Seguimiento de las trayectorias vocacionales de las personas graduadas durante 2016-2021 de la Universidad LCI Veritas desde la teoría de construcción de carrera y diseño de vida

Tracking the vocational pathways of graduates during 2016-2021 of LCI Veritas University from the theory of career construction and life design

Monitoramento das trajetórias vocacionais dos formandos de 2016-2021 da Universidade LCI Veritas a partir da teoria de construção de carreira e projeto de vida

Raquel Bulgarelli Bolaños

Universidad LCI Veritas

San José, Costa Rica

raquel.bulgarelli@veritas.cr

ORCID: https: //orcid.org/0000-0002-8811-9625

Recibido – Received – Recebido: 23/11/22 - Corregido – Revised – Revisado: 08/05/23 - Aceptado – Accepted – Aprovado: 25/05/23

DOI: https://doi.org/10.22458/ie.v25i39.4520

URL: https://revistas.uned.ac.cr/index.php/innovaciones/article/view/4520

Resumen: El presente artículo es resultado del seguimiento de las trayectorias vocacionales de las personas graduadas durante el 2016-2021 de la Universidad LCI Veritas, el objetivo general fue describir la trayectoria vocacional de esta población, desde la teoría de construcción de carrera y diseño de vida. La metodología fue desde un enfoque cuantitativo y un diseño transversal de tipo descriptivo, la muestra fue probabilística estratificada por asignación proporcional (n=480) y se utilizó como instrumento un formulario digital. Los resultados indican que, de la muestra, la mayoría se encontraba en condición de rezago al momento de la graduación, la media del rendimiento académico es 87. Más de la mitad no trabajó mientras estudió, alrededor de la mitad continuó estudiando luego de su graduación y la mayoría desean vincularse a la universidad; además, la tasa de ocupación es alta. De las personas ocupadas, la mayoría trabaja para el sector privado, no posee puestos de jefatura, tiene un solo empleo y percibe estabilidad, satisfacción, relación del trabajo con la carrera y aporte de la carrera para conseguir empleo. Se concluye que la trayectoria vocacional se caracteriza por rezago académico, pocos espacios de práctica profesional durante la formación, alto rendimiento académico, deseo de vinculación con la universidad, índices positivos de satisfacción laboral, estabilidad laboral, relación con la carrera e ingresos; pero permeada por un porcentaje de desempleo potenciado por la crisis económica producto de la pandemia. Por lo cual, se recomienda reformar las mallas curriculares, continuar potenciando el proyecto de prácticas profesionales y formalizar el servicio de Orientación Profesional.

Palabras claves: Orientación profesional, enseñanza superior, graduado, empleo y profesión

Abstract: This article is the result of the follow-up of vocational pathways of the graduates during 2016-2021 of LCI Veritas University, and the general objective was to describe the vocational trajectory of this population, from the theory of career construction and life design. The methodology was from a quantitative approach and a descriptive cross-sectional design, the sample was probabilistic stratified by proportional allocation (n=480) and a digital form was used as an instrument. The results indicate that the majority of the sample was lagging behind at the time of graduation, the average academic performance was 87. More than half did not work while studying, about half continued studying after graduation and most of them want to go to university; besides, the employment rate is high. From those who are employed, most work for the private sector, do not hold managerial positions, have only one job, and perceive stability, satisfaction, career-job relationship, and contribution of the career to employment. It is concluded that the vocational pathway is characterized by academic lag, few spaces for professional practice during training, high academic performance, desire to be linked to the university, positive indices of job satisfaction, job stability, relationship with the career and income; but permeated by a percentage of unemployment enhanced by the economic crisis resulting from the pandemic. Therefore, it is recommended to reform the curricula, continue strengthening the professional internship project and formalize the Professional Guidance service.

Keywords: Career guidance, higher education, graduate, employment and profession.

Resumo: Este artigo é o resultado do monitoramento das trajetórias vocacionais dos graduados durante 2016-2021 da Universidad LCI Veritas, o objetivo geral foi descrever a trajetória vocacional dessa população, a partir da teoria da construção da carreira e do projeto de vida. A metodologia foi de abordagem quantitativa e desenho transversal descritivo, a amostra foi probabilística estratificada por alocação proporcional (n=480) e um formulário digital foi usado como instrumento. Os resultados indicam que, da amostra, a maioria estava atrasada no momento da graduação, o desempenho acadêmico médio é de 87. Mais da metade não trabalhou enquanto estudava, cerca de metade continuou estudando após a graduação e a maioria quer ir para a universidade; além disso, a taxa de emprego é alta. Dos que estão empregados, a maioria trabalha no setor privado, não ocupa cargos de gerência, tem apenas um emprego e percebe estabilidade, satisfação, relação com o trabalho e a contribuição do diploma para o emprego. Conclui-se que a trajetória vocacional é caracterizada por defasagem acadêmica, poucos espaços para a prática profissional durante a formação, alto desempenho acadêmico, desejo de estar vinculado à universidade, índices positivos de satisfação no trabalho, estabilidade no emprego, relação com a carreira e renda; mas permeada por um percentual de desemprego potencializado pela crise econômica decorrente da pandemia. Por essa razão, recomenda-se reformar os currículos, continuar a fortalecer o projeto de estágio profissional e formalizar o serviço de Orientação de Carreira.

Palavras chiave: Orientação de carreira, ensino superior, pós-graduação, emprego e profissão.

INTRODUCCIÓN

La educación superior tiene la responsabilidad de formar a las personas profesionales del país. Esa tarea no termina en el evento de graduación de sus estudiantes, sino que debe ser una actividad permanente de las casas formadoras, por tanto, el seguimiento de la trayectoria vocacional de sus personas graduadas tiene el objetivo no sólo de reconocerse, sino de formar una comunidad de profesionales que se apoyan entre sí para el crecimiento individual y colectivo, así como para retroalimentar la acción sustantiva de las universidades en las mallas curriculares de los diferentes planes de estudio. Los estudios de seguimiento de las trayectorias vocacionales de las personas graduadas brindan una visión general del alcance de la educación superior, pues el éxito profesional en relación con las competencias formadas durante su educación superior es un indicador de mejora continua. Agostini, Trapé, Spretz, París y Weisburd (2013, p. 219) definen estas acciones de seguimiento como “una acción investigadora que tiene relación con el análisis y reformulación curricular, al tiempo que se articula con los requerimientos nacionales que determinan la calidad educativa”.

Precisamente, la investigación que nutrió el presente artículo, se realizó bajo el marco de los esfuerzos institucionales de la Universidad LCI Veritas, centro de educación superior costarricense especializado en carreras de diseño arquitectónico, audiovisual y de producto, por alcanzar y por mantener acreditaciones por parte de SINAES (2009), institución que da fe de la calidad de universidades públicas y privadas, lo cual, de acuerdo con el Programa Estado de la Nación (2021, p. 262), ha sido un desafío, ya que “los esfuerzos para asegurar la calidad de la educación superior han tenido avances muy lentos”.

De hecho, la investigación se realizó tomando en cuenta algunos criterios de la evaluación de SINAES (2009): como evidencias de que las carreras contribuyen a preparar a los futuros graduados para su quehacer profesional, un sistema de información acerca de esta población, información actualizada acerca del mercado laboral de sus disciplinas y la inserción laboral de sus personas graduadas, oportunidades de actualización profesional y acciones de vinculación y seguimiento.

Por tanto, la investigación no sólo tiene una utilidad institucional para cumplir con los criterios de calidad en su educación, sino que también sus resultados trascienden en conocer la realidad específica de profesionales en diseño, en carreras donde no necesariamente cuentan con investigación, lo cual responde a uno de los retos identificados en el último Informe del Estado de la Educación: “la necesidad de contar con más y mejores indicadores del quehacer universitario que permitan documentar mejor sus resultados, (…) es urgente para el país superar la opacidad de información sobre el quehacer del sector universitario privado” (Programa Estado de la Nación, 2021, p. 287).

Además, investigar el tema ayudó a mejorar la planificación educativa y las decisiones administrativas de las escuelas para facilitar el aprendizaje de competencias relacionadas al mercado laboral actual, lo cual beneficiará en el futuro al estudiantado regular, en especial al 10% de estudiantes (dato suministrado por el departamento de financiero de la Universidad LCI Veritas) que actualmente cursan sus carreras gracias a un préstamo de la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (CONAPE), quienes deben pagar su préstamo al concluir sus estudios o su contrato de estudios, por lo que necesitan una educación superior que les asegure aprender competencias profesionales para conseguir y mantener un empleo estable.

De hecho, estos resultados beneficiaron a la población egresada también, pues dio un panorama claro de su deseo de vinculación, específicamente en cuanto a los beneficios, las acciones y las capacitaciones. Por último, la investigación no sólo se justificó, sino que también fue totalmente viable, ya que se contó con la disponibilidad del tiempo, los recursos (materiales y humanos) y el acceso a la población.

Aunque es la primera vez que se investiga acerca del seguimiento de las trayectorias vocacionales de personas graduadas en la Universidad LCI Veritas, este tipo de estudios se ha realizado antes nacional e internacionalmente. Para empezar, a nivel nacional, Araya et al. (2012) estudiaron la condición laboral de personas graduadas bajo una metodología mixta, cuyos principales resultados indican que la mayoría de su población trabaja especialmente en el sector público y la necesidad de actualizar los planes de carrera a partir de la información arrojada por su seguimiento.

Ahora bien, el principal exponente nacional es el Consejo Nacional de Rectores (CONARE), específicamente desde el Observatorio Laboral de Profesiones (OLAP), el cual realizó un seguimiento de las personas graduadas entre el 2014 y el 2016 de universidad públicas y privadas en los grados de bachillerato y licenciatura, bajo un método cuantitativo. Según CONARE (2020), los principales hallazgos de este estudio giraron en torno al perfil socioeconómico (mujeres jóvenes, habitantes del Valle Central, con progenitores sin estudios y provenientes de colegios públicos), perfil académico (promedios de satisfacción con la universidad y continuación de estudios altos) y condición laboral (trabajaban cuando estudiaban, alta satisfacción laboral y desempleo universitario más bajo en comparación con el nacional).

El estudio anterior es un antecedente relevante, ya que inspiró el presente artículo, y es el actual referente a nivel nacional en cuanto a condición laboral de personas universitarias graduadas, sin embargo, no representa la realidad de la Universidad LCI Veritas. En primer lugar, porque no analiza carreras como Animación Digital, Diseño de Modas, ni las realidades de los técnicos superiores universitarios; en segundo lugar, el perfil socioeconómico varía considerablemente en cuanto a los estudios de progenitores y colegio de procedencia (dato suministrado por el departamento de Admisiones de la Universidad LCI Veritas); y, por último, la muestra de población privada no es representativa: sólo el 0,02% (21 personas) de la muestra total es de graduados de universidades privadas en las áreas de estudio en donde se encuentran las carreras de la Universidad LCI Veritas (CONARE, 2020).

A nivel internacional, en Sudamérica y en España han publicado sus investigaciones en cuanto al seguimiento a graduados, los principales hallazgos son: la necesidad de contar con políticas de seguimiento de graduados. Estos seguimientos deben evaluar la relación entre estudio y trabajo, las competencias adquiridas y el tipo de trabajo de las personas egresadas (Schifrin, 2015). Los seguimientos a graduados deberían ser coordinados institucionalmente con cooperación de cada unidad académica (Morueta et al, 2015). Conseguir y mantener un empleo satisfactorio tiene relación con la formación recibida (Quispe et al., 2016; Rodríguez et al., 2017; Salazar y Camarena, 2019).

En resumen, no se encontraron antecedentes enfocados en carreras de diseño, ni en el ámbito de la educación superior privada y no se analiza el fenómeno desde una perspectiva vocacional. En relación con los vacíos encontrados en los antecedentes, el posicionamiento teórico de esta investigación es la teoría de construcción de carrera y diseño de vida, ya que esta teoría se basa en la premisa de que el mundo laboral está lleno de incertidumbre y el éxito depende de la adaptabilidad de la persona para ser flexible y diseñar su vida a partir de trayectorias personales.

De acuerdo con esta teoría, la adaptabilidad se enfoca en desarrollar cuatro competencias: la planificación, la toma de decisiones, la exploración y la resolución de problemas. Por tanto, se espera que una persona graduada: se proyecte a futuro, planifique metas vocacionales, tome decisiones de manera autónoma, regule sus comportamientos en función de la construcción de su carrera, posea la curiosidad y la motivación por buscar oportunidades de su entorno, posea un nivel de autoeficacia alto y aplique sus competencias para resolver con éxito los problemas (Álvarez y López, 2018).

Así, el seguimiento de las trayectorias vocacionales de las personas graduadas debe corresponder a entender la historia de la persona y cómo ha diseñado su vida en relación con su carrera, por eso es tan importante que desde la educación superior se aplique el diseño de vida. El diseño de vida es, en síntesis, un modelo de trabajo constructivista, en el cual se le brinda el rol protagónico al significado que la persona graduada le da a su comportamiento vocacional, preguntándose, según Savickas (citado por Navarro, 2022, p. 5), ¿cómo quieres ser? y ¿cómo debo diseñar mi vida para alcanzar eso que aspiro para mi vida?” Es un modelo que explica la construcción de la trayectoria vocacional de la persona graduada desde procesos personales y flexibles, a partir de la toma de decisiones relacionadas con experiencia y la identidad de esta.

Ahora bien, de acuerdo con Campos (2015), citado por Sepúlveda, Turra y Zavala (2017, p. 19), es posible definir las trayectorias vocacionales como la “creación dinámica en la que los diversos elementos que hacen parte de la historia personal se van integrando y configurando en la construcción de la vocación a lo largo de la vida”. Es decir, son las decisiones que construyen paso a paso su carrera desde su elección hasta su puesta en práctica al emplearse, no como una suma de títulos académicos o trabajos, sino como la historia de vida de la persona.

En relación con lo anterior, las universidades deben aplicar esfuerzos para garantizar un servicio de orientación laboral que contemple la teoría de construcción de carrera y diseño de vida para garantizar una vinculación con personas graduadas. Este servicio no sólo debe ayudar a la búsqueda de empleo, sino que también (tal como lo explica el Sistema Nacional de Intermediación, Orientación e Información de Empleo, SIOIE [2010], citado por Jiménez [2017, p. 9]) facilite que la comunidad graduada reflexione “sobre su situación laboral, tomen decisiones sobre sus proyectos ocupacionales y actúen de forma autónoma en la búsqueda de empleo” desde la intermediación laboral y la formación para el empleo; es decir, que trabajen su empleabilidad.

De acuerdo con Murillo (2018, p. 53), la empleabilidad es “una respuesta que las personas construyen para hacerle frente a las diversas demandas del contexto laboral, es la capacidad por medio de la cual las personas intentan asimilar los constantes cambios del medio laboral para intentar de nuevo volver a cierta estabilidad”. De hecho, Orellana (2018, p. 282) considera que la empleabilidad se debe establecer “como resultado e indicador de calidad de la educación sobre el empleo de los graduados”.

En definitiva, la vinculación universitaria con personas graduadas cobra especial importancia, si se parte del hecho que una de las principales funciones de la educación superior es preparar ciudadanos capaces de enfrentar de manera profesional los retos de la sociedad desde sus puestos de trabajo. Además, que el mundo laboral es cada vez más incierto, en consecuencia, de acuerdo con Navarro (2022, p. 3), “exige ver la carrera no como un compromiso de por vida con un solo ente empleador, sino como servicios de venta y una cartera de habilidades para una serie de entes empleadores que necesitan proyectos completados”.

De hecho, Jiménez (2017, p. 5) explica que el fenómeno del trabajo se está caracterizando “por una mayor flexibilidad, por una disminución de la estabilidad laboral y por la mayor visibilidad de otras modalidades de trabajo distintas al empleo”. Estas nuevas variables del mundo laboral hacen que sea necesario que el seguimiento de las trayectorias vocacionales de las personas graduadas se analice desde varios ángulos. Según Sepúlveda, Turra y Zavala (2017), los factores que influyen las trayectorias vocacionales son los siguientes: físicos (género, edad, barreras de aprendizaje y participación), psicológicos (intereses, aptitudes, motivaciones, valores ocupacionales, entre otros), determinantes académicos y determinantes contextuales. Es importante aclarar que, al tratarse esta investigación del seguimiento de las trayectorias vocacionales de las personas graduadas, se tomará como base los dos últimos factores.

Los determinantes académicos se definen como “actividades pedagógicas que las instituciones educativas organizan para orientar la elección académico profesional del alumnado, currículum específico, tareas de formación y asesoramiento, servicio de orientación escolar, así como el rendimiento académico” (Sepúlveda, Turra y Zavala, 2017, p. 32). En este sentido, es muy importante entender qué tanto el plan de estudios elegido ha aportado a la trayectoria vocacional de la persona graduada en el ámbito profesional y cómo fue ese transito académico, tanto en rendimiento académico durante su paso por la Universidad LCI Veritas como su proceso de educación permanente.

Se entiende por rendimiento académico como el producto cuantitativo que la persona estudiante construye durante un tiempo académico específico, el cual se evalúa de forma cuantitativa y cualitativa para demostrar que se alcanzan las competencias de una malla curricular y se comunica, normalmente, de manera cuantitativa por medio de promedios en las calificaciones a base de 100 (Estrada, 2018). A nivel universitario, para el seguimiento de las trayectorias vocacionales de las personas graduadas no hace falta considerar la interrupción de estudio como un factor, ya que se parte que la población cumplió con su proyecto académico, pero si es muy importante considerar el tiempo que el estudiantado graduado necesitó para sacar su plan de estudios.

En relación con lo anterior, existen dos conceptos básicos: el logro y rezago académico. El primer concepto se entiende como el cumplimiento del plan de estudios de su carrera académica en el tiempo establecido en su malla curricular y la condición de rezago como el cumplimiento del plan de estudio de una carrera universitaria en mayor tiempo del establecido en su malla curricular. Estas condiciones pueden tener influencia en las trayectorias vocacionales, pues las personas graduadas en condición de logro suelen mostrar mayor capacidad para planificar de manera realista, tomar decisiones vocacionales y explorar oportunidades desde una conducta vocacional permeada por una alta autoeficacia (Bulgarelli et al., 2017).

Ahora bien, los determinantes académicos no se enmarcan sólo en el tiempo universitario, sino que se circunscriben en la educación permanente, en especial, con personas graduadas que necesitan verse “inmersas en procesos de aprendizaje a lo largo de sus vidas, promoviendo el desarrollo de competencias sociolaborales, que les permitan movilizarse dentro de sus contextos sociales” (Jiménez, 2017, p. 5). La educación permanente surge como respuesta al desarrollo profesional continuo de las personas graduadas, en donde, tal y como plantea Alvarado et al. (2021), se amplía la formación obtenida en la etapa inicial con tendencias innovadoras o bien se fortalecen competencias profesionales.

Esta educación permanente se realiza desde la andragogía o la ciencia de facilitar procesos de aprendizaje para la persona adulta. Según Alonso (2012), la andragogía se basa en que la persona adulta es autodirigida, en que en los procesos de aprendizaje se debe tomar en cuenta las experiencias previas y los aprendizajes deben tener una implicación práctica para facilitar motivación, por lo que la educación por competencias se vuelve indispensable.

De acuerdo con Huerta et al. (2017, p. 86), la educación por competencias es un sistema de formación integral, mediante “un programa educativo que utilice un proceso de planificación, ejecución, evaluación y gestión de un proyecto educativo que fomente el dominio de una serie de competencias que se traducen en un conjunto de desempeños que evidencian el dominio del saber, saber hacer y saber ser”. Es posible fomentar la empleabilidad desde la facilitación de competencias profesionales, en otras palabras, el fomento de “la manifestación de varias competencias puestas en juego en el ejercicio del trabajo. Estas son: la competencia técnica, la competencia metodológica, la competencia social y la competencia participativa” (Servicio Ecuatoriano de Formación Profesional, 2015, p. 11).

Por otro lado, en cuanto a los determinantes contextuales, que para efectos de este estudio se concentrarán en el contexto laboral, según Cepero (2009), citado por Sepúlveda et al. (2017, p. 36), son las “variables que influyen en la vida de la persona, y dependen de la riqueza de las vivencias que ella tenga en su medio sociocultural”. Estos mismos autores mencionan algunas de estas variables: mundo laboral, deseabilidad vocacional, polivalencia o diversidad de roles laborales, distintos niveles de formación, recursos económicos, oportunidad de estudios y trabajo, entre otras.

Como se ha mencionado anteriormente, el mundo laboral está lleno de un mar de incertidumbre, cambios e inestabilidad, lo cual permite a la persona graduada diseñar sus trayectorias de manera más flexible y con una diversidad de oportunidades laborales globales, en especial en el ámbito del diseño. Pero un contexto sociolaboral tan competitivo también implica la necesidad de ser más competente tanto a nivel técnico como en habilidades esenciales: como la proactividad, el establecimiento de relaciones interpersonales favorables, la incidencia, la disponibilidad, la vigencia y la conciliación entre sus obligaciones laborales y su autocuidado personal (Murillo, 2018).

El trabajo es toda aquella actividad productiva remunerada, pero al ser un concepto tan general tiene una serie de indicadores que ayuda a entender y describir mejor la experiencia laboral. Algunos de estos indicadores son: a) la tasa de ocupación, es decir, el porcentaje de personas resultante entre la población ocupada y la población económicamente activa (PEA); b) la tasa de desempleo que se entiende como el porcentaje resultante entre la población desocupada (eso quiere decir que no toma en cuenta a las personas desalentadas, en otras palabras, que no buscan empleo activamente) y la PEA; c) la tasa de subempleo, la cual se expresa en cuanto al porcentaje resultante entre la población subocupada (dedica menos del tiempo completo) y la PEA (Actis, 2018); y d) la tasa de presión general, la cual se entiende como el cociente producto de la población que activamente busca empleo (ocupada o no) entre la PEA expresada de manera porcentual (INEC, 2015).

Ahora bien, en cuanto a datos nacionales acerca de empleo, el Institución Nacional de Estadística y Censo (INEC), el 3 de marzo del 2022 presentó en su comunicado de prensa resultados de su encuesta continua de empleo, atinentes a esta investigación:

En relación con los indicadores laborales, el salario o la retribución económica por el trabajo profesional, el Ministerio de Trabajo de Costa Rica (2022) estableció los salarios mínimos de ley para personas graduadas en educación superior de la siguiente forma: a) Técnicos: 474.040,55; b) Bachilleratos: 580.708,20; y c) Licenciaturas: 696.873,72. Cabe resaltar que el ingreso mide también el estrato económico de las personas, para este rubro, la presente investigación se basó en la Encuesta Nacional de Hogares del INEC (2018), citado por Delfino (2018), cuyos estratos socioeconómicos se distribuyen de la siguiente forma: I quintil: 203.546, II quintil: 461.317, III quintil: 726.874, IV quintil: 1.130.684 y V quintil: 2.568.482.

En suma, es importante definir lo que se entiende por satisfacción y estabilidad laboral. En el caso del primer concepto, se hace referencia a la valoración altamente afectiva que hace la persona graduada de su trabajo actual, la cual está influenciada “por lo que cada trabajador tiene prefijado como sus expectativas y sus percepciones de la organización para con él, lo que ejerce una fuerza directa en su motivación” (Mora y Mariscal, 2019, p. 5). Expectativas que, en definitiva, se relacionan con valores vocacionales como la estabilidad, es decir, con la garantía de permanencia en el empleo (Marín, 2015) y con la relación del empleo con la construcción de su carrera, el peso de los factores que determinan la satisfacción va depender de la trayectoria planificada por la persona graduada.

Por último, cabe resaltar que la recolección de datos de esta investigación se dio en momentos de pandemia, causada por el virus de la covid-19, lo cual tuvo (en diferentes sectores, el ámbito del diseño no es la excepción) un impacto negativo en la satisfacción laboral. Este hecho histórico permeó el mundo laboral, obligó al establecimiento del teletrabajo como medida para apalear la emergencia y, en muchos casos, precarizó las condiciones. De hecho, según Espinoza, Méndez, Rivera y Calderón (2021, p. 240) hubo “un grave riesgo de disminución de ingresos, aumento de la insolvencia y pérdida de puestos de trabajo en determinadas esferas. Además, las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) serán las que experimenten un panorama especialmente complicado”.

En relación con todo lo expuesto anteriormente, surgió la necesidad en la Universidad LCI Veritas de buscar la manera de vincularse de forma cercana con su población egresada y para este fin se planteó imperante conocer a este grupo, por medio del estudio de sus trayectorias vocacionales. De acuerdo con lo expuesto anteriormente, el problema de esta investigación fue: ¿Cuál ha sido la trayectoria vocacional del estudiantado de la LCI Veritas graduado entre 2016 y 2021?

Por último, en concordancia con el problema anterior, el objetivo general de la investigación que inspiró el presente artículo fue describir la trayectoria vocacional de la población LCI Veritas graduada durante el período del 2016 al 2021, el cual se ramificó en los siguientes objetivos específicos: a) reconocer los determinantes académicos y b) identificar determinantes contextuales laborales de la población.

MATERIALES Y MÉTODOS

Para cumplir con los objetivos de investigación planteados anteriormente, fue necesario utilizar un paradigma naturalista, bajo un enfoque cuantitativo y un diseño no experimental transversal de tipo descriptivo. En otras palabras, el fin último de la investigación fue poder generalizar los resultados recolectados en un período de tiempo específico acerca de la población graduada LCI Veritas para describir, como si fuera una radiografía, su trayectoria vocacional a partir de datos numéricos recolectados según las variables: determinantes académicos y determinantes contextuales laborales.

La población de esta investigación correspondía a 1284 personas graduadas durante el 2016 y el 2021, de 10 carreras de la Universidad LCI Veritas (dos técnicos superiores, dos bachilleratos universitarios y siete licenciaturas), excluyendo las carreras abiertas recientemente que aún no contaran con personas graduadas, las personas egresadas o las personas graduadas que no pertenecieran al período indicado.

La muestra fue probabilística estratificada por asignación proporcional, por tanto, todas las personas tenían posibilidad de participar de la investigación, pero se dividieron en segmentos según las carreras para lograr la mayor proporcionalidad posible en la representatividad de los datos. Para el cálculo probabilístico, se utilizó la fórmula para poblaciones finitas, tomando un margen de error de 4%, un nivel de confianza de 97,3% y una estimación esperada de 50%, obteniendo como resultado que la cantidad de personas estudiadas debía ser 480 personas, coincidiendo con la muestra final (n=480). La Tabla 1 muestra la estratificación de asignación proporcional de la muestra según la población.

Particularmente, es importante contextualizar que existe paridad de género en la población graduada, ya que la muestra se distribuye en 59,2% mujeres y 40,8% hombres. En cuanto a edades, la mayor parte de la muestra es adulta joven, el rango de las edades va entre 20 a 50 años, siendo la moda 27 años y el promedio 28, las edades se distribuyen en los siguientes grupos: a) personas entre los 20 a 29 años: 75%, b) personas entre los 30 a 39 años: 22% y c) personas entre los 40 a 50 años: 1%; datos que concuerdan con el perfil de la persona graduada establecido por CONARE (2020).

La técnica de recolección utilizada fue la encuesta y el instrumento fue un formulario de Microsoft Forms® llamado Personas graduadas: Actualización de datos, el cual fue validado a juicio de experto por el vicerrector de la Universidad LCI Veritas y una prueba piloto realizada con estudiantes egresados de la universidad, procesos en donde se demostró que los ítems son exhaustivos y mutuamente excluyentes.

El instrumento contaba con 34 ítems, 10 preguntas de respuesta abierta y 24 de respuesta cerrada (de selección única y múltiple y escalas de Likert), distribuidos en seis secciones: “introducción”, “confirmación del consentimiento informado” (1 ítem), “datos de contacto” (4 ítems), “datos académicos” (10 ítems), “datos laborales” (14 ítems), “relación con la universidad” (5 ítems) y “agradecimiento”.

De acuerdo con las variables, las preguntas de la sección “datos académicos” y “relación con la universidad” correspondían a la variable: determinantes académicas, variable a la que se le agregaron después los datos del promedio de calificaciones y la cantidad de cuatrimestres inscrito en la universidad, los cuales fueron suministrados por el departamento de Registro de la Universidad LCI Veritas. La definición instrumental de la variable: determinantes contextuales laborales, correspondía a la sección del instrumento “datos laborales”.

La recolección de los datos se realizó durante el III cuatrimestre del 2021 y el II cuatrimestre del 2022 por medio de correo electrónico y WhatsApp a la población, además, se publicó el enlace del instrumento por medio de la red social LinkedIn en la cuenta institucional de la Universidad LCI Veritas para mayor exposición, lo cual ocasionó la revisión de las respuestas para asegurar incluir sólo a las personas que pertenecían a la población a investigar.

La información recolecta fue revisada y codificada (los datos arrojados en las preguntas abiertas se categorizaron y midieron por frecuencia) en una matriz con las dos variables utilizando el programa Microsoft Excel®. Luego, el tratamiento de la información se realizó con el programa SPSS versión 21®. El siguiente apartado describe los resultados arrojados por el instrumento, de manera descriptiva, por medio de tablas y gráficos con las frecuencias y las estadísticas de los resultados y utilizando también la prueba T-student y Anova de un factor para comparar medias entre grupos.

DISCUSIÓN DE RESULTADOS

En el presente apartado, se indican los principales resultados descriptivos, para luego discutirlos a la luz de la teoría de construcción de carrera y diseño de vida por cada objetivo específico. Por tanto, se inicia reconociendo los determinantes académicos y, por último, se identifican los determinantes contextuales laborales, ambos en relación con las trayectorias vocacionales de las personas graduadas de la muestra.

Cabe destacar que se denotaron como principales hallazgos que la trayectoria vocacional de las personas graduadas LCI Veritas está permeada: por rezago académico, pocos espacios de práctica profesional durante la formación, alto rendimiento académico, deseo de vinculación con su alma mater en temas de inserción laboral, una tasa de ocupación alta (en comparación con la situación nacional), índices positivos de satisfacción laboral, estabilidad laboral, relación con la carrera e ingresos, pero permeada por un alto desempleo (en comparación con la realidad nacional), lo cual probablemente se potenció por las crisis económicas producto de la pandemia causada por el virus de la COVID-19, la cual impactó mayormente al sector privado, especialmente a los emprendimientos.

En general, en esta radiografía de trayectorias vocacionales se denota una paradoja presente en la teoría de construcción de carrera y diseño de vida, la cual está compuesta por una alta tasa de ocupación, pero al mismo tiempo un desempleo notorio, por tanto, el contexto laboral no es lineal, sino que incluye una venta de servicios y proyectos en los que la persona graduada no se compromete, necesariamente, a empresas sino a su trayectoria vocacional. En consecuencia, la educación universitaria debe propiciar un servicio de orientación profesional que dé espacios para el diseño de trayectorias a conciencia, desde la historia de vida de la persona graduada, y reformar las mallas curriculares reforzando el pilar negocios y las prácticas profesionales.

Ahora bien, en relación con la primera variable: determinantes académicos, la muestra se graduó en los cinco años propuestos en la investigación y se distribuye de la siguiente manera: graduados en el 2016: 13%, graduados en el 2017: 11%, graduados en el 2018: 14%, graduados en el 2019: 16%, graduados en el 2020: 19% y graduados en el 2021: 27%, con representación en los 3 cuatrimestres de cada año. Pero refleja diversidad en el momento de entrada a la universidad, ya que las personas participantes entraron a la universidad en 20 diferentes años y 47 diferentes períodos académicos, siendo el rango del 1998 al 2019.

En relación con los datos anteriores, es relevante indicar la cantidad de períodos académicos en donde la muestra se mantuvo inscrita en su carrera hasta terminar su plan de estudios, ya que da una temporalidad más exacta de su trayectoria académica en la Universidad LCI Veritas, considerando que normalmente en todos los cuatrimestres se abren todos los cursos, por lo que el estudiantado puede darle continuidad a su malla curricular cada período. Para este fin, es mejor leer este tema a la luz de las diferentes carreras, tomando en cuenta que varían en su duración. La Tabla 2 muestra la mediana según cantidad de períodos que la muestra se mantuvo inscrita en su carrera hasta terminar su plan de estudios.

De acuerdo con los datos anteriores y la diversidad de fechas de admisión, es posible inferir que la mayor parte de la muestra se encontró en condición de rezago, en especial en las carreras de Animación 3D, Fotografía, Cine y Televisión y Diseño gráfico, pues el rango de períodos varía de 4 a 94 y el porcentaje más alto (40%) se encuentra entre 15 y 22 períodos. De hecho, analizando los casos según su carrera, sólo un 18,3% de la población graduada se encontró en condición de logro.

Por tanto, se vislumbra que es posible que la mayoría de la población graduada necesite reforzar las competencias en su adaptabilidad de carrera y por ende su empleabilidad. De esta manera, según con Bulgarelli, Rivera y Fallas (2017, p. 20), el rezago académico se relaciona con mayores dificultades en la adaptabilidad vocacional, siendo los componentes más afectados: “planificación y toma de decisiones, ya que esta condición académica parece mantener a estas personas en una tarea vocacional previa”.

A pesar de los resultados de condición de rezago, es preciso decir que el rendimiento académico de las personas graduadas no es tan desalentador, la media del promedio general de calificaciones es 87 de un 100 posible, el rango varía entre 66,84 y 97,47. De hecho, un 56,7% posee un promedio general de calificaciones entre 80 y 89,99; seguido de un 30,6%, cuyo promedio está entre 90 y 97,40; un 12,3% posee un promedio entre 70 y 79,99; y sólo un 0,4% posee un promedio inferior a 70; por lo que pareciera que las competencias técnicas y metodológicas no son un problema para la mayoría de la comunidad graduada (Servicio Ecuatoriano de Formación Profesional, 2015).

En relación con lo anterior, Arquitectura cuenta con la media del promedio general de calificaciones más baja de todas las carreras y, de hecho, se encontraron diferencias significativas en el nivel p<.05 entre carreras en relación con el promedio general de calificaciones [F(9,470)=5.5, p=0.040]. Las comparaciones post hoc mediante la prueba HSD de Tukey indicaron que la media del promedio general de calificaciones para Arquitectura (M=84,2, SD=5,8) fue significativamente menor que las carreras Animación 2D (M=90,7 SD=4,2), Diseño de Productos (M=87,3 SD=6,4), Diseño Gráfico (M=89,4 SD=4,0), Diseño Publicitario (M=87,1 SD=5,1) y Cine (M=89 SD=3,8); no se encontraron diferencias entre otras carreras.

Este dato hace reflexionar acerca de la necesidad de capacitar al cuerpo docente, en especial de la carrera de Arquitectura, en principios de andragogía, pues pareciera existir un problema en el proceso de facilitación de aprendizaje que puede estar afectando no sólo la motivación y el interés en el estudiantado por la adquisición de competencias profesionales, sino que también el fomento de la autodirección y el logro académico (Alonso, 2012). Esto tiene implicaciones en su adaptabilidad de carrera, pero también en la construcción de la carrera, ya que la carrera, según la teoría base, es el cúmulo de las experiencias de la persona, diseñada con sentido para su vocación.

Cabe destacar que dentro de esta trayectoria académica, la mayoría de las personas graduadas encuestadas no trabajó (60%), pero de las personas que sí trabajaron durante sus estudios, el 70% afirmó que su trabajo durante la universidad tenía relación con su carrera, lo cual contribuye al interés por aprender en adultos (Alonso, 2012) y a la satisfacción laboral (Quispe, Sánchez y Ayaviri, 2016). Es interesante aclarar que no hubo diferencias significativas en cuanto al promedio general de calificaciones entre las personas graduadas que trabajaron durante su trayectoria académica (M=85,9, SD=5,7) y quienes no trabajaron durante su trayectoria académica [M=86,9, SD=5,3;t(478)=-1,83, p=0,06].

No parecen existir pruebas estadísticas que reflejen que el trabajar durante el período lectivo afecte el rendimiento académico ni para bien ni para mal, pero es posible vislumbrar que las experiencias previas en el mundo laboral ayuden a ejercitar competencias profesionales sociales y de organización (Servicio Ecuatoriano de Formación Profesional, 2015). Esto puede fomentar la empleabilidad en temas de proactividad, relaciones interpersonales, incidencia, disponibilidad, vigencia y conciliación (Murillo, 2018), así como la adaptabilidad de carrera, ya que al insertarse laboralmente no sólo se gana experiencia previa, sino que también se logran practicar las competencias de la adaptabilidad de carrera, sobre todo, la exploración y la resolución de problemas (Álvarez y López, 2018). En definitiva, las experiencias laborales, según la teoría base, nutren la construcción de carrera, pues en ellas se encuentra significado a su comportamiento vocacional dentro de su historia de vida. La Figura 1 representa a los participantes del estudio que trabajaron según el cuatrimestre de inicio laboral.

Por tanto, los esfuerzos en implementar prácticas profesionales en las carreras de grado deben ser una obligación por parte de los centros de educación superior, en especial desde el contexto de la Universidad LCI Veritas, ya que los datos demuestran que las personas graduadas de este período tuvieron poco contacto con el mundo laboral. Las personas graduadas que sí trabajaron, su disposición a planificar y explorar su carrera laboral fue, en los últimos cuatrimestres, oportunidad de empleo relacionad con la carrera; si no es que desde el inicio de su carrera ya tenían trabajo.

En cuanto a la educación permanente, el 54% de la muestra continuó estudiando luego de su graduación, el 60% afirmó que sus estudios posteriores se relacionan con su carrera en la Universidad LCI Veritas y la mayoría de las personas participantes (72%) afirmó haber cursado un solo tipo de estudio. Cabe destacar que las certificaciones son el tipo de estudio posterior con mayor frecuencia por parte de la población egresada que continuó estudiando (27%), ranking que se mantiene en 6 de las 10 carreras estudiadas, de hecho, comparte primer lugar con maestrías en la carrera de Publicidad y con otra carrera de bachillerado o licenciatura en Diseño del Espacio Interno. Las cuatro carreras que son la excepción a este ranking son Cine y Televisión (24% maestría), Diseño de productos (32% maestría), Diseño de moda (25% maestría y otra carrera de licenciatura o bachillerato) y Diseño Gráfico (50% otra carrera de licenciatura o bachillerato).

Las certificaciones tienen la particularidad que suelen ser programas que validan a la persona graduada en cuanto al manejo de competencias profesionales normalmente metodológicas, por lo que tiene sentido, según los principios andragógicos expuestos por Alonso (2012), acerca de la necesidad de que los aprendizajes sean prácticos y con facilidad transferibles a problemas reales. Estos datos reflejan que la mayoría de las personas graduadas LCI Veritas tiene un compromiso, no sólo con su educación, sino que también con el ejercicio profesional competente, lo cual reafirma un indicador de calidad para la institución en cuanto al fomento de competencias para el crecimiento profesional y la construcción de carrera. La Figura 2 muestra la distribución de estudios posteriores según su tipo.

Nota. Se aclara que ninguna persona estudió un doctorado, 56 personas estudiaron dos tipos de estudios posteriores, 11 estudiaron tres tipos y cinco cuatro tipos

Por último, en cuanto a vinculación universitaria, el 84,2% de las personas egresadas encuestadas desea apoyo por parte de la universidad, el 62,3% tiene disponibilidad para colaborar como persona facilitadora en actividades de la universidad y el 9,2% está involucrado en procesos de contratación de personas profesionales de las carreras de la Universidad LCI Veritas. Estos datos son importantes en el quehacer de la universidad y demuestran la buena experiencia que el estudiantado tuvo en el momento de sus estudios universitarios, así como la gran oportunidad de realizar acciones de vinculación tanto académicas como sociales para retroalimentar sus mallas curriculares con la experiencia de las personas profesionales.

Estos datos reafirman la necesidad y el interés por parte de las personas graduadas de una constante actualización profesional para responder a las preguntas que Savickas (2013), citado por Navarro (2022), propone en el modelo del diseño de vida: “¿Cómo quiero ser? o ¿cómo diseñar mi vida para alcanzar a lo que aspiro?” Cuestionamientos que perfectamente pueden trabajarse como una vinculación con la universidad desde la unidad de negocio de Educación Continua, lo cual comulga con lo estipulado por Jiménez, (2017) al indicar que la educación permanente es una necesidad de la persona profesional para hacerle frente a la incertidumbre del mundo laboral. La Tabla 4 especifica la categorización y la frecuencia de menciones del tipo de vinculación deseada por la muestra con la Universidad LCI Veritas

La Tabla 5 especifica la categorización y la frecuencia de menciones en cuanto a temas de interés, ambas tablas provienen de una pregunta abierta, por lo que una misma persona pudo haber mencionado varias categorías.

A la mayor parte de las personas graduadas le interesa capacitación en empleo y emprendimiento, es decir, mencionan temas como portafolios, reels, entrevistas de trabajo, CV, uso LinkedIn, creación de empresas y obligaciones en la prestación de servicios profesionales. De hecho, en un cuarto y séptimo lugar respectivamente, hay un especial interés por entender cómo administrar sus proyectos (especialmente en temas financieros, tramitología y leyes), conocer cómo vender, realizar una marca y usar medios digitales para promover sus servicios.

Además, en segundo, tercer, quinto, sexto y noveno lugar respectivamente, la muestra se interesa: por actualizarse en las tendencias innovadoras de la carrera (sin lograr definir cuáles son); programas como Motion Grapics, Python, Revit, Auto Cad, Sketchup, V-Ray, Unreal Engine entre otros; o metodologías como BIM, UX, UI, Realidad Virtual, entre otras; temas de diseño ajenos a su carrera académica de origen (como diseño web, fotografía, videojuegos); y habilidades blandas como trabajo en equipo y organización del tiempo, con la finalidad de fortalecer su empleabilidad y ser más competentes en el mercado laboral.

Lo anterior llama la atención, porque pareciera ser necesario revisar las mallas curriculares actuales y utilizar la información de este seguimiento de las trayectorias vocacionales de las personas graduadas, tal y como lo plantea Agostini, Trapé, Spretz, París y Weisburd (2013), para plantearse la necesidad de fortalecer dos áreas que son propias del modelo de aprendizaje de la Universidad LCI Veritas: negocio y tecnología. Pareciera que la población graduada vislumbra un vacío en su formación académica relacionada especialmente con la administración de proyectos y el emprendimiento, situación que, según Jiménez (2017), es de esperar, ya que el mundo laboral se ha movilizado hacia el autoempleo.

También, se destaca el interés por profundizar en temas del área de conocimiento: por ejemplo, de las carreras de Arquitectura, Espacio Interno y Productos, por las categorías de sostenibilidad en temas como descarbonización, materiales reciclados, tendencias verdes y bioclimáticas; y de construcción tanto en temas de materiales en general, inspección como trabajo interdisciplinario con profesiones y ocupaciones asociadas al área. O de las carreras como Animación Digital y Cine y Televisión, en cuanto a temas relacionados con producción audiovisual, lo cual se relaciona a los objetivos de la educación permanente en cuanto a la ampliación de saberes o el reforzamiento de estos (Alvarado, Chavarría, Frías, Montes y Vargas, 2021).

Por otro lado, en cuanto a los determinantes contextuales laborales, la tasa de ocupación de la muestra es de 77% (59% mujeres y 41% hombres); de la población restante, un 9% de las personas no estaba interesado en buscar trabajo (es decir, son desalentadas), por tanto, la tasa de desempleo es de 21%; en otras palabras, 102 personas en total quieren trabajar, pero no habían encontrado empleo (56% mujeres y 44% hombres). Ahora bien, en relación con la búsqueda de empleo, la tasa de presión general es de 50%, es decir, 242 personas buscaban empleo en el momento de llenar la encuesta (58% mujeres y 42% hombres), siendo un dato interesante que el 38% de la población con empleo busca cambiar de trabajo, sin embargo, el posicionamiento teórico explica que la tasa de presión general encontrada tiene sentido, ya que “se espera que una persona en su trayectoria laboral ocupe no menos de diez trabajos diferentes” (Navarro 2022, p. 3).

Si nos centramos en las personas graduadas con empleo, el 97% trabaja para el sector privado, sólo el 35% posee puestos de jefatura, el 74% tiene un solo empleo, el 20% tiene 2 empleos y 6% tiene 3 o más trabajos. Además, en cuanto a contrato laboral, el 13% de la población se reservó el derecho de contestar esta pregunta, el 18% afirmó tener un contrato laboral definido, 33% un contrato laboral indefinido y un 36% trabaja bajo contratos de servicios profesionales.

Si se hace un análisis de estos datos en relación con la realidad nacional, según el INEC (2022), la tasa de ocupación de las personas graduadas LCI Veritas es más alta (un 77% frente un 51,9%), lo cual demuestra, según Orellana (2018), calidad de parte de la formación LCI Veritas. Pero el desempleo es alarmante, pues a nivel nacional se alcanza un 13,1% y la comunidad graduada LCI Veritas alcanza un 21%, lo cual probablemente tenga que ver con que el porcentaje de personas graduadas LCI Veritas desalentadas es muy bajo, por lo que hay un alto deseo de encontrar trabajo como parte de la planificación de su trayectoria vocacional. Dato que se cruza con el alto interés por la comunidad graduada por vincularse con la universidad en temas que fomenten la inserción laboral y con los efectos de la pandemia causa por el virus responsable de la COVID-19 (Espinoza, Méndez, Rivera y Calderón, 2021), en especial, considerando que la mayoría de personas de la muestra se graduaron durante los años 2019 (16%), 2020 (19%) y 2021 (27%), son personas jóvenes y que las carreras LCI Veritas se centran en la prestación de servicios a nivel privado, sin el resguardo de la estabilidad laboral pública. La Figura 3 muestra la tasa de ocupación, la tasa de desempleo y la tasa de presión general por carrera.

Ahora bien, en cuanto al promedio de ingresos brutos, el 19% se encuentra en el primer quintil de ingresos, el 32% en el segundo quintil, el 27% en el tercer quintil, el 18% en el cuarto quintil y el 4% en el quintil con mayores ingresos. Pareciera que aún hay mucho que trabajar en el área de diseño en cuanto a las oportunidades laborales justas, pero nuevamente se debe tomar en cuenta que este estudio se vio permeado por las consecuencias de la crisis económica producto de la pandemia. Sin embargo, este dato es preciso analizarlo a la luz del tipo de titulación, ya que los salarios mínimos varían según el título, según el Ministerio de Trabajo (2022) para el sector privado, el salario mínimo de un técnico de educación superior es 474.040,55, el de un bachiller universitario es 580.708,20 y el de un licenciado universitario es 696.873,72. La Tabla 3 muestra la cantidad de personas según el tipo de titulación por quintil de ingresos.

Los datos anteriores arrojan que entre más alto sea el grado académico más personas graduadas salen del primer quintil, pero no necesariamente un título de licenciatura hace diferencia en relación con un título de bachillerato, probablemente por la flexibilidad del sector privado y la prestación de servicios a nivel de diseño. Además, considerando que la mayoría de las carreras (excepto Arquitectura) no cuentan con un colegio profesional que los obligue a ser licenciados para ejercer y que mucho del mercado laboral de diseño se encuentra a nivel internacional, en donde no existe esta diferenciación; lo anterior se puede cruzar con el poco interés por posgrados (9%) de parte de la comunidad egresada.

En suma, el 79% de las personas graduadas con empleo considera su trabajo estable, mientras que el 69% de estas personas considera tener una muy alta o alta satisfacción laboral, 26% considera estar medianamente satisfechos y 5% se considera tener baja o muy baja satisfacción laboral. De hecho, 77% de estas personas considera muy alto o alto el aporte del empleo a su desarrollo profesional, 15% considera que su empleo aporta medianamente a su desarrollo profesional y 9% considera muy bajo o bajo el aporte del empleo a su desarrollo profesional. Pareciera, en general, que la persona graduada de la LCI Veritas se siente satisfecha con la construcción de carrera que ha realizado hasta el momento dentro de su diseño de vida (Navarro, 2022).

La Figura 4 muestra la ayuda de la carrera estudiada en la Universidad LCI Veritas para conseguir el trabajo actual de la población graduada con trabajo por carrera. En general, los datos muestran la calidad de la formación universitaria LCI Veritas, tomando como indicador los determinantes contextuales laborales de la trayectoria vocacional de las personas graduadas.

Como últimos indicadores para la variable de condición laboral, se analizó la relación de la carrera y el trabajo. De las personas graduadas de la muestra que cuentan con trabajo, el 65% afirmó que su actual trabajo está muy o bastante relacionado con la carrera estudiada en la Universidad LCI Veritas, el 19% afirmó que su trabajo está relacionado a su carrera y un 16% considera que su trabajo está poco o nada relacionado con su carrera. Por otro lado, el 62,5% de la población que labora afirmó que la carrera le ayudó a encontrar o mantener el actual empleo.

De hecho, cuando se les preguntó, en formato de respuesta abierta, a las personas graduadas acerca de las competencias que les ayudaron a conseguir o mantener el empleo, se mencionó “la formación recibida en la Universidad LCI Veritas” 91 veces, la mención más alta seguida de “manejo de programas o herramientas tecnológicas” (72 veces) y “aptitud para diseño” (69 veces). Las respuestas a esta pregunta se categorizaron por tipos de competencias según el Servicio Ecuatoriano de Formación Profesional (2015), en consecuencia, el 33% de las personas graduadas con empleo mencionó competencias técnicas, 39% competencias metodológicas, 11% competencias sociales y 26% competencias participativas; es importante mencionar que una misma persona podía seleccionar más de una competencia y 29% de las personas con empleo no suministró este dato.

Para cerrar, el análisis de los datos deja entrever que es necesario que la Universidad LCI Veritas, con el fin de promover trayectorias vocacionales satisfactorias, revise los apoyos actuales y los que podría dar en futuro a sus personas graduadas desde la Orientación Profesional. Donde se facilite la construcción, desconstrucción, reconstrucción y coconstrucción de su carrera desde la narrativa de su historia de vida y se tomen acciones como dar a conocer a sus graduados los servicios disponibles, apoyar un programa Alumni que genere interés y deseo de mantener la pertenencia con la universidad para retroalimentar el currículum académico y facilitar más acciones de vinculación universitaria que fortalezcan la empleabilidad de su población para mejorar su adaptabilidad en las construcción de carrera con acciones de intermediación laboral y formación para el empleo.

CONCLUSIONES

Para empezar, se reconoce entre los principales determinantes académicos, el rezago académico. En todas las carreras, el promedio de períodos lectivos de las personas graduadas es mayor a su plan de estudios, la mayoría de las carreras lo sobrepasan por uno y dos períodos, pero Animación 3D, Cine y TV, Diseño Gráfico y Fotografía sobrepasan más de cuatro períodos. Esto puede afectar considerablemente su trayectoria vocacional no sólo en el atraso de su proyecto académico, sino que puede promover baja adaptabilidad de carrera, lo cual puede producir interrupción de estudios o dificultad para emplearse.

También, se denota un alto rendimiento académico en las personas graduadas de la muestra, pero da una alerta en el caso de las personas graduadas de Arquitectura, pues se denotaron diferencias significativas entre esta carrera y otras en cuanto a este indicador. De esta manera, la capacitación docente es clave, ya que un bajo rendimiento académico no sólo puede generar deficiencias en el manejo de competencias técnicas necesarias para el ejercicio de la profesión, sino que también bajos niveles de autoeficacia, así podría permear negativamente la adaptabilidad de carrera, específicamente la conducta vocacional de exploración en la búsqueda de empleo.

En suma, en la trayectoria vocacional de las personas graduadas estudiadas hubo poca oportunidad de enfrentarse al mundo laboral, lo cual podría afectar el logro de competencias vocacionales como la planificación, la toma de decisiones, la exploración y la resolución de problemas en ambientes laborales, situación que puede atrasar encontrar trabajo, mantenerse o avanzar en carrera profesional.

De hecho, según los datos, pareciera de interés de las personas graduadas seguir estudiando para mejorar sus condiciones laborales, en especial en la búsqueda de certificaciones que comprueben el manejo de competencias específicas para el mundo del trabajo y el deseo de vinculación con la universidad tanto para colaborar como para ser apoyado, en especial, en temas de empleabilidad y actualización profesional.

Por otro lado, en cuanto a los determinantes contextuales laborales, se concluye que las personas graduadas muestran una alta tasa de ocupación en paridad de género, en relación con el contexto costarricense. De hecho, la tasa de ocupación es mayor al 50% en todas las carreras excepto en Diseño Gráfico; pero, contradictoriamente, la tasa de desempleo es un poco más alta de la realidad nacional.

La tasa de desempleo pareciera indicar, primero, que la crisis económica producto de la pandemia pudo afectar a nuestra población, principalmente porque un alto porcentaje trabaja en el sector privado bajo modelos de emprendimiento y contratos definidos o servicios profesionales. Y, como segundo punto, que la población graduada LCI Veritas tiene menor porcentaje de población desalentada que a nivel nacional, es decir, nuestras personas graduadas desean aplicar las competencias adquiridas en su formación universitaria.

En cuanto al grupo de la muestra con trabajo en el momento del estudio, tomando en cuenta que la mayoría trabaja tiempo completo y posee un solo empleo, cabe resaltar que el intervalo de salario señalado especifica que para las carreras de grado, más de la mitad de este grupo suele tener ingresos mensuales adecuados en relación con el salario mínimo establecido por el Ministerio de Trabajo de Costa Rica. Sin embargo, con los técnicos, este dato no es tan alentador, ya que la mayoría gana menos del salario mínimo, según su titulación universitaria, lo cual comprueba que ante mayor titulación mejores posibilidades de ingreso.

Además, en general, el grupo de personas con trabajo de la muestra especifica un alto aporte de su trabajo a su desarrollo de carrera y una alta relación del trabajo con la carrera estudiada en la LCI Veritas y estabilidad y satisfacción laboral. De hecho, la mayoría de las personas de la muestra que trabajan afirma que la carrera les ayudó a conseguir trabajo en alta o muy alta medida, excepto en Diseño de Productos y Diseño Gráfico, lo cual se ve reflejado en las competencias que el estudiantado consideró necesarias para conseguir o mantener empleo. No es casualidad que “la formación recibida en la Universidad LCI Veritas” fuera lo más mencionado por la muestra y que las competencias técnicas y metodológicas representen las categorías de mayor relevancia.

En síntesis, se concluye que la trayectoria vocacional de la persona graduada LCI Veritas entre el 2016 y 2021 se caracteriza: por rezago académico, pocos espacios de práctica profesional durante la formación, alto rendimiento académico, formación continua y deseo de vinculación con la universidad, índices positivos en ingresos (en especial en carreras de grado), satisfacción laboral, estabilidad laboral y relación con la carrera y aporte protagonista de la formación universitaria LCI Veritas para conseguir o mantener empleo; pero, en relación con el porcentaje nacional del 2022, permeada por un porcentaje de desempleo, probablemente, relacionado con la crisis económica producto de la pandemia y los bajos porcentajes de personas desalentadas.

De acuerdo con los datos anteriores, la educación universitaria debe plantearse de manera permanente y no descuidarse en el acto de graduación, sino más bien orientar a la conciencia de la historia de vida para proporcionar construir su carrera y ayudar en los períodos de transición de su trayectoria vocacional. Por tanto, se recomienda:

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