-Calderón3
1.
Académico Investigador. Universidad Nacional. Heredia, Costa
Rica, jose.rojas.morales@una.cr
2.
Universidad Estatal a Distancia, San José, Costa Rica, emonterom@uned.ac.cr
3.
Estudiante de maestría del Instituto Centroamericano de
Administración Púbica, alocc13@gmail.com
RESUMEN:
Costa Rica fue el primer país del mundo en comprometerse con el
cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A cinco años de
la adhesión voluntaria, luego de dos informes voluntarios y en medio de la
pandemia COVID-19, se efectúa un estudio sobre el desempeño de los ODS y los
retos de cara a la Costa Rica bicentenaria. Para ello se recurre a un análisis
de entorno PESTAL y a una matriz de evaluación de cumplimiento. Los resultados demuestran que
el país mantiene avances en los objetivos 2, 3, 7, 12, 13, y 15; en tanto que
existen rezagos en los ODS 1, 6, 8, 11, 14 y 16. Si bien el cumplimiento de los
objetivos se ha visto comprometido por la pandemia, hay condiciones
preexistentes que magnifican los pasivos y deudas ambientales. Además de
medidas relacionadas con políticas monetarias y reactivación económica, se
deben promover proyectos de ordenamiento territorial, movilidad eléctrica e
independencia del petróleo, así como soluciones basadas en la naturaleza como
hoja de ruta para la gobernanza y desempeño de los ODS.
Palabras clave: Objetivos de Desarrollo Sostenible, PESTAL, COVID-19,
Costa Rica Bicentenaria.
ABSTRACT The Performance of Sustainable Development Goals,
COVID-19, and Costa Rica Bicentennial
Costa Rica was the
first country in the world that commit the Sustainable Development Goals (SDG).
Five years after this engagement, two voluntary reports and actual effect of
global outbreak, this study aims to measure the performance of the SDGs, the
effects of COVID-19 and the challenges facing the bicentenary of Costa Rica. A
PESTEL environment analysis has been applied and a compliance assessment
matrix. Regarding the results, the country keep on progress in SDGs 2, 3, 7,
12, 13, and 15; in contrasts showed
delays in goals 1, 6, 8, 11, 14 and 16. While is true that the performance of
the SDGs can be affected by the pandemic; it is also correct that we identified
historical issues broaden some environmental obligations. In addition to
financial policies and economic reactivation steps, it should be promoted
projects for national land planning, electromobility, reduction of use of
fossil fuel, as well nature-based solutions as route map for governance and of
SDG performance.
Key words: Sustainable
Development Goals, PESTEL, COVID-19, Costa Rica Bicentenary.
Recibido: 27 de setiembre
de 2020 Aceptado: 05 de noviembre de
2020
Introducción
En las últimas décadas la humanidad ha
experimentado importantes rezagos en términos de acceso y distribución de la
riqueza, desarrollo económico y humano y conservación ambiental efectiva (PNUD,
2018; 2019; PNUMA, 2018). Existen al menos tres factores principales que
explican estos complejos fenómenos globales: incapacidad de ejecutar lo
establecido en políticas públicas para reducir impactos sobre los ecosistemas,
pérdida en el acceso a bienes y servicios por un aumento generalizado de la
degradación ambiental y una marcada divergencia en brechas sociales debido a la
dificultad de conectar el desarrollo humano con la Agenda 2030 (Banco Mundial,
2018; Kalantari et al. 2019, Rodrigo-Cano et
al., 2019;).
Estos tres factores, también son desafíos de un entorno complejo de sociedades
con diversas necesidades y que coexisten en un ecosistema hiperconectado y más
interdependiente que nunca.
Bajo este contexto, emergen una serie de
complejidades y retos relacionados con la urgencia de procurar un desarrollo
sostenible en armonía con el entorno (sensu Aguado et al., 2009;
Hepburn et al. 2020) que además
supere paradigmas y conflictos geopolíticos, barreras sociales y
económicas. Para resolverlos, es urgente
pasar a las acciones e intentar frenar los efectos de fenómenos de mega escala
como el calentamiento global y la desertificación (Leal Filho et al., 2019; Nerini et al., 2019). Como indica Leal Filho et al., (2019), es apremiante reducir
las emisiones de gases de efecto invernadero, solucionar los sistemas de
transporte, y proteger los servicios ecosistémicos que provienen de la
naturaleza, mientras se fomenta desarrollo económico basado en soluciones
resilientes. Bajo este contexto, la Agenda 2030, representa el mayor y
más integrado esfuerzo que tiene la humanidad para luchar contra la pobreza y
la desigualdad, promover la educación y la salud y proteger el medio ambiente.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, constituyen una oportunidad
estratégica para garantizar la existencia del ser humano, sin dejar a nadie
atrás (Gamboa-Bernal 2015; Sanahuja 2015; Gil 2018).
Costa Rica y la Agenda 2030
Costa Rica fue el primer país del mundo en
reafirmar el compromiso colectivo para alcanzar los ODS, con una estructura de
gobernanza y con un decreto ejecutivo para la medición de desempeños (MIDEPLAN,
2017) (Figura 1). El
decreto establece cuatro niveles funcionales de Coordinación Política: 1.
Direccionamiento y Asesoría Técnica; 2. Coordinación e Implementación; 3.
Consulta y 4. Rendición de Cuentas. Además, propone un conjunto de métricas
para el seguimiento de compromisos (Espinach, 2017; ICAP,
2020; Estado de la Nación, 2019 y MIDEPLAN, 2017, 2020).
Sobre la estrategia operativa, el Consejo de
Alto Nivel de los ODS, identificó tres macro acciones prioritarios sobre las
que se interrelacionan los 17 ODS (MIDEPLAN, 2017 y 2020). Estas macro acciones
son el combate a la pobreza, producción y consumo sostenible e infraestructura
y comunidades sostenibles (Figura 2).
Figura 1. Hoja de ruta
de eventos internacionales y nacionales en desarrollo sostenible. Fuente:
Elaboración propia, 2020.
Figura 2. Macro acciones para el seguimiento
de ODS. Fuente: Elaboración propia, 2020
Desempeño de
los ODS, el efecto COVID-19 y Costa Rica Bicentenaria
En 2017 y 2020, Costa
Rica presentó dos Informes Nacionales Voluntarios (MIDEPLAN 2017, 2020). Estos reportes presentan las
estrategias, iniciativas, programas o políticas sobre el avance en la
implementación de los ODS. En 2017, el país mostró esfuerzos por corregir la ruta
para el cumplimiento de metas, sin embargo, carecía de un aparato estadístico e
indicadores para computar avances concretos. El segundo informe, destaca un
buen nivel de cumplimiento en algunos ODS, otros siguen tendencias correctas y
algunos necesitan más intervención de políticas públicas debido a sus rezagos.
Desde el primer informe hay un alineamiento entre Plan Nacional de Desarrollo
(PND) y los ODS. Este alineamiento incluyó planes nacionales de energía,
estrategias de descarbonización de la economía y cambio climático, así como
acciones para el alivio de la pobreza como el plan puente al desarrollo y el
bono proteger.
La integralidad de la
Agenda 2030 se ha visto comprometida por la llegada de la COVID-19 (Leal-Filho et al., 2020;
Oldekop et al., 2020). Los ODS, como otras iniciativas globales de
sostenibilidad ambiental, corren el riesgo de quedar rezagados ante la
necesidad de buscar la estabilización económica nacional o internacional
(Navarro, 2020). La pandemia visibilizó problemas estructurales del modelo
económico local y retrasó planes institucionales y corporativos relacionados
con responsabilidad y desempeño socioambiental, confirmando la necesidad de
formular programas y estrategias para una Costa Rica post COVID-19. El gobierno
ha utilizado presupuestos extraordinarios, nuevos impuestos y ha convocado
préstamos para disponer de recursos financieros alternativos para enfrentar
esta pandemia. Dado que la prioridad son los esfuerzos económicos para contener
la situación sanitaria, lo esperable es un retardo en acciones concretas de la
Agenda 2030 y el surgimiento, o el reforzamiento, de nuevos pasivos y deudas
ambientales generadas por la forma histórica en que se ha gestionado el
territorio, los recursos y el patrimonio natural. Con base en estos antecedentes, el
objetivo de este artículo es analizar el efecto de la pandemia sobre el
desempeño de los ODS, así como los retos y oportunidades que tiene la agenda de
sostenibilidad hacia la Costa Rica del Bicentenario.
Metodología
La propuesta metodológica se basó en evidencia
documental sobre el desempeño que Costa Rica ha demostrado en el cumplimento de
los ODS, así como en el efecto regresivo causado por la COVID-19. La
investigación siguió una serie de acciones sistemáticas ordenadas en fases (Figura
3). La primera fue la selección de los ODS sujeto de investigación, el criterio
adoptado fueron los resultados del segundo informe voluntario de la Agenda 2030
(MIDEPLAN, 2020). Posterior a la selección, cada uno de los ODS fue evaluado
comparando o contrastando literatura y consultas en bases de datos
especializadas. Para la evaluación de los estándares de desempeño se adoptaron
resultados publicados por Schmidt-Traub et al., (2017), Nhemachena et
al., (2018), Miola & Schiltz (2019) y Chodakowska & Nazarko (2020).
La tercera fase consistió en la aplicación de un análisis situacional mediante
el uso de una herramienta PESTAL (áreas de análisis por sus siglas: Política,
Económica, Social, Tecnológica, Ambiental y Legal) (sensu Prieto, 2015 y Song et al., 2017) (Cuadro 1). Esta
herramienta permite identificar, organizar y analizar factores específicos para
cada área propuesta y como pueden afectan el desempeño de los ODS en el
escenario de la pandemia COVID-19 (Yüksel, 2012, Issa et al., 2010).
Figura
3. Ruta metodológica para análisis del desempeño de ODS. Elaboración propia,
2020.
Adicionalmente,
a cada uno de los componentes del método PESTAL se le aplicó una valoración
semi-cuantitativa, el resultante numérico se transformó en valores cualitativos
en tres categorías: avance, rezago o estabilidad (detalles en Cuadro 1).
Cuadro
1. Matriz de evaluación basada en el PESTAL
|
ODS
|
Aspectos
|
Impacto
|
Ponderado
|
Estado /condición
|
Referencias
bibliográficas utilizadas como respaldo
|
|
Político
|
Aspecto
1
Aspecto
2…
|
+1
/ -1
|
|
Avance/
Estable / Rezago
|
|
Económico
|
Aspecto
1
Aspecto
2…
|
+1
/ -1
|
Avance/
Estable / Rezago
|
|
Social
|
Aspecto
1
Aspecto
2…
|
+1
/ -1
|
Avance/
Estable / Rezago
|
|
Tecnológico
|
Aspecto
1
Aspecto
2…
|
+1
/ -1
|
Avance/
Estable / Rezago
|
|
Ambiental
|
Aspecto
1
Aspecto
2…
|
+1
/ -1
|
Avance/
Estable / Rezago
|
|
Legal
|
Aspecto
1
Aspecto
2…
|
+1
/ -1
|
Avance/
Estable / Rezago
|
Con
los resultados de la matriz del cuadro 1, cada aspecto del PESTAL se transformó
en un dato cuantitativo para representar la calificación del desempeño y el
cumplimiento de cada ODS (detalles en Cuadro 2).
Cuadro
2. Clasificación general del impacto
|
Impacto
|
Clasificación
|
|
-1
|
Aspecto negativo
|
|
+1
|
Aspecto positivo
|
Luego
de la clasificación cuantitativa del impacto, se aplicó una sumatoria simple al
ponderado de los aspectos positivos y negativos. Como se muestra en la
siguiente fórmula y se resume en el Cuadro 3.
Donde:
asignación de valor del impacto (-1 o +1)
impacto positivo o negativo
cantidad de impactos
Cuadro
3. Ponderado de los aspectos positivos y negativos de cada ODS
|
Ponderado
|
Criterio
|
|
-1
|
|
|
+1
|
|
|
0
|
|
Luego
se estimó el estado o condición de cada ODS siguiendo la propuesta que se
presenta en el Cuadro 4.
Cuadro
4. Estado o condición final de cada ODS
|
Estado / Condición
|
Criterio
|
|
Rezago
|
menor al 50% del ponderado
|
|
Estable
|
Igual al 50% del ponderado
|
|
Avance
|
mayor del 50% del ponderado
|
Finalmente,
se realizó un balance general para estimar la condición global del ODS, para
ello se utilizaron tres estados y tres escalas de valoración que se muestran en
el Cuadro 5.
Cuadro
5. Balance general de la condición de los ODS.
|
Estado / Condición
|
Escala de valoración
|
|
Rezago
|
0
|
|
Estable
|
5
|
|
Avance
|
10
|
|
|
Balance general
|
Sumatoria de la valoración de cada aspecto
PESTAL
|
|
Excelente
|
60
|
|
Muy bien
|
41-50
|
|
Bien
|
31-40
|
|
Regular
|
21-30
|
|
Mal
|
11-20
|
|
Muy mal
|
0-10
|
|
RESULTADOS
En el Cuadro 6 se muestra un
análisis comparativo de los dos informes voluntarios que Costa Rica ha
presentado sobre la Agenda 2030. El informe de 2017 es un reporte preparatorio,
carece de métricas y sin línea base, mientras que el de 2020, es contundente
sobre los avances en algunos ODS 2, 3, 7, 12, 13, y 15; y rezagos en otros (1,
6, 8, 11, 14 y 16). El análisis
documental confirma que, por falta de una estructura estadística de métricas,
el informe de 2017 omitió detalles sobre los ODS 4, 7, 8, 10, 11, 12, 13, 15 y
16.
Del análisis
cualitativo, Cuadro 6, se detectan rezagos, traslados de responsabilidades e
incumplimientos de planes, programas y proyectos en varios ODS. Tal heterogeneidad sugiere al menos tres
posibles escenarios de análisis. Primero, desde la adhesión a la Agenda 2030,
no se han tomado las acciones correctivas, presupuestos obligatorios para
cumplir con los criterios y parámetros que exige este compromiso internacional.
Segundo, crece la lista de pasivos (deudas) ambientales históricamente
irresueltas y tercero el efecto de cisne negro, que generó la COVID-19, ha
desviado la trayectoria del desempeño global de esta agenda. Los tres efectos provocan incertidumbre sobre
la magnitud y dirección de los esfuerzos que deben hacerse para recobrar un
estado de situación, al menos, similar antes del azote pandémico.
En el
cuadro 7 se presentan los resultados del análisis PESTAL vs ODS. Solo dos (17%)
de los objetivos tienen un entorno PESTAL con un balance general “excelente”.
En la categoría de “muy bien” tenemos tres y cuatro en “bien”. Solo el ODS 16 tiene un desempeño “malo”. Finalmente, con el propósito de
representar gráficamente estos resultados globales, se generó un esquema tipo
tree-map para graficar jerarquía y similitud de los ODS analizados (Figura 4).
El tamaño de la caja refleja la cantidad de aspectos identificados, mientras
que la escala de colores simboliza el nivel de desempeño. Del
análisis PESTAL, los aspectos del entorno político y legal son los que muestran
un mayor avance nacional, los mayores rezagos se observan en los indicadores
sociales (Cuadro 7 y Figura 4). 
Cuadro
7: Síntesis del balance general a partir del análisis PESTAL para cada ODS
evaluado.
|
ODS
|
P
|
E
|
S
|
T
|
A
|
L
|
Valoración
|
Balance general
|
|
1
|
Avance
|
Estable
|
Rezago
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
45
|
Muy
Bien
|
|
2
|
Avance
|
Rezago
|
Rezago
|
Estable
|
Rezago
|
Avance
|
25
|
Regular
|
|
5
|
Avance
|
Avance
|
Rezago
|
Rezago
|
Avance
|
Avance
|
40
|
Bien
|
|
6
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
60
|
Excelente
|
|
7
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
Rezago
|
Avance
|
50
|
Muy
bien
|
|
8
|
Avance
|
Rezago
|
Rezago
|
Estable
|
Avance
|
Avance
|
35
|
Bien
|
|
11
|
Avance
|
Rezago
|
Rezago
|
Avance
|
Rezago
|
Avance
|
30
|
Regular
|
|
12
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
60
|
Excelente
|
|
13
|
Avance
|
Avance
|
Rezago
|
Estable
|
Estable
|
Avance
|
40
|
Bien
|
|
14
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
Rezago
|
Rezago
|
Avance
|
40
|
Bien
|
|
15
|
Avance
|
Estable
|
Rezago
|
Avance
|
Avance
|
Avance
|
45
|
Muy
Bien
|
|
16
|
Avance
|
Rezago
|
Rezago
|
Rezago
|
Rezago
|
Avance
|
20
|
Mal
|
Figura
4. Desempeño de los ODS según los avances y rezagos obtenidos mediante el
análisis PESTAL.
DISCUSIÓN
Al margen de que se
hayan identificado rezagos en el desempeño de algunos ODS, no puede omitirse
los esfuerzos y acciones nacionales para el cumplimiento de las metas de cada
indicador (MIDEPLAN 2020), donde, Costa Rica es el país con mejores índices a
nivel Centroamericano. Recientes informes de la CEPAL (2018, 2020) señalan,
que, en todos los países de la región, existe un compromiso jurídico con
ejercicios de planificación de mediano o largo plazo, que muestran consistencia
con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En avances específicos, con base en
la evidencia disponible se comprueban progresos en acciones para reducir el
hambre (ODS 2), la capacidad del sistema de salud (ODS 3), el acceso a energía
renovable limpia y baja en emisiones de gases de efecto invernadero (ODS 7),
acción climática para mejorar la resiliencia país (ODS 13) y mejora de la
agenda forestal sostenible (ODS 15) (Figura 4). Pese a lo indicado, muestran
importantes aplazamientos la hoja de ruta de ciudades sostenibles (ODS 11) y la
conservación de ecosistemas y vida marina (ODS 14) (MIDEPLAN, 2017, 2020).
Adicionalmente, el efecto COVID-19, como se ha sido confirmado en otras
latitudes, se ha transformado en un vector propagador de distorsiones
temporales, con efectos de largo plazo, sobre la ejecución de objetivos
relacionados con aspectos sociales y económicos, generando lastres en el
mejoramiento de índices de pobreza, acceso a agua y trabajo decente (PNUD,
2020; PNUMA 2020). Los impactos
inmediatos de la pandemia sobre los ODS, en el ámbito nacional e internacional,
son evidentes. Los presupuestos se están enfocando en respuestas sanitarias, en
el entendido de que es impostergable la inversión para mitigar los efectos
pandémicos (Loayza, 2020; Oldekop et al., 2020).
A nivel de capacidades
estadísticas, el país ha mejorado sustancialmente desde el primer informe en
2017 (MIDEPLAN, 2017), lo que ha permitido tener una mejor estimación del
cumplimiento de indicadores de cada ODS. El segundo informe voluntario
evidencia una mayor inversión en el combate a la pobreza, dejando un menor
porcentaje de inversión en los ODS relacionados con la producción y consumo
sostenible (MIDEPLAN, 2020). Los ODS 11, 13 y 17 se han visto favorecidos por el
aumento de proyectos multilaterales de cooperación internacional (MIDEPLAN,
2020).
El análisis PESTAL
detectó que el cumplimiento de los ODS muestra una tendencia positiva en
políticas y normativas (Cuadro 7), evidenciando la robustez de la estructura
jurídica instalada en el país. Sin embargo, también se observan desafíos
mayores en ODS que se relacionan con justicia y paz, inseguridad ciudadana,
violencia doméstica y combate del crimen organizado (MIDEPLAN, 2020). A pesar
de que el balance integral del análisis PESTAL arroja un desempeño de los ODS
de bueno a muy bueno (Figura 4), persisten deficiencias
en ODS relacionados con lo económico y social. Sumada esta brecha con el
panorama financiero actual, donde se ha estimado un crecimiento negativo del PIB
y un aumento de la pobreza de hasta en un 29% (PNUD, 2020), así como un
incremento del desempleo, que para unos es un 20% y para otros un 24%
(Estadísticas y Censos Nacionales, 2020). Al margen del dato exacto, es
inminente que la COVID-19 ha magnificado retrocesos en índices económicos.
Lo observado a nivel
nacional se repite internacionalmente, el ODS 1 es el de mayor afectación
global (Fischedick & Schneidewind, 2020; Hasanli & Safarova, 2020, Klemeš et al., 2020, Loayza, 2020;
Yoshino et al., 2020). Sin embargo, depende de las capacidades del país para
atender las necesidades sanitarias con el fin de evitar escaladas de conflictos
sociales internos que desmejoren el cumplimiento del ODS 16 (PNUD, 2020a, b). Por otro lado, algunos autores mencionan
descenso de emisiones a nivel planetario, así como efectos positivos sobre los
ODS 13, 14 y 15 (Fischedick & Schneidewind, 2020; Hasanli & Safarova,
2020). Estos son efectos puntuales y no necesariamente significan cambios
sostenidos o alteraciones que contribuyan a modificar el cambio climático.
Finalmente, a pesar de las iniciativas para el
alcance de las metas de los ODS, Costa Rica sigue en deuda con mega-pasivos
ambientales históricos, que preexisten a la pandemia y que afectan negativamente
el desempeño general de la Agenda 2030. La historia reciente revela que somos
ineficientes en erradicar impactos ecológicos graves (como el caso Crucitas, la
pesca de arrastre, el desaleteo de tiburones o los monocultivos en áreas
protegidas) y frenar conflictos socioambientales (como el proyecto Agua para
Guanacaste-PAACUME, cultivos de Cannabis y narco-deforestación en humedales)
que nos alejan del principio de justicia ambiental y nos desvían de la ruta
hacia el desarrollo humano sostenible. Como si fuera poco, hay evidencia
publicada de que seguimos extendiendo la huella ecológica (crecimiento
demográfico y las emisiones del sector transporte), que no hemos reducido los
niveles de emisiones de gases de efecto invernadero y que desconocemos los límites
de captura y capacidad de carga de poblaciones naturales, especialmente las
marinas (ELN, 2019). A pesar de contar
con políticas, leyes, acuerdos, convenios y estrategias ambientales, es
pertinente fortalecer su ejecución, monitoreo, evaluación o revisión, asimismo,
es apremiante reforzar mecanismos de coordinación interinstitucional e
intersectorial en dimensiones como ambiente, energía, mares y ordenamiento
territorial. Se debe fomentar la evaluación permanente de lo ejecutado para el
cumplimiento y mejora continua de la Agenda 2030.
CONCLUSIONES
Costa Rica ha transitado, desde la Cumbre del
Milenio en 2000 hasta recientes COPs, por una senda de mejora continua en la
institucionalidad democrática y en el aprovisionamiento de recursos para la
salud, la protección social, acceso universal a la educación y en desarrollo
sostenible. Ante el embate del COVID-19 esta agenda se ha aplazado ante la
premura de contar con recursos financieros, infraestructura y logística para
solventar la emergencia sanitaria.
Al margen de lo indicado, los 17 ODS son la
máxima aspiración del diseño del mundo que todos queremos, cada objetivo
propone soluciones a desafíos globales y son compromisos que han sido adoptados
y asumidos, con la mayor responsabilidad, por instituciones públicas, privadas
y sociedad civil. Por lo tanto, la evaluación del desempeño nacional de los
indicadores de cada ODS es transcendental para la toma decisiones sobre la
forma en que vamos a enfrentar las primeras décadas del bicentenario. La
identificación de riesgos por incumplimiento de la agenda sostenibilidad, sin
duda forman parte de la hoja de ruta de las acciones que Costa Rica debe
emprender post pandemia. La construcción de la visión país de frente al
bicentenario indudablemente está en riesgo. Se requieren detalladas y
periódicas evaluaciones, de manera que sea posible identificar y cuantificar
las consecuencias de las alteraciones e incumplimientos, nos quedan 10 años
para lograrlo.
Finalmente, la COVID-19 nos demostró lo frágil
que es nuestra agenda para la sostenibilidad, es preciso fomentar la
resiliencia económica, social y ambiental. La recuperación económica, post
pandemia, es uno de los retos más importantes para recobrar la senda del
desarrollo nacional. Los planes de rescate fiscal deben incluir, innovación,
soluciones basadas en la naturaleza, principios de la economía azul,
tecnologías verdes, energías renovables y una fuerte acción por el clima. Esto
generaría oportunidades para reconfigurar las actividades económicas y sociales y fomentar una transición resiliente
del actual paradigma de desarrollo. Es esencial conocer cuál es la visión
país y la imagen ecológica de las próximas décadas.
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