Año 21, N.º 44: julio - diciembre 2022
Percepción
de la calidad de vida y la acogida a la jubilación desde el ámbito policial en
la Dirección Regional Primera de San José
Marisol
Rodríguez-Quesada *
https://orcid.org/0000-0002-1034-8575
* Master
en Gerontología, Universidad Internacional Iberoamericana de México. Licenciada
en Trabajo Social, Universidad de Costa Rica. Docente de la Cátedra de Trabajo Social,
Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Estatal a
Distancia. Correo: mrodriguezq@uned.ac.cr
Recibido: 13 de octubre de 2021
Aprobado: 6 de abril de 2022
Resumen
Este
artículo expone la percepción en torno al tema de la calidad de vida y
jubilación de un grupo de policías mayores de 60 años de edad que laboraron
para el Ministerio de Seguridad Pública en la zona de San José en el 2019. Se
realizó la aplicación del cuestionario de calidad de vida WHOQOL-BREF, diseñado
por la Organización Mundial de la Salud a finales del 2018 e inicios del 2019, con
el fin de conocer la percepción de las personas sobre su calidad de vida en
cuatro áreas: salud física, psicológica, relaciones sociales y ambiente/entorno
social, mientras que en el aspecto de jubilación se aplicó una entrevista abierta
donde se abarcó el concepto de jubilación y su percepción de aspectos positivos
y difíciles de la jubilación. Como principales resultados se evidenció que, en
relación con la percepción de la calidad de vida, el dominio con mayor
afectación de satisfacción fue el de ambiente/entorno social, seguido por el de
relaciones sociales; asimismo, el aspecto económico fue manifestado como una de
las principales razones por las cuales las personas indicaron no acogerse a su
derecho de jubilación, junto con el temor al distanciamiento de sus compañeros o
compañeras de trabajo.
Palabras
clave: Pensiones, personas
adultas mayores, policías.
Perception of Quality of Life and Retirement from
the Police Field in the First Regional Directorate of San José
Abstract
This article exposes the perception around the
issues of quality of life and retirement from a group of police officers, over
60 years of age, who worked for the Ministry of Public Security in the San José
area in 2019. The WHOQOL-BRIF quality of life questionnaire, designed by the
World Health Organization at the end of 2018 and the beginning of 2019, was
applied in order to know the perception of people about their quality of life
in four areas: physical health, psychological, social relations and environment-social
climate. While in the retirement aspect, an open interview was applied where
the concept of retirement and the perception of positive and difficult aspects
of retirement were discussed. As main results, it was evident that, in relation
to the perception of quality of life, the domain with the greatest impact of
satisfaction was that of environment/social climate, followed by that of social
relations; likewise, the economic aspect was highlighted as one of the main
reasons why people indicated that they did not opt to retire, along with the
fear of distancing themselves from their co-workers.
Keywords: Pension plans, elderly people, police
officers.
Perception
de la qualité de la vie et du départ à la retraite dans le domaine policier dans
la Direction Régionale Première à San José
Résumé
Cet
article expose la perception autour du sujet de la qualité de vie et la
retraite dans un groupe de policiers âgés de plus de 60 ans en 2019, lesquels
ont travaillé pour le Ministère de la Sécurité Publique à San José. Pour ce
faire, le questionnaire de la qualité de vie WHOQOL-BREF a été appliqué; ce
questionnaire a été développé par l’Organisation Mondiale de la Santé entre la
fin de 2018 et le début de 2019 et il vise à connaître la perception des
personnes sur leur qualité de vie dans quatre domaines: la santé physique, le
bien-être psychique, les relations sociales et l’environnement. Concernant le
départ à la retraite, on a fait une interview ouverte où on a traité le concept
de retraite et la perception des aspects positifs et difficiles propres à cette
étape. Parmi les principaux résultats, il a été évident qu’en rapport avec la
perception de la qualité de la vie, le domaine avec le plus d’affectation dans
la satisfaction, c’est celui de l’environnement. On a trouvé, en deuxième place
d’affectation, les relations sociales. De même, l’aspect économique a été
remarqué comme une des raisons pour laquelle les personnes ne prennent pas leur
droit à la retraite, ainsi que la peur de l’éloignement de ses camarades de
travail.
Mots-clés: retraite, personnes âgées, policiers.
Introducción
El presente trabajo se centra en conocer
la relación entre la percepción de la calidad de vida y la acogida a la jubilación,
de acuerdo con la opinión subjetiva que tienen las personas mayores de 60 años
funcionarias del Ministerio de Seguridad Pública (MSP) de la Dirección Regional
Primera de San José, Costa Rica, para determinar si su calidad de vida influye
en la determinación de aceptar la etapa de jubilación.
De acuerdo con las entrevistas, las
personas adultas mayores tienen posiciones ambivalentes sobre la jubilación:
por un lado, algunas la visualizan como una recompensa por el trabajo realizado
a lo largo de su vida, mientras que otras indican su inconformidad con el monto
económico percibido de la pensión por vejez y lo relacionan con un aislamiento
social, laboral y con un proceso de decadencia de salud física.
Estas posiciones están vinculadas con
la manera en que históricamente se ha percibido de alguna forma la jubilación
en Costa Rica, de ahí la importancia de vincular la singularidad sentida de las
personas entrevistadas con el contexto social e histórico, relacionados con la
percepción social de la vejez y la jubilación, pues cada pensamiento está estrechamente
vinculado con lo que socialmente se ha proyectado sobre esta etapa a nivel cultural.
Socialmente, Vega y Bueno, mencionados
por Pérez[1],
señalan que existe la idea de que la vejez produce cambios exclusivamente
negativos, supone la pérdida de capacidades y habilidades adquiridas durante la
juventud y la edad adulta, situación que se ha tratado de ir cambiando
socialmente en estos últimos años, por ejemplo, a nivel de participación social.
Alberich[2],
por su parte, indica que la vejez no debe implicar de manera necesaria una
pérdida de participación social, ya que muchas personas mayores, al jubilarse,
aumentan sus relaciones sociales, por lo que es necesario ir rompiendo con los
estereotipos negativos de la vejez y comprenderla desde una postura teórica más
optimista, como el envejecimiento activo, pues, según la Organización Mundial
de la Salud (OMS)[3], este
busca apoyar a las políticas relacionadas con la salud física y cognitiva, así
como la promoción afectiva y la participación social, con el fin de combatir
los estereotipos sociales en torno de la vejez.
Al considerar los aspectos anteriores,
la investigación adquiere una relevancia teórico/práctica debido a su innovación
ante la ausencia de trabajos investigativos realizados con la población policial,
tanto a nivel nacional como internacional, relacionados con el tema de la jubilación
como con la percepción de la calidad de vida, ya que de acuerdo con las
investigaciones nacionales revisadas, no se encontró ningún trabajo de investigación
enfocado al tema de la calidad de vida en torno a la población mayor del MSP,
lo cual es un eje importante para que las personas puedan acogerse a su derecho
de jubilación en el tiempo correspondiente y puedan también disfrutar tiempo de
calidad con su familia en la época de su vejez.
A nivel metodológico, la
investigación se enmarcó dentro de un estudio transaccional, ya que busca
describir correlaciones entre variables o relaciones causales en uno o más
grupos de personas en un momento determinado[4];
asimismo, este diseño facilita una «foto» de la realidad en un momento dado.
Específicamente, se desarrolló un estudio
transaccional descriptivo que consiste en medir, de manera más bien independiente,
los conceptos o variables a los que se refieren con una mayor precisión posible[5].
El enfoque metodológico que se
utilizó es mixto (conocido también como un estudio híbrido), que utiliza
elementos del enfoque cualitativo y cuantitativo, ya que se consideraron tanto
datos estadísticos como de la perspectiva de las personas; sin embargo, el
abordaje principal se realizó mediante un análisis cualitativo de la información,
al considerar que la realidad es cambiante y dinámica.
Se trabajó con elementos de ambos enfoques
porque pueden ser complementarios de acuerdo con el tema abordado en este
estudio, con la finalidad de utilizar las fortalezas de ambos tipos de
metodología.
En cuanto a las categorías de
abordaje, se le da un énfasis principal para su análisis a los siguientes
ámbitos:
• Percepción de las personas
entrevistadas sobre la etapa de jubilación: como subcategoría se consideró la
concepción de la jubilación, los aspectos positivos y las limitantes o aspectos
negativos de la jubilación.
• Percepción de las personas
entrevistadas sobre la calidad de vida: con las subcategorías de salud física,
salud psicológica, relaciones sociales y ambiente.
Para la selección de la muestra, en
primera instancia se solicitó el permiso de investigación respectiva al
Despacho del MSP, el cual iba acompañado del consentimiento informado respectivo
que se le entregó al personal entrevistado, con el fin de informar sobre el
tipo de investigación y sus objetivos, donde se respetó el anonimato de cada
una de las personas participantes.
La muestra de estudio final seleccionada
corresponde a la Dirección Regional Primera de San José, ya que a nivel
nacional es donde se concentra la mayor cantidad de población laboral mayor de
60 años a nivel policial entre el 2018 e inicios del 2019.
Se seleccionó un total de 80
personas como muestra para este estudio final, cantidad correspondiente al 80 %
de la población mayor de 60 años que laboraba para la Dirección Regional Primera
a diciembre del 2018.
Desarrollo
Metodología
El trabajo de campo se
desarrolló presencialmente en todas delegaciones policiales de la Dirección
Regional Primera de San José, donde se encontraba el personal policial mayor de
60 años de edad y se entrevistó a un total de 80 personas de la población
policial mayor de 60 años, pues para diciembre del 2018, esta Dirección contaba
con un total de 100 personas mayores de 60 años, de los cuales 84 son hombres y
16 son mujeres, según los datos facilitados por el Departamento de Recursos Humanos
del MSP.
La muestra de 80 personas responde a
un margen de error del 5 % con un nivel de confianza del 95 % sobre el total de
la población mayor de 60 años de la Dirección Regional de San José, lo cual aporta
una investigación con un nivel de confianza alto.
Las entrevistas se aplicaron
exclusivamente a personas que laboraban en la Dirección Regional Primera, con
una edad igual o mayor de 60 años, de los cuales se obtuvo que el mayor
segmento de población entrevistada se encuentra entre los 60 y los 62 años de
edad, con un total de 57 personas; la distribución general de entrevistas
realizadas por rangos de edades y sexo se muestra en la tabla 1.
Tabla
1. Distribución de encuestas aplicadas por rango de edad y sexo
Fuente: elaboración
propia (2021), con base en los resultados de las entrevistas aplicadas
2018-2019.
De la tabla 1, se destaca que ninguna
de las mujeres entrevistadas presenta edades superiores a los 65 años (edad de pensión
en Costa Rica), lo cual evidencia que esta población se acogió al derecho a la
jubilación en el tiempo correspondiente, aceptando más saludablemente su nueva
etapa en la vejez, pues asumieron su retiro en el momento indicado; asimismo,
las mujeres entrevistadas indicaron tener planes para su vida posterior a la
jubilación, dentro de los cuales mencionaron: incorporarse a grupos de personas
adultas mayores, retomar actividades de ocio que no podían desarrollar y pasar mayor
tiempo con sus familias, lo cual evidencia un análisis previo de sus vidas y su
entorno social y familiar para planificar la jubilación; por otra parte, en el caso
de los hombres, se evidencia que un total de cinco hombres (6.25 %) continúa trabajando
a pesar de tener 65 años o más, aunque en el momento de la entrevista contaban con
el derecho de pensión adquirido, sin embargo, no se habían acogido a ella.
Dentro de las razones por las
cuales no se habían acogido a la jubilación estaban: desconocimiento de su
fecha y monto de pensión (lo cual se les orientó y facilito al finalizar este
trabajo), pago de deudas adquiridas en la adultez y algunos indicaron sentirse
solos en su tiempo libre, por lo que preferían continuar laborando, pues no
tenían familia o amigos cercanos con los cuales compartir, asimismo, tenían más
de setenta años de edad y presentaban algunas situaciones de salud comunes de la
vejez, como por ejemplo, caminata lenta, fatiga e hipertensión arterial, por lo
cual se encontraban realizando labores en puestos fijos y, al momento de la
entrevista, no tenían planificado su proceso de jubilación. Esto se relaciona con
lo indicado por Arbonés y Roset[6], pues destacan que para la vivencia de la etapa de la vejez se
debe considerar la influencia de los espacios donde se desarrollan las personas
(espacios físicos, sociales y culturales), ya que estos pueden tener efectos a
largo plazo en la forma de envejecer, relacionado inclusive con hábitos, estilos
de vida y también con las pérdidas familiares y personales que no solamente se
generan por fallecimientos, sino por problemas o separaciones a nivel
emocional.
Los aspectos anteriores se
desarrollan con mayor amplitud en los hallazgos de la investigación, pero es
importante mencionarlos en este espacio para conocer algunas particularidades
de la población estudiada.
A nivel metodológico, la investigación
se enmarcó en un estudio transaccional descriptivo, desarrollado por medio de
un enfoque mixto o híbrido para considerar aspectos cualitativos y cuantitativos;
sin embargo, se le da principal énfasis al aspecto cualitativo o interpretativo.
La aplicación de
entrevistas, como del cuestionario WHOQOL-BREF[7],
se realizó bajo los criterios
éticos profesionales correspondientes y bajo la utilización de un consentimiento
informado y confidencialidad de la identidad.
Los datos obtenidos del cuestionario
WHOQOL-BREF fueron procesados mediante el Software Scan Tools Prisma, el cual,
mediante la lectura de marcas ópticas, permite traspalar los resultados a una
matriz de Excel para su análisis; en este aspecto, cada pregunta del WHOQOL-BREF
se encontraba numerada en un orden del 1 al 26, números que se utilizaron para
procesar los resultados correspondientes.
Para la sumatoria final de la
calidad de vida por dominio, es necesario clarificar que las opciones del
cuestionario se limitaban a cinco respuestas y que cada una de ellas poseía el puntaje
que se muestra en la tabla 2, el cual es indispensable conocerlo para la comprensión
de los resultados y su puntaje.
Tabla
2. Puntaje equivalente a las respuestas brindadas por las personas
entrevistadas con el cuestionario WHOQOL-BREF
Nada / Nunca / Muy insatisfecho |
1 punto |
Poco / Un poco / Raramente |
2 puntos |
Normal / Aceptable / Moderado |
3 puntos |
Bastante / Bastante satisfecho |
4 puntos |
Extremadamente / Totalmente / Muy
satisfecho |
5 puntos |
Fuente: elaboración
propia (2019), con base en lo indicado en el Manual de Introducción,
Administración y Puntuación del WHOQOL-BREF (1996).
De acuerdo con los puntajes indicados
en la tabla 2, el puntaje máximo de cada pregunta equivale a cinco puntos y el
mínimo a un punto, de acuerdo con la respuesta seleccionada por cada persona;
cada dominio se distribuye de la siguiente manera de acuerdo con el Manual de Introducción,
Administración y Puntuación del WHOQOL-BREF:
• Dominio 1. Se encuentra
conformado por las preguntas p3, p4, p10, p15, p16, p17, p18, por lo que el puntaje
máximo que puede obtener una persona en dicho dominio es de 35 puntos, lo cual
equivaldría a un 100 de puntuación de la percepción de su calidad de vida en este
dominio, mientras que el mínimo sería un total de 7 puntos, lo cual equivale a
un 0 o baja percepción de su calidad de vida.
• Dominio 2. Se encuentra conformado
por las preguntas p5, p6, p7, p11, p19 y p26, por lo que, de acuerdo con los puntajes
otorgados, el máximo sería de 30 puntos y el mínimo de 6, donde 30 equivale a
un porcentaje de satisfacción de 100 y 6 equivale a un 0.
• Dominio 3. Conformado por las
preguntas p20, p21 y p22, donde su puntaje máximo sería un 15 y el mínimo un 3,
por lo que el 15 equivale a un 100 % de satisfacción, mientras que el 3
equivale a un 0 de satisfacción.
• Dominio 4. Conformado por las
preguntas p8, p9, p12, p13, p14, p23, p24 y p25, por lo que, de acuerdo con los
puntajes, el máximo sería de 40 puntos y el mínimo de 8, donde 40 equivale a un
100 % de satisfacción y 8 a un 0 de satisfacción.
En cuanto a los datos cualitativos
obtenidos de la entrevista, estos se procesaron de manera manual, mediante la
agrupación de las respuestas brindadas por las personas participantes, de
acuerdo con su percepción individual, y se apilaron por similitud de
significados para su análisis. Las preguntas realizadas en torno a la percepción
de la jubilación, son las siguientes: ¿Cuál es su
pensamiento o sentimiento ante la jubilación? ¿Qué aspectos complejos o
difíciles considera que se pueden dar en la jubilación? ¿Qué aspectos positivos
tiene la jubilación?
Para lograr un análisis integral de
los resultados, se consideró desde el aspecto teórico, el contexto social e
histórico relacionados con la vejez y la jubilación y cómo esta última ha sido
percibida en Costa Rica; asimismo, es importante conocer algunas de las características
particulares a nivel socio laboral y familiar que destacan a la población policial
de la Dirección Regional Primera en San José, las cuales se describen
seguidamente.
Características de la población de
estudio
Para diciembre de 2018, la
Dirección Regional Primera de San José contaba con un total de cien personas
mayores de 60 años de edad distribuidas en veinticinco delegaciones policiales.
La mayor cantidad de personas adultas mayores laboraban en la delegación de Escazú,
con un total de nueve personas adultas mayores, seguida de las zonas de
Desamparados y Mata Redonda, con un total de ocho y, en tercer lugar, la de
Puriscal con siete personas funcionarias mayores de sesenta años. Estas personas,
en su mayoría, laboraban en horarios diurnos al momento de la entrevista y se
les trataba de asignar funciones atinentes a su cargo que no implicarán un
esfuerzo físico mayor para su salud; asimismo, en las otras delegaciones de la
Región, la distribución de la población adulta mayor oscilaba de dos a cuatro
personas adultas mayores por delegación, lo cual implicaba menos cambios o
adecuaciones en horarios y funciones en los puestos policiales de estas dependencias.
Estas personas mayores de 60 años, según
las entrevistas realizadas y el conocimiento previo a partir de la labor ejecutada
en Trabajo Social desde el 2016, presentan las características particulares en
relación con el aspecto socio-laboral, lo cual se describe a continuación.
A nivel laboral,
en el momento del estudio, el MSP, específicamente en el área policial, contaba
con jornadas de trabajo mixtas y rotativas, uno de sus horarios correspondía a
laborar en roles de 12 horas tanto diurnas como nocturnas en su mayoría y,
dependiendo de su zona de residencia, son roles de seis días continuos
laborados (tres días diurno y tres días nocturno) y, posteriormente, seis días
de descanso; dicho horario aplicaba para aquellas personas que habitan a más de
tres horas de su lugar de trabajo. Las personas que se ubican cerca de sus residencias
(a menos de tres horas) se aplica un rol de trabajo de tres días laborados por
tres días libres (igualmente doce horas de servicio), donde se alterna dicho rol
entre diurno y nocturno en la mayoría de casos, a menos de que exista alguna
recomendación particular emitida por el Departamento de Salud Ocupacional. Por último,
en algunos casos, dependiendo del puesto ocupado a nivel policial, se labora en
un horario de cinco días laborales diurnos de diez horas y dos días libres.
En relación con
el trabajo a nivel nocturno, algunas personas entrevistadas mencionaron que tienen
solamente un rol diurno de diez horas de trabajo, por sus situaciones de salud,
las cuales fueron recomendadas por el Departamento de Salud Ocupacional; dichas
recomendaciones también eran valoradas por una Comisión de Análisis de Roles de
la Dirección General de la Fuerza Pública, quien asignaba el rol de acuerdo con
las recomendaciones técnicas y de salud emitidas.
Con base en lo
anterior, una de las principales particularidades que tienen las personas mayores
de 60 años que laboran dentro del MSP en el área policial como agentes, son
dichos roles de trabajo, los cuales superan las ocho horas laborales diurnas
por las funciones policiales que deben ejercer, esto demanda mayor esfuerzo físico
y capacidad de concentración para estas personas.
En el caso de las
personas que laboran con horarios denominados de seis por seis (seis días
laborales y seis días libres), la mayoría permanece lejos de sus familias por
seis días, lo cual, en ocasiones, puede llegar a debilitar las relaciones de
comunicación asertiva y cercanía a nivel familiar. No se omite manifestar que,
durante sus seis días laborales, el MSP les ofrece alimentación y un lugar
donde dormir dentro de la delegación policial, por lo que no deben incurrir en
dichos gastos.
A nivel de
ubicación geográfica por zona de residencia, las 80 personas entrevistadas habitan
en las provincias de San José, Cartago, Alajuela y Heredia (todas dentro del Gran
Área Metropolitana), distribuidas como
se muestra en la figura 1.
Figura 1. Distribución
de la población entrevistada según zona de residencia, 2019
Fuente: elaboración
propia (2019), con base en los resultados de las entrevistas aplicadas
2018-2019.
Se visualiza que más de la mitad de
la población entrevistada habita cerca de su domicilio al momento de la
entrevista y solo once personas se deben trasladar a las provincias de Alajuela,
Heredia y Cartago, quienes, según se conoció, utilizan el transporte público
para su movilización y en ocasiones pernoctan en el centro de trabajo durante
sus días laborales, esto para minimizar los gastos en transporte según
indicaron.
El 75 % de la población mayor de 60
años que habita cerca de su vivienda en la zona de San José puede trasladarse diariamente
a su lugar de residencia, lo cual les permite tener un vínculo más cercano con
su familia (en caso de que la tengan, pues algunos, como se destacará seguidamente,
no presentan una pareja estable o habitan sin compañía). Estas personas indican
que no siempre estuvieron trabajando cerca de sus domicilios, pues durante
diversos periodos de su vida laboral dentro del Ministerio, estuvieron fuera de
San José por varios años, cuando trabajaban en otras delegaciones a nivel nacional,
donde debían de permanecer en periodos de una semana o más lejos de sus
familias, por lo que se fueron debilitando algunas de las relaciones familiares,
especialmente de pareja.
Este aspecto de relaciones familiares
asertivas y de pareja es un eje fundamental en la vejez, según lo indicado por
la OMS[8],
pues se destaca que un envejecimiento saludable no depende solamente del tema
de salud física, sino de diversos aspectos que confluyan en la vida de las personas,
tales como, por ejemplo, la genética y también las relaciones interpersonales
sanas y factores del entorno social y familiar, pues estos aspectos puedan
potenciar la autonomía de la persona mayor y, por ende, un envejecimiento saludable
a nivel emocional, lo cual forma parte de los aspectos de la calidad de vida
que contempla dicho estudio.
De acuerdo con lo anterior, es importante
conocer el vínculo familiar que presentan estas personas al momento de la entrevista
donde se evidenció que la mayoría convive en una relación de pareja bajo el
mismo techo (58,7 %); sin embargo, también se muestra un porcentaje elevado de
personas que al momento de la entrevista no contaba con una relación de pareja
estable (40 %), lo cual se evidencia en la figura 2.
Figura 2. Condición de convivencia
de relación de pareja de la población entrevistada
Fuente: elaboración
propia (2021), con base en los resultados de las entrevistas aplicadas 2018-2019
en la DR1.
De las 32 personas que no conviven
con una pareja estable, cabe destacar que doce de ellas se encuentran
divorciadas, cuatro personas son viudas y las otras 16 se encuentran separadas
o no conformaron una familia en el momento de la entrevista según lo indicado.
Este aspecto puede influir en alguna
medida con la percepción de su calidad de vida, especialmente en el eje
relacionado con relaciones interpersonales, ya que, como se indicó anteriormente,
es un aspecto fundamental para el desarrollo pleno del envejecimiento saludable
y su concepción, pues tal como lo indica Celdran[9],
el envejecimiento es contextual, por lo que para su comprensión
es necesario analizar el entorno familiar, redes de apoyo y condición laboral, entre
otras variables contextuales.
Estas redes de
apoyo a nivel familiar y contextual son conocidas por Galleguillos[10] como apoyos de
tipo informal, dentro de los cuales destacan todas aquellas redes personales y
comunitarias que no se estructuran como programas de apoyo formales, pues se establecen
por medio de las relaciones sociales que conforman las personas en sus
interacciones, ya sea con miembros propios de su familia o a nivel comunal y
vecinal; por lo cual aquellas personas que posean una participación social más
activa con personas cercanas y con la comunidad, tendrán más recursos para una
mejor calidad de vida debido al apoyo que puede recibir por parte de sus redes.
Es en este
aspecto, por la lejanía con sus lugares de residencia, algunas de las personas
entrevistadas no generaron vínculos informales a nivel comunal durante su vida y,
por ende, en ocasiones no tienen redes de apoyo externas a su lugar de trabajo,
lo cual también puede influir no solo en la calidad de vida y en su
envejecimiento, sino en la aceptación o no de la jubilación, pues perciben la
jubilación únicamente como un alejamiento con su grupo de pares, lo cual se
ahondará posteriormente en los hallazgos.
Contexto social e histórico en
Costa Rica relacionados con la vejez y jubilación
Desde el ámbito
laboral, se percibe la
vejez como la etapa de la
vida que va de los 65 años
en adelante y se relaciona con el momento en que la persona generalmente finaliza sus labores de trabajo para la sociedad, deja de ser población económicamente activa
a la fuerza de trabajo, sin embargo, de acuerdo con Pérez, esta edad marca la finalización de las labores por medio de la jubilación, puede variar
debido a los cambios en el
sistema económico, la precariedad en el empleo, una
mayor esperanza de vida, el envejecimiento demográfico y el posible aumento del gasto
social en pensiones[11].
Socialmente, Vega y Bueno, citados por Pérez[12], señalan que existe la idea de que la vejez produce
cambios exclusivamente negativos, supone la pérdida de capacidades y
habilidades adquiridas durante la juventud y la edad adulta, situación que se ha tratado de ir cambiando socialmente
en estos últimos años, por
ejemplo a nivel de
participación social, Alberich[13] indica que la vejez no debe implicar necesariamente una pérdida de participación social,
ya que muchas personas mayores, al jubilarse, aumentan sus
relaciones sociales.
Otro aspecto fundamental que influye en la percepción de la vejez se encuentra
relacionado con la cultura de cada región, zona geográfica y
momento histórico determinado,
ya que se encuentra
permeado por las concepciones y creencias propias de cada sociedad y familia, así como
por los estereotipos sociales reproducidos a lo
largo de los años en torno a la vejez.
En relación
con las concepciones culturales y sociales de acuerdo con la OMS, desde el
discurso público se mencionan
dos puntos de vista diferentes acerca del envejecimiento.
1) Uno de los puntos de vista se enfoca en el modelo centrado en las carencias que visualiza la vejez como un
periodo de pérdida y deterioro,
en donde los individuos alrededor de la persona adulta se centran en el cuidado y se preocupan más
de aspectos centrados en la dependencia. La OMS indica lo siguiente:
a menudo se ve a las personas mayores de manera estereotipada
como una carga o como personas débiles, alejadas de la realidad. La discriminación por motivos de edad que encierran estas actitudes limita la forma en que se conceptualizan los problemas, las preguntas que se hacen y la capacidad para aprovechar oportunidades innovadoras.[14]
En segunda instancia se encuentran aquellos modelos que se centran en la importancia de la participación social y la contribución y aportes que pueden ofrecer las personas
mayores a la sociedad. Desde este enfoque se tratan
de superar, o romper, los estereotipos negativos y, a su vez, fomentar la práctica del envejecimiento
activo, con la desmitificación de que la etapa de la vejez es un periodo de
pérdidas, enfermedad, deterioro y abandono
social.
Desde este enfoque de participación social y contribución, se busca que, tanto a nivel individual, familiar
y social, se rompa con aquellos estereotipos y suposiciones generalizadas sobre las personas mayores, donde generalmente se visualiza a la
persona mayor como una carga, dependientes y débiles.
Es importante destacar que el desarrollo de esta
investigación se realizó desde esta segunda postura, donde se comparte la concepción
de la OMS sobre envejecimiento activo, la cual lo define como «el proceso de
optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad para promover
la calidad de vida a medida que se envejece»[15]. En cuanto al concepto de calidad de vida, la OMS lo
define como:
la percepción que un individuo
tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus
objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Se trata de un concepto
que está influido por la salud física del sujeto, su estado psicológico, su nivel de independencia,
sus relaciones sociales, así como su relación con el entorno.[16]
De acuerdo con dicha definición, para conocer la
percepción que tiene la persona sobre su calidad de vida, existen cinco ámbitos
principales que se deben analizar como objeto de estudio: la salud física, salud
psicológica, nivel de dependencia, relaciones sociales y ambiente o entorno
social. Cada uno de estos ámbitos debe considerar aspectos específicos, los
cuales se describen seguidamente de acuerdo con el criterio de la OMS[17].
• Ámbito de salud física. Se indica que este incluye
los siguientes aspectos por considerar: dolor y malestar, energía, fatiga,
sueño y descanso.
• Ámbito de salud psicológica. Sensaciones positivas,
pensamiento, aprendizaje, memoria, concentración, autoestima, concepto de la
persona su cuerpo y aspecto y sentimientos negativos.
• Ámbito grado de independencia. Este incluye aspectos
como movilidad, actividades de la vida diaria, dependencia de medicación o
tratamiento y capacidad de trabajo (estos aspectos son incorporados en el
WHOQOL-BREF, en el ámbito de salud física y de ambiente).
• Ámbito relaciones sociales. Este incluye
relaciones personales, apoyo social y actividad sexual.
• Ámbito ambiente o entorno. Seguridad física,
medio doméstico, recursos financieros, salud y atención social (calidad y disponibilidad),
oportunidades de información y nuevas aptitudes, participación en actividades
recreativas y de ocio, así como lo relacionado con aspectos del entorno como
contaminación, ruido, tráfico y clima y transporte.
Al considerar que la calidad de vida se determina
de acuerdo con la percepción de cada persona en cada una de las áreas
indicadas, una alta percepción de la calidad de vida incide directamente en el
desempeño laboral de las personas, ya que, como lo mencionan Guerrero et al.,
al referirnos
a calidad de vida estamos buscando el bienestar del sujeto desde el punto de
vista biológico, psicológico y social, y por ende la finalidad es
proporcionarle un equilibrio en todas las áreas que intervienen en su
cotidianidad; por lo que se puede indicar que el concepto de calidad de vida es
un constructo social.[18]
Ahora bien, para el análisis de la calidad de vida relacionada
con las personas adultas mayores, se debe considerar que su estudio no solamente
permea un análisis multidimensional, sino que también se debe tener en cuenta
la experiencia vital de las personas, considerando su interpretación personal y
la percepción de ellas mismas y de la sociedad[19], por lo cual su análisis y estudio se debe realizar
considerando tanto factores cuantitativos como cualitativos.
Existen algunas variables universalmente aceptadas
para medir la calidad de vida en personas mayores, como lo son capacidad
funcional, salud y condiciones socioeconómicas y enfatiza en el cuidado de no centrar
el análisis de la calidad de vida de la persona mayor solamente en el aspecto
de salud, ya que generalmente menciona que es en esa dimensión donde la mayoría
de los estudios son predominantes y dejan de lado la manera en que los factores
externos a la salud pueden afectar a la calidad de vida de los mayores[20], por lo que es trascendental considerar que:
el envejecimiento implica una serie de
limitaciones que no siempre son consecuencia de la enfermedad, el concepto de
calidad de vida en el campo de la salud de las personas mayores, solo es útil
si, además de los aspectos relacionados con la salud física y los factores ya mencionados,
se valoran también otros factores del entorno tales como ingresos económicos, falta
de autonomía o apoyo social, pues todos ellos están intrínsecamente relacionados
con la salud y la dependencia.[21]
Es por lo anterior que, en el momento de analizar
la calidad de vida de las personas mayores, es necesario considerar tanto las
variables cuantitativas como cualitativas, por lo que se abarcarán indicadores biológicos,
sociales, ecológicos y psicológicos, así como la percepción de las personas
mayores en estos mismos ámbitos, considerando que en esta percepción también va
a permear el aspecto sociocultural de las personas.
Considerando los aspectos antes mencionados
sobre los elementos fundamentales de la calidad de vida según la OMS y la percepción
sobre la jubilación que tienen las personas entrevistadas, seguidamente se muestran
los resultados de la investigación.
Hallazgos
En relación con la percepción de la
jubilación
Las preguntas
realizadas se enfocaron en percepción de la jubilación a nivel general, aspectos
positivos y complejos de la jubilación. Todas las preguntas eran abiertas, sin embargo,
de acuerdo con el análisis descriptivo del discurso de las personas participantes,
se logró identificar algunos ejes temáticos relacionados con los significados
que le atribuyeron a cada una de las preguntas, lo cual permitió sistematizar
los resultados y agruparlos en las categorías de respuesta identificadas.
En cuanto a los
resultados relacionados con los aspectos positivos que perciben las personas
entrevistadas, se debe considerar que, en la mayoría de las situaciones, las
personas contestaron de dos a tres aspectos positivos en esta pregunta, donde
se obtuvieron como categorías principales los que se muestran en la figura 3.
Figura 3. Aspectos
positivos de la jubilación percibidos por las personas mayores de 60 años entrevistadas
Fuente: elaboración
propia (2021), con base en los resultados de las entrevistas aplicadas 2018-2019.
El aspecto con
mayor auge es el relacionado con el disfrute del uso del tiempo libre, donde un
46 % indicó que en la jubilación pueden hacer uso de su tiempo en actividades
deseadas, debido a que, según mencionan, actualmente su tiempo libre lo utilizan
para dormir o descansar de sus labores.
Dentro de las actividades
que pueden realizar, como aspectos de interés indicaron el retomar sus
actividades de distracción personal como la jardinería, costura e inclusive mencionaron
la idea de tener un trabajo propio relacionado con la agricultura o el comercio,
pero de disfrute personal, sin responder a un horario de trabajo ni a un
patrono externo, sino ajustado a sus necesidades y su tiempo. Este último
aspecto se puede vincular con la percepción del envejecimiento productivo destacado
por Robert Butler, mencionado por Celdrán[22], el cual se centra
principalmente en el aspecto relacionado con la contribución social a nivel
laboral o de voluntariado que pueda seguir ejerciendo la persona, por lo que
apunta en romper con el estereotipo de la vejez como una etapa improductiva, de
dependencia y de aislamiento social, que en alguna medida, si la persona se
encuentra con condiciones de salud física y emocional adecuadas, y por sobre
todo con el deseo de continuar laborando bajo sus propios términos de manera
independiente, puede ser enriquecedor para su salud integral y proceso de realización
personal.
En el segundo
lugar coexisten las categorías de «compartir tiempo en familia y descansar y
tener menos estrés» con un total del 36.5 % cada categoría. En esta pregunta,
las personas indicaron que por sus horarios laborales comparten pocos periodos diarios
con sus familias y se sienten con cargas de estrés por el tipo de trabajo
realizado.
El aspecto de
relaciones familiares sanas es fundamental en la etapa de la vejez, pues son las
personas que brindan no solo el acompañamiento físico, sino también son fuente
de apoyo emocional y motivacional para que la persona pueda continuar alcanzando
sus metas personales en esta etapa. De ahí la importancia de que la familia
también se encuentre informada y no reproduzca estereotipos negativos en torno
a la vejez para que puedan apoyar la visualización positiva de la persona mayor
como una persona sujeta de derechos y capaz de tomar sus propias decisiones sin
tener que ser vista como una carga a nivel familiar o social, pues en algunas
ocasiones, si no se rompe con los estereotipos negativos en torno a las
personas mayores, las mismas familias –y el entorno social– pueden violentar
los derechos y la libertad e independencia en la toma de decisiones de las
personas adultas mayores, ya sea por falta de conocimiento o por el temor a
accidentes o pérdidas.
El tercer
aspecto que se destaca con mayor importancia es el relacionado con «cumplir
metas personales» (27 %); en este ámbito, las personas mencionaron que en su
jubilación desean realizar actividades que por la falta de disponibilidad de
tiempo o de organización actual no han logrado realizar hasta este momento en
sus vidas, pero que esperan poner en práctica una vez se acojan a su
jubilación. Esta percepción se vincula con la teoría de la actividad, la cual
plantea que existe una relación positiva entre la actividad y el funcionamiento
general, relacionado con el nivel de satisfacción en la vejez; así pues, Belando[23] enfatiza que las
personas se adaptarán mejor a la jubilación si tras finalizar su periodo laboral,
mantienen actividades relacionadas o encuentran otras actividades que le sean
placenteras e inclusive pueden ser remuneradas, lo cual puede generar mayor
sentimiento de pertenencia a nivel social y también fomentar la interacción con
otras personas.
Por otra parte,
se tiene la percepción de las personas entrevistadas sobre los aspectos
complejos, difíciles o negativos en relación con la etapa de la jubilación, de esto
se obtienen las categorías que se muestran en la figura 4.
Figura 4.
Aspectos complejos de la jubilación percibidos por las personas mayores de 60
años entrevistadas
Fuente: elaboración propia (2021) con base en
los resultados de las entrevistas aplicadas 2019.
Un total del 56
% de las personas entrevistadas manifestó como principal preocupación la
situación económica, donde indicaron que la reducción de sus ingresos se verá
afectada. En este aspecto es necesario que se trabaje desde la adultez joven,
pues una economía sana a nivel familiar no se debe iniciar en la vejez, por el
contrario, debe haber una preparación anticipada a esta etapa, principalmente
bajo el conocimiento de los porcentajes y de los ajustes al régimen de pensión
del país, por lo cual, desde la adultez joven, se debe informar y darle mayor
importancia a estos temas, pues en la coyuntura política, social y económica
actual no es viable actualmente de referirse a establecer un nuevo régimen de pensión,
sino de trabajar el tema de manera preventiva desde los inicios laborales y hacer
un uso responsable de los ingresos económicos que permitan planificar para la
vejez.
La segunda categoría
destacada fue el sentirse preocupado por su distanciamiento con sus colegas de trabajo,
donde un 19 % de la población (8 personas) mencionó este aspecto y, como tercer
preocupación, el 9.75 % de las personas entrevistadas fue el estar sin hacer
nada.
En relación con
los sentimientos anteriores, se debe considerar que la jubilación puede ser percibida
como parte de un duelo que las personas deben afrontar, pues a pesar de que es
una etapa para definir y organizar de manera personal su desarrollo, también implica
una etapa de pérdidas importantes en cuanto a la cercanía con su grupo de pares
a nivel laboral; sin embargo, si la persona cuenta con otros recursos de apoyo
a nivel familiar, amistades o a nivel comunal, dicho duelo suele asimilarse de
manera más asertiva y con una visión menos fatalista, de ahí la importancia de las
redes de apoyo y de la creación de relaciones interpersonales fuera del ámbito
laboral, pues en alguna medida las personas que carecen de estas últimas, suelen
generar un apego mayor a sus compañeros o compañeras de trabajo y, como
consecuencia, postergan la jubilación o visibilizan ese momento únicamente como
una etapa de pérdidas, con la posible generación de sentimientos de negación y
enojo ante esta etapa de la vejez.
Los aspectos
mencionados anteriormente pueden formar parte del constructo personal y
simbólico que formulan las personas en torno a la jubilación y que, a nivel
teórico, se puede conocer como la etapa de prejubilación según Aymerch[24], la cual se
conoce como la primer fase de dicho proceso y se caracteriza por la presencia o
constructos imaginarios de lo que la persona construye mentalmente sobre cómo
será su vida en la jubilación o cómo visualiza dicho acontecimiento; sin
embargo, cabe mencionar que esta visión se puede ir transformando con la
orientación y el acompañamiento adecuado mediante los procesos de preparación
para la jubilación, los cuales deben ser responsabilidad de todas las instituciones
a nivel nacional.
La preparación para
la jubilación también puede proporcionar una visión más amplia sobre lo que pueden
realizar las personas si efectúan con antelación cambios en su estilo de vida para
visualizar la jubilación de manera positiva y puedan planificar las actividades
por realizar en su tiempo libre y así minimizar esa preocupación de estar desocupados
o sin conocer opciones viables y atractivas de acuerdo con sus intereses personales;
pues, según lo evidenciado en las entrevistas, en contraste con las opiniones pesimistas,
se visualiza que un 22 % de las personas participantes indicó que no perciben ningún
aspecto difícil o negativo de la jubilación.
El último
aspecto se enfocó en la opinión de las personas en relación con su pensamiento o
sentimiento general ante la jubilación. El sentimiento de alegría fue la
categoría con mayor denominación por parte de las personas entrevistas (36.6 %),
con lo cual se supera la visión fatalista de la jubilación y se logran
evidenciar los aspectos positivos que esto puede conllevar a nivel personal para
su salud integral; en un segundo lugar se ubicó los sentimientos ambivalentes
(29,3 %), donde las personas mencionaron sentir nostalgia de alejarse de sus colegas
de trabajo y el temor a lo desconocido; sin embargo, este 29 % coincidió en sentirse
alegre por no tener que cumplir con una jornada laboral y disponer de su tiempo
libre para realizar actividades que actualmente no ejecutan.
En una menor
medida (14.6 %) manifestaron percibir la jubilación como una recompensa al
trabajo realizado durante toda su vida, mientras que el mismo porcentaje manifestó
sentirse nostálgico por no continuar ejerciendo sus labores actuales y dos
personas indicaron, de manera explícita, que no desean acogerse a la etapa de
jubilación mientras se encuentren bien de salud física, lo cual evidencia
también la necesidad de las personas de sentirse útiles a nivel laboral y
social, esto coincide con una visión de envejecimiento productivo, sin embargo;
este también se puede practicar por medio del trabajo independiente que
implique menos riesgo a nivel de seguridad personal.
En relación con la calidad de vida
Se trabajó con los cuatro dominios
del cuestionario WHOQOL-BREF, los cuales son: salud física, salud psicológica,
relaciones sociales y ambiente/entorno social. Los siguientes son los resultados:
• Dominio de salud física. Dentro de los aspectos que obtuvieron un menor puntaje (esto
significa los aspectos con mayor relevancia percibida) se encontraron los relacionados
con el uso diario de tratamiento médico, dificultad para conciliar el sueño,
energía suficiente y habilidad para realización de las actividades de la vida
diaria (AVC). De acuerdo con lo anterior, una de las
áreas donde se percibe mayor afectación en el ámbito de salud es el de
satisfacción del sueño, donde más de la mitad de las personas (60 %) indicó dormir
menos de las ocho horas diarias, lo cual también puede afectar otros ámbitos de
la salud física. Otro aspecto ubicado dentro de la salud percibida es la
presencia de enfermedades crónicas, donde un 45 % de la población entrevistada
indicó padecerlas.
• Dominio de
salud psicológica. Dentro de los aspectos que obtuvieron un menor puntaje se
encuentran aquellos relacionados con el disfrute de la vida y la capacidad de
concentración; en ambos aspectos, un total del 55 % indicó un porcentaje de
satisfacción entre poco y aceptable y mencionó disponer de poco tiempo y recursos
económicos para disfrutar de su vida y de su tiempo libre, indica que las responsabilidades
económicas le limita el pago de aspectos recreativos o el acceso a lugares de
distracción. Sin embargo, se obtuvieron porcentajes de satisfacción más
favorecedores en los aspectos relacionados con la aceptación de la apariencia
física, satisfacción personal, sentido de la vida y raramente sentimientos
negativos como tristeza, frustración y depresión. En este último aspecto, se
debe rescatar que, a pesar del buen puntaje, un 28.75 % de las personas indicó sentir
dichos sentimientos con una periodicidad mediana o frecuente, de los cuales, en
relación con el género, los que indicaron mayor frecuencia de estos
sentimientos fueron los hombres y solamente una mujer.
• Dominio de relaciones
sociales. El instrumento se centra en los vínculos con familiares, amigos,
vecinos y compañeros de trabajo; el ítem mejor puntuado por la población
entrevistada fue el de satisfacción general con sus relaciones personales,
donde las personas centraron sus respuestas al ámbito familiar principalmente;
la mayoría destacó una calificación de bastante satisfecho (45 %) o
extremadamente satisfecho (22.5 %), lo cual equivale a un total de 67.5 %.
Sobre la
relación con sus colegas de trabajo, se obtuvo que el 81.25 % de las personas encuestadas
indicó buenas relaciones, lo cual es una de las razones que, a pesar de ser positiva,
se encuentra vinculada con la postergación del proceso de jubilación, ya que sus
redes de apoyo se ubican en el centro de trabajo.
La pregunta
relacionada con la satisfacción del apoyo que la persona obtiene de sus amigos
o amigas, se obtuvo que un 47.5 % se encuentra bastante satisfecho,
mientras que un 33.75 % lo percibe como un apoyo «aceptable o normal»; por otro
lado, el 16.25 % de las personas indica recibir poco apoyo y el 3.75 % mencionó
que no reciben apoyo o no poseen amigos.
Algunos de los
aspectos que pueden incidir en la pérdida de apoyo se encuentran relacionados
con la falta de condiciones adecuadas en el entorno ambiental y físico, así
como pérdida de seres queridos, rupturas de vínculos por lejanía o separaciones
familiares, cambio de residencia de la persona mayor o sus familiares, jubilación,
cambio de los espacios que frecuenta la persona, composición familiar,
competencias formativas como, por ejemplo, utilización de medios tecnológicos[25].
• Dominio de
ambiente/entorno social. Este fue el que percibió una satisfacción más baja en
relación con la calidad de vida, solamente un 11 % de la población entrevistada
percibe valores superiores de satisfacción al 70, mientras que un 88.7 % percibe
una satisfacción menor al 69. De acuerdo con los resultados, las preguntas con
una menor satisfacción por parte de las personas son las relacionadas con:
dinero suficiente para cubrir necesidades, acceso a la información, utilización
de internet y correo electrónico, así como oportunidad para realizar actividades
de ocio. Un total del 85 % de la población entrevistada, indicó una satisfacción
moderada o muy poca en relación con la tenencia de dinero para satisfacer
necesidades, la mayoría indicó requerir de préstamos en diferentes entidades para
satisfacer necesidades básicas, principalmente la relacionada con vivienda.
En nivel general
de calidad de vida, cada dominio obtuvo el siguiente puntaje de satisfacción
ponderado: salud física: 67.4 %; salud emocional: 70 %; relaciones sociales: 59
%; ambiente/entorno: 57 %.
El dominio ambiente/entorno,
presentó menor satisfacción a nivel general, donde la mayor cantidad de las
personas obtuvo puntajes de satisfacción menores a 69. En este ámbito, los
aspectos con mayor percepción de afectación fueron: dinero suficiente para
cubrir necesidades básicas, acceso a la información, utilización de internet y
correo electrónico y en tercer lugar las oportunidades para realizar actividades
de ocio.
En nivel de
género, se obtuvo que los hombres percibieron un menor porcentaje de
satisfacción en el aspecto económico que las mujeres, lo cual se vincula con las
funciones de género socialmente establecidas desde el patriarcado, pues en la
mayoría de las situaciones los hombres se percibían a sí mismos como los encargados
de dar sustento único a sus familias, por lo que en futuras investigaciones es
necesario trabajar el tema de igualdad y equidad de género, en especial en
cuanto a la responsabilidad y manutención compartida a nivel familiar, con el
fin de que este no sea un factor detonante de estrés y presión para los
hombres.
El segundo
dominio de la calidad de vida con menor puntaje de satisfacción es el dominio
de las relaciones sociales, donde la mayoría de las personas entrevistadas
obtuvo puntajes de satisfacción menores a 69. En este ámbito, los aspectos que
más se relacionan con la vivencia de la población policial entrevistada se
encuentran rupturas de vínculos por lejanía, debido a que en su mayoría laboraron
por largos periodos lejos de su familia y su comunidad, lo cual es un factor de
riesgo para la estabilidad familiar y participación comunal activa, así como
cambios en la composición familiar.
El dominio con
mayor porcentaje de satisfacción es el de salud emocional, uno de los principales
resultados de la investigación, pues la salud mental es uno de los ámbitos
fundamentales de la calidad de vida, ya que es esencial para el bienestar
personal y el desarrollo de diversas actividades de participación y de relaciones
interpersonales. De acuerdo con la OMS, la salud mental es una parte indivisible
de la salud en general e incide tanto en los procesos de la persona como a
nivel familiar, comunal y contribuye a las funciones en la sociedad, teniendo
un efecto en la productividad laboral[26].
Conclusiones
En cuanto a la
percepción que tienen las personas entrevistadas sobre la jubilación, esta es
variada; sin embargo, predominan dos opiniones generales: en primera instancia
un sentimiento de alegría, junto con la percepción de afrontar sentimientos
ambivalentes como felicidad, tristeza, nostalgia, incertidumbre; asimismo, los
sentimientos de nostalgia y tristeza se encuentran relacionados con la lejanía
y abandono de sus relaciones sociales, principalmente con sus colegas de
trabajo.
Dentro de los
principales aspectos negativos percibidos por la población policial
entrevistada, se ubican el distanciamiento de sus compañeros y compañeras de
gremio, la situación económica y la preocupación de no saber cómo hacer uso de
su tiempo libre de una forma útil.
En relación con
el factor económico, se concluye que la falta de planificación de un ahorro desde
la adultez joven para esta etapa de la vida y los altos endeudamientos a nivel personal
o familiar por situaciones que no responden a necesidades básicas, les dificulta
el acogerse a su derecho de pensión a pesar de cumplir con todos los requisitos
administrativos, de acuerdo con lo manifestado en las entrevistas.
En relación con
el monto económico de la pensión, si bien en el 2010 se presentó un proyecto de
ley para crear un Régimen de Pensiones Especiales para los Cuerpos Policiales,
adelantando su edad de pensión a los cincuenta y cinco años, este se encuentra
archivado bajo el expediente número 17695, pues, según se percibe, las características
socioeconómicas a nivel país no son actualmente las idóneas para crear este régimen
de pensiones; asimismo, la Contraloría General de la República indica algunos
aspectos que se deben considerar mediante el oficio 102013 (DFOE-PG-313) del 26
de setiembre de 2013. No se omite manifestar que este proyecto de ley no es el
objetivo de esta investigación, por lo tanto, no se ahonda en este aspecto, sin
embargo puede ser un tema de abordaje en próximas investigaciones.
El aspecto de
las relaciones sociales, familiares o de redes de apoyo externas a las laborales
también incide en la decisión de acogerse o no a la jubilación, pues las personas,
al no contar con otras redes de apoyo ajenas a las relaciones laborales,
generan mayor apego emocional hacia sus colegas de gremio (conformaron su única
red), lo cual puede ser un factor de riesgo para que la persona no se acoja al
proceso de jubilación conforme a derecho corresponda (a partir de los 65 años
según la legislación costarricense), máxime si tampoco ha desarrollado un proceso
previo de análisis en relación con el uso productivo del tiempo libre en esta
etapa de la vida.
Se concluye que,
de acuerdo con la evidencia, las personas que tienen una mejor percepción
general de su calidad de vida, tienen una visión menos fatalista de la jubilación,
ya que poseen una salud física y emocional estable, lo cual les genera autonomía,
así como buenas relaciones sociales, familiares y una estabilidad en
concordancia con el factor económico y acceso a la información, lo cual puede
facilitar el proceso de transición entre la etapa laboral y la jubilación, pues
son personas que disponen de redes de apoyo y los medios económicos para la
satisfacción de actividades de la vida diaria, tanto básicas como avanzadas, lo
cual les permite tener mayores herramientas para la práctica de un envejecimiento
activo.
Recomendaciones
Al Ministerio de
Seguridad Pública:
• Realizar un
análisis que incorpore el lugar de residencia de las personas mayores de 50 años
en relación con su lugar de trabajo y valorar paulatinamente los posibles
traslados para que puedan ser ubicados cerca de sus residencias, donde puedan
trasladarse de manera diaria a sus hogares, pues esto apoyaría su cercanía a nivel
familiar; no se omite manifestar que esta práctica se realizó hace menos de
cuatro años con algunas personas funcionarias.
• Incorporar, en
el ingreso a todos los básicos policiales, las capacitaciones brindadas por el
Departamento de Salud Ocupacional desde Trabajo Social en el tema de manejo del
presupuesto familiar, pues es un aspecto necesario de trabajar desde el ingreso
del personal policial; asimismo, que continúen las coordinaciones y facilitación
de espacios de capacitación en este tema en las diversas direcciones regionales,
para lo cual se pueda coordinar con el Departamento de Salud Ocupacional y
brindar estas capacitaciones a nivel nacional, pues se evidenció que las personas
que perciben una baja calidad de vida, especialmente enfocadas en el aspecto
económico, pueden tener menos recursos financieros para afrontar una disminución
de sus ingresos familiares, aunado a la poca planificación económica previa a
esta etapa y, por lo tanto, pueden postergar su derecho a pensionarse, lo cual puede
ser perjudicial, tanto para la persona como para las funciones que deben de realizar
a nivel policial.
• En relación con
las personas mayores de 60 años en cargos policiales, es necesario ampliar el
conocimiento por parte de los jerarcas institucionales en relación con las
particularidades de las personas mayores de 60 años, en concordancia con sus
capacidades para el óptimo desarrollo laboral, sin que esto genere una posible
discriminación etaria y, al contrario, las personas se pueden desempeñar en
funciones de acuerdo con sus particularidades, fortalezas y capacidades y así sentirse
útiles desempeñando labores atinentes a sus cargos policiales, pero con
consideración de su situación etaria o particular de salud, sin que esto afecte
sus ingresos económicos.
• Incentivar a
las personas funcionarias mayores de 60 años el desarrollo de sus capacidades y
habilidades laborales, así como apoyar de manera real en el aprendizaje del uso
de nuevas tecnologías y su apoyo para el aprendizaje continuo y actualizado de
las mismas, lo anterior por medio de convenios interinstitucionales que puedan facilitar
cursos en el área de tecnología de la información (computación, programas
básicos de Office, acceso y uso internet), dirigidos de manera exclusiva a
personas mayores de 60 años, aspectos que pueden ser considerados para incluir
dentro del básico policial de alta como parte de la responsabilidad
institucional de mantener a las personas funcionarias actualizadas en el manejo
de equipos tecnológicos y a la vez fomentar la participación activa del
personal mayor de 60 años en estos cursos, lo cual también supliría una
necesidad institucional a nivel de operatividad.
• Brindar un
espacio de enriquecimiento vivencial por medio del testimonio de las experiencias
de personas mayores de 60 años que tienen más de 20 años de alta a nivel policial,
como invitados especiales en algunos cursos del básico policial, con el fin de
que las personas mayores de 60 años puedan aportar sus experiencias policiales
en estos aspectos, para así contribuir tanto al intercambio intergeneracional
como al fomento de un envejecimiento generacional practicado por la institución.
A las delegaciones
policiales:
• Incentivar el
trabajo intergeneracional en las prácticas supervisadas de los nuevos ingresos
con personas mayores de 60 años, con la finalidad de que se pueda crear un programa
de mentores iniciales por al menos mes y medio de esta práctica supervisada, considerando
las condiciones de salud, capacidades y habilidades particulares a nivel laboral
de las personas mayores de 60 años que puedan ser partícipes de esta iniciativa.
• Fortalecer
los procesos de preparación para la jubilación que imparte el Departamento de
Salud Ocupacional, desde Trabajo Social, y coordinar los mismos con el Departamento
de Capacitación del MSP, con el fin de que, al menos tres veces al año, se impartan
obligatoriamente estos procesos a la población mayor de 50 años, para trabajar
un proceso de prejubilación como corresponde, en consideración de que la
población mayor de 60 años va en aumento tanto a nivel nacional así como dentro
de la institución, especialmente para los próximos 10 años de acuerdo con los datos
actuales del personal institucional, la población policial mayor de 60 años
será aproximadamente un 13 % de la población laboral actual de este ministerio.
• Es necesaria
la anuencia de las personas jerarcas para facilitar y cumplir los tiempos correspondientes
para que el personal pueda recibir las capacitaciones en el programa de preparación
para la jubilación brindadas por Trabajo Social del Departamento de Salud Ocupacional,
pues requieren de un mínimo de cuatro sesiones de cuatro horas cada una de
ellas.
Formato de citación según APA
Rodríguez-Quesada, M. (2022). Percepción de la calidad de vida y la acogida a la jubilación desde el
ámbito policial en la Dirección Regional Primera, de San José. Revista Espiga, 21 (44),
x-xx.
Formato de citación según Chicago-Deusto
Rodríguez-Quesada, Marisol. «Percepción de la calidad de vida y la acogida a la jubilación
desde el ámbito policial en la Dirección Regional Primera, de San José». Revista Espiga 21,
n.º 44 (julio-diciembre, 2022): x-xx.
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