Año 21, N.º 43: 234-254, enero - junio 2022
Transformaciones de las mujeres, las comunidades y la
universidad, a partir de una experiencia de aprendizaje con tecnología solar
Vilma Peña-Vargas *
https://orcid.org/0000-0001-7565-0911
Recibido: 4
de agosto de 2021
Aceptado: 12
de noviembre de 2021
Resumen
El artículo comunica la historia del proyecto
UNED Mujeres de Luz, mediante una reflexión personal y de cómo la UNED hace
parte de una historia que inició con tres mujeres de los pueblos originarios que
fueron becadas para asistir a la Universidad de los Pies Descalzos, una
universidad en Tilonia, India. En el proceso, la UNED llega como la primera universidad
a Alto Carona, comunidad ubicada en las montañas del territorio Conte-Burica, en
el sur del país, cercano a la frontera con Panamá. El proyecto tiene como
objetivo iluminar, con paneles solares, a más de 200 familias habitantes del
territorio Conte-Burica, habitado por población de tradición étnica y cultural Ngäbe o Ngöbe. En el proceso, se iluminan con energía sus
casas, tienen energía sus dispositivos, pero otros procesos también permiten
iluminar a las mujeres, a las comunidades y a la universidad. En conclusión, los
procesos de aprendizaje e intercambio de saberes nos iluminan, son urgentes, necesarios
y la vía legítima para la transformación social.
Palabras clave:
Educación a distancia, ecofeminismo, ecología,
pueblos originarios, sostenibilidad.
(*) Doctora en Educación con mención en
Mediación Pedagógica, Universidad de La Salle, de Costa Rica. Maestría en
Estudios de Psicología Grupal, Universidad para la Cooperación Internacional.
Egresada de Ciencias de la Comunicación Colectiva, Universidad de Costa Rica
(UCR) y bachiller en Historia, UCR. Académica de la Universidad Estatal a
Distancia, con experiencia en comunicación, género, sostenibilidad y
responsabilidad social. Es representante institucional en la Unión de
Responsabilidad Social Universitaria Latinoamericana (URSULA), voluntaria de la
WACC Canadá y de la Academia de Líderes UBUNTU, Portugal. Correo:
vilmap@uned.ac.cr
Transformations of Women, Communities and the University,
from a Learning Experience with Solar Technology
Abstract
The article communicates the history of the UNED Women
of Light project, through a personal reflection and describes how the UNED
is part of a story that began with three women from the original inhabitants
who were granted scholarships to attend the Barefoot University, a university
in Tilonia, India. In the process, the UNED arrives as the first university to
Alto Carona, a community located in the mountains of the Conte-Burica
territory, in the southern part of the country, near the border with Panama.
The project aims to illuminate, with solar panels, more than 200 families
living in the Conte-Burica territory, inhabited by people of Ngäbe or Ngöbe
ethnic and cultural tradition. In the process, their homes are lit, their
devices have energy, but other processes also make it possible to illuminate
women, communities and the university. In conclusion, the processes of learning
and exchange of knowledge enlighten us, are urgent, necessary and the
legitimate way for social transformation.
Keywords:
Distance education, ecofeminism, ecology, autochthonous
peoples, sustainability.
Résumé
Cet article
raconte l’histoire du projet de l’UNED «Mujeres de Luz» - Femmes de la lumière,
à travers d’une réflexion personnelle et la façon dont l’UNED fait partie de
d’une histoire qui a commencé avec trois femmes des peuples autochtones qui ont
reçu une bourse pour assister au Collège des pieds nus à
Tilonia, en
Inde. Dans le processus, l’UNED a été la première université à Alto Carona, une
communauté située dans les montagnes du territoire Conte-Burica, au sud du pays
et proche à la frontière avec le Panama. Le projet a pour but d’éclairer grâce
à des panneaux solaires plus de 200 familles du territoire de
Conte-Burica,
lequel est habité par un peuple de tradition ethnique et culturel Ngäbe ou
Ngöbe. Dans le processus leurs maisons sont éclairées, leurs appareils ont de
l’énergie et en même temps aue les femmes, les communautés et l’université ont
été aussi éclairées. En
conclusion, les process d’apprentissage et
d’échanges des savoirs nous
illuminent, ils sont nécessaires, urgents et une voie légitime pour la
transformation sociale.
Mots-clés:
enseignement à distance, écoféminisme, écologie, peuples autochtones,
durabilité.
A manera de
introducción
Educa a un niño y educarás a un hombre. Educa a una niña y
educarás a una aldea.
Proverbio popular
Mirar las caras de las
ingenieras solares indígenas Martina, Lucía y Ovidia, me recuerda a todas las
mujeres que anhelan un cambio en el mundo y la fuerte deuda cultural que
tenemos con ellas y los pueblos originarios. Mirarlas a ellas y a sus familias son
una vía de redescubrimiento para apreciar mejor quién soy y quiénes somos,
repensar la historia para comprender que esta ancestralidad determina nuestro
presente y futuro. Revivo y celebro la sangre que circula en nuestras venas,
porque somos parte de esta tribu milenaria asentada en esta América diversa y en
este territorio ístmico.
El proyecto Mujeres de Luz nace
en la Universidad Estatal a Distancia (UNED) en el 2016, cuando se logra que
tres mujeres de pueblos originarios fueran capacitadas como ingenieras solares
en la India, para que, a su regreso, instalaran paneles solares en sus
comunidades. Se trata de Martina Caballero Caballero, Lucía Montezuma Rodríguez
y Ovidia Caballero Carrera, mujeres pertenecientes al pueblo Ngöbe o Ngäbe,https://es.wikipedia.org/wiki/Ng%C3%A4be habitantes del
territorio Conte-Burica, que es el que se beneficia a su vez de su esfuerzo y servicio.
Ellas obtuvieron una beca del Gobierno de la India, bajo un proyecto que busca
dar oportunidad a mujeres de territorios rurales que difícilmente son tomadas
en cuenta. La UNED fue la institución en Costa Rica que gestionó todo el
proceso para que obtuvieran la oportunidad, pero también fue necesario
movilizar las alianzas con otras instancias para que se cumpliera el objetivo,
no solo de formación, sino de consecución de los paneles solares. Esta historia,
constituye un buen ejemplo de cooperación sur-sur, de trabajo
interinstitucional, de apertura y visión institucional y de construcción
colectiva de aprendizajes.
Estas mujeres representan a sus
pueblos y territorios, y pese a que nunca estuvieron ni siquiera en un poblado
urbano en Costa Rica, viajaron más de 16 000 kilómetros y permanecieron seis
meses en un pueblo a cinco horas de Delhi, la capital de la India, lo que
significó un cambio radical en todos sus hábitos[1]. Las mujeres no hacen esos
enormes sacrificios por que sí, lo hacen por un deseo profundo de cambiar sus
condiciones de vida y por abrir espacios para sus descendencias. Así, poco a
poco, evoluciona el proyecto UNED Mujeres de Luz en Costa Rica.
Un esfuerzo de esta magnitud no
puede ser atribuido a una sola persona, equipo humano ni a una única
organización, pues son muchas las personas y organizaciones que sumaron para
que tal hecho aconteciera. El origen
de todo proviene de un proyecto innovador, denominado Barefoot College,
quien se ha propagado por todo el mundo y que, a través de un ejemplo efectivo
de responsabilidad social[2] como este, Costa Rica
también fue impactada.
El elemento más potente de este proyecto
es la articulación de varios ejes sustantivos: las mujeres descalzas, las
tecnologías limpias, el mundo de la ruralidad y la educación superior.
La forma en que estas personas
y colectivos originarios son violentados, torturados y muertos es
indescriptible. Ya sufrieron injusticias en el pasado, exclusión, marginación,
violaciones y expropiaciones de todo tipo, no hay nada honorable en esa triste
historia denominada descubrimiento o conquista americana ni en este presente
donde se mantiene esa misma historia injusta, de antipatía, hostilidad,
desinterés, invisibilización, neocolonialismo y muerte.
El Barefoot College, o
universidad de las personas descalzas, con presencia en varios países del mundo,
inspira y apoya al proyecto UNED Mujeres de Luz, que se convierte en una réplica contextualizada de una acción que busca romper
con ese ciclo de discriminación e injusticia, mediante acciones precisas, en
este caso, se logra que las mujeres descalzas puedan ejercer su liderazgo a
través de la instalación de paneles solares en sus propias comunidades, hecho
que trasforma la vida cotidiana, pues se iluminan sus noches y, con ello, sus
dinámicas de vida.
Bunker Roy[3], fundador del Barefoot
College, es un hombre privilegiado de la India, que desde su juventud decidió
entregar su esfuerzo personal y profesional para facilitar la educación a todas
aquellas personas marginadas en su país y el mundo. Hoy se coloca como una de
las instituciones emblemáticas en inclusión e innovación social del planeta[4].
Esta universidad convoca a las mujeres
descalzas, ya consideradas sin oportunidades para aprendizajes nuevos que
transforman. El ampliar el acceso a la educación se traduce en un símbolo de
poder, libertad, humanismo y reconocimiento a la capacidad humana de un
aprender permanente. Al permitir que las personas de las zonas rurales tengan
acceso a tecnologías concretas, se desmitifica la tecnología y se pone en las manos de los propios miembros de
la comunidad[5].
Tabla 1.
Expresiones diversas relacionadas con el proceso de instalación de los paneles solares
Lucía Montezuma Rodríguez, ingeniera
solar |
«Yo me
siento contenta de ser ingeniera y de ver a la familia con los paneles para
cargar el celular, a ellos les sirve mucho la luz, me siento contenta también
de ver que lo que ellos (comunidad) pensaron, ya lo tenemos». |
Herminia Miranda, habitante
de Conte-Burica |
«Esto ha
sido de gran beneficio para mí y para mi familia porque en la casa no tenemos
luz, no tenemos acceso de electricidad de nada, solamente utilizamos foco y
tengo a mi hija estudiando, ella ocupa luz para estudiar y no tiene,
totalmente no tenemos nada, me siento muy contenta, hoy en mi casa, hoy va a
iniciar diferente, vamos a vivir diferente con luz en la casa. Me siento
contenta y agradecida y con Lucía ella que fue a representar por nosotras, la
única que se animó a ir». |
Martina Caballero Caballero, ingeniera solar |
«Ha sido
un gran beneficio para mí y para mis hijos y mi comunidad». |
Habitante del territorio de
Río Claro Guaymí |
«Para mí
es importante porque la verdad lo ocupamos para cargar el celular y no estar
molestando a la gente. Esto ha sido un gran beneficio para mí y para mis
hijos que están en el colegio y en la escuela y me siento muy contenta». |
Ovidia Caballero Carrera, ingeniera solar |
«Muy
contenta en este día, porque ya logramos el proyecto de lo que soñamos y ya
lo tenemos en este lugar, Alto Carona, las mujeres decían que no iban, me
buscaron para viajar, y yo decía que no, porque nunca había salido a San
José, y peor viajar en avión, pero ahora hay alegría porque ya hemos logrado
el proyecto, ya lo tenemos aquí en la comunidad». |
Fuente:
Elaboración propia (2022). Fotografías de la autora, a excepción de la imagen
de Herminia Miranda, propiedad de Mario Montezuma.
Lecciones desde una cooperación
sur-sur
Esta alianza de la UNED con el Barefoot College,
hace que ambas universidades se hermanen, las hace cómplices de esta aventura
de cambiar el concepto y la praxis educativa, por una más inclusiva, gentil y
liberadora, que refuerza el honor y valor de los pueblos originarios y
campesinos a través de las mujeres, destacando su valía, valentía y cuidado de
la naturaleza desde sus lugares como matriarcas comunitarias y su nuevo rol de
ingenieras solares[6]. Lo hacen a través de
métodos acordes a la población a la que se dirige, de manera que se fundamenta
en un aprender-haciendo, se aprende desde la gestualidad, los colores, los números
y la apropiación tecnológica acorde a las necesidades externadas por las mismas
mujeres.
Cuando la periodista Amelia
Rueda[7] consultó cuál ha sido el
mayor reto del proyecto UNED Mujeres de Luz, rápidamente, en un repaso mental,
revisé las diversas escenas del proceso y, el único obstáculo encontrado, fue
identificar el desprecio que tenemos hacia nuestra propia ancestralidad. Es
decir, si esa población desapareciera de la noche a la mañana, las voces de
protesta, denuncia y lamento serían pocas ¿Por qué? Simplemente porque a estas
personas no se les otorga valía. Tampoco hay reconocimiento, visibilización e
intercambio igualitario. El proyecto ha permitido valorar la ancestralidad que
representan estas mujeres, al mismo tiempo que reconoce una sociedad desconocedora
de la forma de vida y potencial humano de estas personas que nos definen
históricamente.
El sistema patriarcal, tan
enraizado y coincidente con el sistema capitalista, no es compatible con la forma
de vida de las culturas milenarias, tampoco lo es con los ciclos vitales que
tenemos las mujeres, por eso la maternidad, la lactancia materna y otros
procesos ligados al cuido de la vida no tienen la relevancia que deberían tener[8]; por ese motivo, un
proyecto de esta naturaleza no es fácil de echar a andar, porque, aunque las
tecnologías amigables con el ambiente aportan y llaman la atención, las
poblaciones protagonistas no son del todo las audiencias favoritas, todavía existe, en el resto de la población del país,
estereotipos, prejuicios y desconocimiento de qué es lo que nos aportan a las
culturas contemporáneas estas personas con sus prácticas y sistema de
creencias. Observar y estudiar los orígenes propios o ajenos, no es algo que deleita
a todas las personas, como tampoco lo es mirar hacia el futuro.
Durante el proyecto escuchamos
voces cercanas de personas calificando a los pueblos originarios como una
población conflictiva, como si la misma naturaleza humana no lo fuera. No se entiende
su comprensión del mundo, su cercanía con la tierra, no se busca ni siquiera imaginar
lo que es caminar en sus zapatos, no
hay acercamientos respetuosos y genuinos, salvo escasas excepciones de
colocarnos desde sus vivencias, es decir, de construir admiración, comprensión
o empatía hacia esos seres que podrían ayudarnos a darle mayor sentido a
nuestra existencia y presencia en esta vida.
Hace muchos años, estos grupos
fueron los primeros ambientalistas, personas que entendían muy bien el tema del
respeto y cuidado[9]. Por eso es que el mayor
obstáculo ha sido encontrar las alianzas necesarias para hacer algo que impacte
la vida de estas personas, liberarnos del miedo de mirarles, reconocerles y, en
conjunto, defender su derecho a la tierra, a la educación, al buen vivir.
Hechos
concretos derivados del proyecto
Tabla 2. Resumen de
acontecimientos importantes del proceso
Periodo |
Acontecimiento |
Mayo-Junio 2016 |
Se conoce del
proyecto a través de Rodrigo París, director del Barefoot College para
América Latina. |
Junio-Agosto 2016 |
Se indaga dónde había escasez de oportunidades,
bajo índice de desarrollo humano y cuáles comunidades aún no contaban con
energía eléctrica o era una posibilidad remota. Pese a que el país posee una
matriz energética y cobertura envidiable, hay territorios que, por su
distancia y difícil acceso, no cuentan con energía. |
20 julio 2016 |
La UNED visita el territorio por primera vez y se
reúne con las comunidades y se les delega la escogencia de las mujeres que
irían a la India. |
Julio-Agosto 2016 |
Hay molestia por parte de los hombres por no ser
sujetos de elección y las mujeres tienen miedo de dejar sus familias por seis
meses, y también temen por no contar con el apoyo de sus compañeros y demás
familiares. |
Setiembre 2016 |
Se concreta visita de Rodrigo París a Costa Rica.
Se identifica y visita parte del territorio de Río Claro Guaymí. Se estudia
el territorio de Alto Carona y comunidades aledañas, para completar al menos
100 familias participantes del proceso. |
Setiembre-Diciembre
2016 |
Se agencian cuatro espacios para mujeres indígenas
rurales costarricenses, con pocas opciones de capacitación, pero con deseos
de aprender, buena salud, apoyo de sus familias y comunidades. Se inicia una búsqueda
de fondos. |
Noviembre 2016 |
Los nombres de las mujeres son comunicados. Se
coordinan gestiones para exámenes médicos y trámites para la gestión de las
becas y pasaportes a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y la
Embajada de la India con sede en Panamá. |
Enero 2017 |
Las cuatro mujeres
se reúnen con el equipo UNED, para entender mejor a dónde van, cómo viajarán,
cómo comunicarse y otras informaciones necesarias. |
Febrero 2017 |
Costa Rica es aceptada como el país participante
número 77 del mundo y 19 de América Latina. |
Marzo 2017 |
Las mujeres están preparadas, pero una de ellas
tiene miedo y según se supo, su familia no quiso que fuera. El día elegido,
solo se presentan tres de las cuatro mujeres. |
17 marzo 2017 |
Tres mujeres son movilizadas en un helicóptero
desde sus territorios, ya que es el medio más ágil; aun así, les esperaba un
viaje de Laurel a San José en un microbús de la UNED. |
21 marzo 2017 |
Tres mujeres viajan de San José a Panamá, luego a
Amsterdam y finalmente a Delhi, donde el Barefoot College les espera con
un transporte y un viaje de cuatro horas más por vía terrestre hasta
Rajastán, una provincia India, y finalmente el poblado de Tilonia, donde se
ubica el Barefoot College. |
Marzo-Setiembre
2017 |
Permanecen seis meses aprendiendo sobre energía
solar, junto con otras mujeres semejantes de todo el mundo. El grupo es
instruido mediante un idioma base que es el inglés, pero por la diversidad
idiomática, se enseña mediante gestos, números y colores, y especialmente a partir
de una práctica constante que permite conocer cómo se instalan los paneles y
lámparas solares, conocimiento de los componentes y herramientas de
instalaciones y funcionamiento de la energía solar a través de varios
dispositivos. Todos los días, desde su llegada hasta su salida, hacen
prácticas individuales y grupales, hasta llegar a dominar la información y
los procedimientos. Su vida es aprender. También están aprendiendo desde la
inmersión de una cultura, o muchas culturas, pues sus compañeras proceden
especialmente de países asiáticos y africanos. |
Setiembre 2017 |
Una vez concluida la formación, obtienen sus
certificados de aprendizaje y se preparan para el regreso a Costa Rica. Luego
de seis meses retomarán su vida cotidiana. Se han transformado, se notan más
seguras de sí mismas, con experiencias novedosas y conocimientos que no
imaginaron adquirir. Su llegada a la comunidad les hace sentirse extrañas,
ahora la demanda comunitaria por la instalación es constante, si ya saben
cómo instalar un panel solar es el momento de conseguir los equipos. |
2017-Noviembre 2018 |
Se tocaron muchas puertas a grupos de cooperación,
asociaciones diversas e instancias estatales. En este proceso, la UNED
coordinó varias gestiones simultáneas. No fue fácil conseguir los recursos,
este apalancamiento de fondos para la compra de los equipos fue un proceso
arduo y complejo; aunque la historia generaba empatía, los recursos no
estaban destinados a estas poblaciones. |
Marzo 2018 |
Algunos esfuerzos no se concretaron y no es sino
hasta dos años después (en el 2019) cuando por fin se logran destinar
recursos de las mismas universidades estatales, de la UNED y del Instituto
Mixto de Ayuda Social (IMAS), canalizado por las oficinas ubicadas en la zona
sur, tanto en Pérez Zeledón como en Ciudad Neily. |
Junio-Julio 2019 |
La compra se hizo como demanda la ley, mediante un
proceso de licitación, con una empresa la seleccionada que ofrece un equipo
moderno y vigente para ser instalado, esto también fue supervisado y se diseña
un pre-armado con el apoyo del ingeniero Carlos Meza y su equipo,
especializado en tecnología solar de la Escuela de Electrónica del Instituto
Tecnológico de Costa Rica. Hay siete equipos completos en el TEC para ser
estudiados. |
Julio 2019 |
Todo esto lleva implícita una logística de
almacenamiento y transporte que no fue sencillo, dada la ubicación geográfica
de las familias a las cuales se les beneficiaría. La alianza con el IMAS facilitó
precisar las familias habitantes y sus ubicaciones exactas, así como
compartir una logística para la entrega de los equipos que resultó valiosa y
la cual compartimos para facilitar los procesos de entrega. Ese proceso tomó
tiempo y una coordinación muy estrecha, se sumaron las aeronaves, concretamente
helicópteros de la Dirección General de Aviación Civil, instancia que
facilitó helicópteros capaces de movilizar gran cantidad de equipo como
aporte a una causa humanitaria. Sumaron a estos esfuerzos de coordinación la
Casa Presidencial y el Ministerio de Economía y Comercio, fuertes aliados de
este proceso. |
Julio 2019 |
La formación o capacitación podría ubicarse en
varios momentos, al inicio del proyecto cuando las mujeres parten a la India,
y otro durante la fase de entrega e instalación, siendo liderado por las
mujeres mismas, ellas tomaron parte de los diversos momentos, pues son las
responsables ante cada comunidad. Ellas, con soporte de la UNED, fueron
explicando el proceso de instalación, reporte de daños, reparación de los
controladores, luminarias u otros componentes. |
Julio-Diciembre
2019 |
Se atienden varias consultas y apelaciones a la
licitación de compra. Se organiza el envío de los equipos a Ciudad Neily. |
Marzo 2020 |
Se cancelan todas las giras de la UNED por la
situación pandémica a raíz de la COVID-19, hasta nuevo aviso. |
Febrero-Marzo
2021 |
Gira para entrega de los equipos en todos los
territorios de Conte-Burica donde residen las familias. Se contó con viajes
en helicóptero con apoyo de Fuerza Aérea y la Ministra de Industria y
Comercio, quien apoyó el proyecto. |
Abril 2022 |
Se asesora, capacita y se envían algunos repuestos
y equipos a las ingenieras solares. |
Mayo 2022 |
Se estudian otras formas de continuar el proyecto
mediante hornos/cocinas solares y se apalancan fondos para extender el
proyecto a otras comunidades lideradas por mujeres. |
Fuente: Elaboración propia con apoyo de Maureen Acuña, equipo Mujeres
de Luz, UNED (2022).
Un proyecto de esta naturaleza contó
con la colaboración de instancias rectoras en el país para guiarnos de manera
adecuada, pero también de otras instituciones anteriormente nombradas y
personas, que se sumaron de manera voluntaria y que a la fecha hicieron posible
que sean 224 soluciones solares las que hoy facilitan la vida de muchas
personas.
Hay reportes de usos muy
diversos, como carga de celulares, conectar computadoras para cargar o trabajar
de manera directa, conectar una plancha, olla, lámparas u otras luminarias y
hasta televisores de bajo consumo. Las personas manifiestan su alegría y
gratitud. Las ingenieras solares, por su parte, cumplen al fin su rol de llevar
luz.
La mayor frustración del
proyecto fue el tiempo, ya que tomó cuatro años para llegar a esta etapa de
instalación, eso hizo que algunas personas cuestionaran si verdaderamente los
paneles solares llegarían algún día, dadas las muchas promesas no cumplidas que
han enfrentado estos pueblos.
Se logró cumplir y superar la
meta de 150 paneles que fue el número que se había estimado por los recursos
iniciales con los que se contaba. La expectativa se mantiene, producto de esa confianza
adquirida, ahora las mujeres están iniciando un proyecto con máquinas de coser,
que también pueden ser eléctricas para continuar con nuevos proyectos
personales y comunales. También se espera que ellas sean las formadoras de
otras mujeres, en sus mismos territorios y otros donde se emprendan proyectos
semejantes, así como continuar con la construcción de cocinas solares, dado su
familiaridad con esas tecnologías limpias y amigables con las mujeres.
La universidad constructora de
puentes
La universidad se nutre de
muchas fuentes, procesos, territorios, comunidades y personas. A veces se le
percibe como si fuese un ente ajeno a la vida de una sociedad o cultura.
Con frecuencia, se cree que la
universidad está a la vanguardia de las tendencias del futuro en todos los
órdenes y, desde ese lugar, se pretende abordar a las personas, grupos,
territorios, comunidades o movimientos.
Desde la academia, se debe
reconocer que la universidad hace muchos esfuerzos valiosos y nobles para
aportar e impactar favorablemente a los pueblos y a los territorios en materia
educativa, pero no siempre se logra. La fragmentación disciplinar de la
universidad no está contribuyendo, pues ante dimensiones como la rural
indígena, nos acercamos con visiones limitadas y con presencias tímidas, solo
vestidas de lo académico, porque no hemos sido capaces de construir universos o
multiversos desde la universidad, sino que solo arribamos a través de pequeñas
naves de conocimientos limitados que pretenden transformar en casi completa
soledad, las grandes constelaciones humanas, complejas, pletóricas de vida y a
las que apenas podemos ver y dialogar a partir de alguna de nuestras producciones
académicas.
Estos grupos humanos están en
resistencia permanente desde la invasión europea.
En 1492, los
nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron
que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que
debían obediencia a un
rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la
culpa y el vestido y había mandado que fuera quemado
vivo quien adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia que la moja.[10]
Son conglomerados humanos que no
han tenido tregua desde hace más de cinco siglos, no han podido, desde
entonces, ser libres para extender sus alas, moldear su vida y decidir su
destino.
Como nuestra cultura, también
requiere de perdón y reconciliación, pues las heridas abiertas de estos pueblos
no han sanado y la restitución de nuestras generaciones no se ha completado. Es
una brecha o herida abierta que debe sanar de una vez por todas, pero esos
actos de valentía aún no se producen con la intensidad necesaria. Al respecto,
Nelson Mandela dijo:
Todavía hay mucha
discordia, odio, división, conflicto y violencia en nuestro mundo en los
albores del siglo XXI. Una preocupación fundamental por los demás en nuestra vida diaria y en nuestra comunidad
bastará para hacer del mundo ese lugar mejor con el que
soñamos con tanta vehemencia. (...) Lo más fácil es romper y
destruir. Los héroes son los que
firman la paz y construyen.[11]
El proyecto UNED Mujeres de Luz
ha sido una experiencia que, al mismo tiempo, ha permitido la creación conjunta,
así como una ruta de conciliación desde el respeto, la confianza y la
regeneración de la vida[12]. Aquí es imposible no
hacer una analogía con los cinco pilares de la Academia de Líderes Ubuntu[13], una instancia que
trabaja fuertemente el tema del perdón, la reconciliación y en busca de que comprendamos
que somos una sola familia humana y no grupos separados como insistentemente
creemos. Intentemos leer esta experiencia a través de esos cinco principios:
1. Autoconocimiento. La selección de las mujeres para su viaje a la India
estuvo determinada por sus propios parámetros, es decir, no fue la universidad con
sus condiciones de selección, sino las mismas comunidades quienes eligieron con
los requisitos dados por la Embajada de la India; eso no solo es respeto, sino
la seguridad de que la selección es su responsabilidad y libre determinación,
porque se conocen y son capaces de auto seleccionarse. En la institucionalidad,
acostumbramos a ser quienes tomamos las decisiones, en nuestro caso, nos
esforzamos por reconocer quiénes somos y quiénes son las personas para las cuales
las becas y la experiencia tendría sentido, así que quienes mejor se conocen
son ellas mismas y sus comunidades, ahí recayó la decisión de quiénes
aprovecharían la oportunidad.
2. Autoconfianza. Las mujeres
fueron hasta Tilonia en la India, aprendieron y volvieron para compartir sus
saberes. Tuvimos aprehensión de enviar a las mujeres solas, a un viaje lejano,
a un contexto desconocido, pero la confianza en lo propio la pusimos en
ejercicio. En especial ellas, su autoconfianza las hizo más fuertes y hoy
podemos contemplar mujeres seguras de sí mismas, confiadas y dando un ejemplo a
sus familias y comunidad de su fuerza, entereza y orgullosas por ser ellas las
provocadoras de la relación luz-energía-comunidad. Sin autoconfianza es difícil
creer en los procesos y creer en las personas que nos rodean.
3. Resiliencia. Esa capacidad de
afrontar y vencer los obstáculos: tener fe, propósito y esperanza son algunas
de las características que vimos en el ejercicio de ser resilientes. No es
fácil creer en lo que no se ve. Vencer los miedos a lo desconocido, alejarse de
sus parientes seis meses y hacerlo por primera vez en la vida; y sus familias ver volar a esas mujeres centrales en
sus vidas personales y comunales, no fue sencillo. La resiliencia permite
mostrar la fuerza colectiva también, pueblos completos como los pueblos
originarios son altamente resilientes, si no, ni siquiera estarían hoy aquí con
la cadena de sucesos que han tenido que enfrentar.
4. Empatía. Colocarse en sus
zapatos fue clave en este proyecto, pues pocas veces experimentamos tanta
pasión, alegría vital y al mismo tiempo, el estar cerca y caminar con ellas,
nos permitió reconocer las fuertes contradicciones, ante un mundo que se vuelve
hostil, amenazante, burlón, despersonalizado, pero que poco a poco entre todas
logramos remover esas barreras de un nosotras y un ellas, para crear un solo «nosotras» y ser todas mujeres
de luz. La comunicación, más allá de las palabras, devela el poder de la
humanización. Al mismo tiempo que se disminuye el ego académico que quiere
salir para dar respuesta y solución a todo, la mayoría del tiempo, podríamos
decir lo que las personas quieren es la cercanía, el trabajo conjunto, que
compartamos las muchas posibilidades que tenemos desde la universidad, de
manera que ha sido un ejercicio de observación, escucha y diálogo permanente.
5. Servicio. Cuando el
servicio se mezcla con lo académico se tiene un recurso poderoso. Nuestros egos
se diluyen con el poder grupal, nuestros pedestales caen, los títulos
académicos no tienen importancia alguna, importa nuestro amor, paciencia,
amabilidad, determinación, contactos y respeto a los procesos de la vida. El
liderazgo de servicio nos hace fluir. Ese liderazgo destroza las barreras, los
muros y los obstáculos. Construye todos los puentes necesarios para que podamos
cruzar en todas las vías. Los puentes sirvieron a la academia y también a los
pies descalzos, sin discriminación el puente nos sostiene y nos hace fácil y
rápido el transitar.
¿Por qué las universidades son
puentes formidables? Los puentes son obras ingenieriles, pero también son un
buen símbolo de esa capacidad extraordinaria de unir orillas, orígenes, de
provocar el encuentro, la afluencia y el tránsito, no solo de lo humano, sino
para la cultura en general. En nuestro caso, vemos puentes de conocimientos y
aprendizajes.
¿Qué elementos se destacan como
parte de nuestro aprendizaje como institución de educación superior? Como
muchas organizaciones relacionadas con los aprendizajes y conocimientos, es
necesario la inclusión y la disposición de explorar las diversas
formas de aprender. A ese respecto, y conscientes de ello, se procura, en
todo momento, la aplicación de los principios arriba citados: autoconocimiento, autoconfianza,
resiliencia, empatía y servicio. Por supuesto, en un marco de respeto profundo, que se traduce en la
escucha, acciones participativas, de construcción conjunta y consulta en todo
tiempo, para que sean en este caso las ingenieras solares y sus comunidades,
quienes tomen las decisiones y orienten las tareas en concordancia con sus
necesidades y visiones. En paralelo se ha tenido una fuerte auto observancia para no imponer nada,
para la articulación de las acciones y para el reconocimiento monetario, hasta
donde nos ha sido posible. Nuestra institución ha sido generosa, facilitando
todo lo que ha podido en este caminar, eso se comprende como parte del respeto
y reconocimiento mutuo, desde un
paradigma de universidad incluyente, recordando que los pueblos originarios
están en otra lógica económica, no en la nuestra, de manera que nunca podemos
equiparar las condiciones de las universidades y de los pueblos; por eso, es
pertinente disponer de recursos para
compensar los tiempos y presencia en nuestros encuentros, ya que no siempre
tienen los medios financieros para desplazarse, acudir a talleres o reuniones o
simplemente conversar con los equipos de investigación-acción de las
universidades; se trata de una economía para la vida[14], que desde la academia no siempre se
comprende o practica, en este caso, también ese fue uno de los propósitos a
favor de las mujeres, sus familias y comunidades. En todo esto, destacan las alianzas
con otras organizaciones, quienes también han puesto diversos recursos para
alcanzar las metas propuestas.
El proyecto no ha concluido con la
instalación de las celdas solares, pues sus vidas se siguen transformando y
ellas piensan en nuevas oportunidades, como en la construcción de hornos o
cocinas solares y nuevas adaptaciones de tecnologías que pueda ser replicada
por las mismas mujeres, no solo en sus territorios, sino en otros nuevos.
Inconclusiones para repensarnos
Sueño con una universidad cada
vez más UBUNTU, es decir, esa que se le olvida que es solo un trabajo lo que
hacemos, sino que se sitúa en una misión educativa que tiene que ver con
potenciar a las personas estudiantes para, en conjunto, transformar a las
comunidades que habitamos. Que lo que hagamos sea tender puentes y los
conocimientos sean los ingredientes que nos transporten a lo profundo,
apasionado, útil; que movilicen la creatividad, la innovación, las alianzas y
todos aquellos recursos necesarios para cumplir con los propósitos comunes de
los pueblos, territorios, instituciones y grupos organizados para que el
impacto sea favorable al planeta.
Un panel solar puede ser un
sistema insignificante en el mar tecnológico o un elemento insignificante para
sentimientos egoístas, un recurso insuficiente en cientos de kilómetros a la
redonda, pero es el principio de un proceso de apropiación humana, también de
apropiación tecnológica; es el inicio de otra relacionalidad que desencadena el
sentimiento de iluminación, de saber, de fortaleza, de confianza, de agencia o
de simplemente fluir en esos procesos vitales que poseen sus propias matrices
de sabiduría, productoras de regeneración y arraigo natural.
Como humanidad, hemos enfermado
al planeta, también todos los habitantes de esta casa común lo estamos o lo
estaremos. No es posible separar la crisis ambiental de lo que nos sucede como
humanidad, es imposible desvincularnos, la red de la vida es una sola, enorme y
compleja pero interrelacionada y sistémica[15]; por
eso, este proyecto cumple con una perspectiva transdisciplinaria, con una
perspectiva de género, con un enfoque planetario o sistémico y ha optado por
las energías limpias, como uno de los caminos para impactar en menor escala al
planeta, sin negar que nuestra sola presencia lo hace, ya sabemos que toda
acción humana genera impactos, pero la idea es reducir esa huella y procurar el
retorno a una vida más simple, feliz, pletórica de sentidos y significados.
Desde ahí estas personas y pueblos tienen mucho que enseñarnos.
Desde el ecofeminismo, la lucha
por la vida es parte significativa del movimiento y la tarea que nos hemos
propuesto un contingente de mujeres alrededor del mundo, no parece ser un
movimiento forzado ni acordado, se trata de un ejercicio espontáneo donde sin
importar la latitud ni la edad ni otras características específicas, las
mujeres estamos buscando la reivindicación y defensa de la Pachamama o Madre
Tierra, como un ser viviente que nos nutre y nos representa a todas nosotras.
De hecho, somos muchas las mujeres las que participamos en la defensa de todos
los derechos, pero especialmente, de los derechos humanos de todas las personas.
Está en la propia constitución o naturaleza y por estar durante milenios al margen
de las decisiones, las mujeres comprendemos muy bien la necesidad humana de ser
tomada en cuenta, el ser visibles y valoradas, al mismo tiempo que entendemos
la fragilidad de los sistemas vivos, sabemos que, sin el cuido específico, la
vida se acaba.
El ecofeminismo es ese encuentro
de la ecología y el feminismo, es un punto de flexión de ambos movimientos, no
siempre en encuentro, muchas veces antagonizado[16].
La ubicuidad del feminismo hace
que hoy le percibamos como un movimiento mundial, con diferentes matices.
Vandana Shiva identifica un ecofeminismo de subsistencia, que promueve la
cooperación, las alianzas y una estrecha vinculación entre las necesidades de
alimento, techo y abrigo, versus lo que ella denomina necesidades superiores
como la libertad y el conocimiento[17]; todo esto quiere decir
que una buena parte de las mujeres sufre, ha sufrido o sufrirá las mismas
violaciones y violencias que ha sufrido la Tierra. La misma autora centra su
producción intelectual para esta vinculación: mujeres-tierra, ambos elementos vivos, que garantizan la reproducción de la vida,
pero que el patriarcado y el sistema capitalista menosprecian, devalúan y
desechan[18].
Es tiempo de
responsabilizarnos. Es el tiempo de actuar. Estamos entrando a una nueva era de
actuación, donde esperemos que impere la vida en todas sus manifestaciones y
donde queden atrás algunas prácticas desacertadas de personas y organizaciones.
Si queremos que el mundo cambie, las mujeres debemos estar ahí con nuestra
fuerza creadora y en representación de todas las mujeres que lucharon en la
conquista de todos los derechos de todas las personas, animales y naturaleza en
general. Con la libertad y el conocimiento, las mujeres estarán cada vez más
presentes en todos los espacios sociales.
La universidad también debe
transformarse y colocarse en el lugar de quien desea aprender y conocer, como
desde hace décadas nos insistió Paulo Freire. La universidad debe intencionar
los espacios para que las mujeres puedan asistir a esta transformación
planetaria, que tanto urge de lo mejor de lo femenino de la especie humana, no
desde una visión romántica y exclusiva de las mujeres, sino desde la traducción
de una relación cercana, amorosa, de cuido y responsabilidad. Las mujeres que
no están bajo control pueden y seguirán luchando desde los diferentes espacios
y movimientos sociales en la defensa de todo lo que está en peligro.
La lucha es entonces política, por
eso las vidas de Martina, Lucía y Ovidia son símbolo de poder y desafío a los
sistemas establecidos. Al iluminarse sus vidas ellas también nos iluminan, la
universidad responde así ante un desafío de un grupo que ha estado en
exclusión. Por eso una universidad nueva, debe también procurar la presencia de
todas las mujeres y la multiplicación de espacios de aprendizajes en libertad y
creación. La inter-relación mujeres-comunidades-tecnologías amigables con el
ambiente son clave en estas primeras décadas del nuevo milenio, que reclama más
justicia social y ambiental.
Formato de citación según APA
Peña-Vargas, V. (2022). Transformaciones de las mujeres, las comunidades y la universidad, a
partir de una experiencia de aprendizaje con tecnología solar. Revista Espiga, 21(43), 234-254.
Formato de citación según Chicago-Deusto
Peña-Vargas, Vilma. «Transformaciones de las
mujeres, las comunidades y la universidad, a partir de una experiencia de
aprendizaje con tecnología solar». Revista Espiga 21, n.º 43
(enero-junio, 2022): 234-254.
Referencias
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Skutch, Alexander. La finca de un naturalista. San José: Editorial Costa
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Women Now. «Vandana Shiva, gurú del ecofeminismo y Premio Nobel Alternativo, habla
sobre ¿Quién alimenta al mundo?» Women
Now, 17 de diciembre de 2020. Video, 22:09.
https://www.womennow.es/es/video/vandana-shiva-ecofeminismo-quien-alimenta-al-mundo/
[1] En el 2017, se publica, en esta misma revista, un trabajo inicial
que hace referencia a esta experiencia desde una perspectiva de la
responsabilidad social. En: Peña Vargas, Vilma, «La universidad que aprende: mujeres que iluminan», Revista Espiga 16, n.° Especial (2017): 69-87, https://doi.org/10.22458/re.v16i0.1929
[2] El enfoque de responsabilidad
social utilizado acá está fundado en el trabajo del Dr. F. Vallaeys, «Un abordaje de responsabilidad social basado en la gestión
de los impactos y no en la “promoción” del desarrollo, donde el bien común, la construcción colectiva de conocimientos y la
política pública se suman para aminorar los impactos
negativos e impulsar los impactos favorables» (ORSIES, 2018), 12. La UNED, desde el 2008, ha trazado un camino
en responsabilidad social haciendo parte de redes institucionales que buscan
inspirar a través de alianzas.
[3] Se puede ampliar la
información en la ponencia de Bunker Roy:
https://www.ted.com/talks/bunker_roy_learning_from_a_barefoot_movement/transcript y Revista OMPI, «Barefoot College. Las abuelas se especializan en energía solar», 5-8.
[4] Puede encontrarse más información de esa
institución y su impacto favorable en https://www.barefootcollege.org/
[5] Barefoot College posee presencia en
sitios virtuales, medios de comunicación y otras bases de datos y redes
sociales.
[6] Se han dado cuestionamientos
al título de ingenieras; porque los estudios en la India no son formales, pero
¿Por qué no pueden nombrarse ingenieras si eso significa, persona con ingenio y
capaz de dar solución a un problema práctico? Este hecho nos ha demostrado la
arrogancia de la profesionalización universitaria, de no tolerar una
nomenclatura que se reclama como exclusiva.
[7] Se
puede consultar el video: Mujeres indígenas llevan energía solar a sus
pueblos, programa Nuestra Voz, que conduce la periodista Amelia Rueda, 28
de marzo del 2021,
https://www.ameliarueda.com/multimedia/mujeres-indigenas-llevan-energia-solar-pueblos
[8] La teórica feminista, Coral Herrera
Gómez, alude a las variables relacionales de la ética del cuidado y las
mujeres, acciones hoy invisibilizadas y subvaloradas. https://haikita.blogspot.com/2018/07/capitalismo-comunismo-y-patriarcado.html
[9] El profesor y naturalista Alexander
Skutch, reivindica a las personas de las naciones originarias como las primeras
personas que se dedicaron a la conservación ambiental y a lo que hoy se entiende
como ecologismo.
[10] «12 de octubre. El
descubrimiento». Este texto
pertenece a Eduardo Galeano, fue tomado de Los
hijos de los días, como un tributo a nuestra propia identidad y marca
histórica, que aún hoy prevalece. Eduardo Galeano, Los hijos de los días
(México: Siglo XXI Editores, 2011).
[11] Son las palabras
de Nelson Mandela, en el Día de Nelson Mandela, celebrado en las Naciones
Unidas.
[12] Gratitud y reconocimiento al equipo UNED Mujeres de
Luz: Martina Caballero Caballero, Lucía Montezuma Rodríguez y Ovidia Caballero
Carrera sus enseñanzas y ejemplo. A ellas se suman, mis magníficas compañeras
académicas: Maureen Acuña Cascante, Georgia Atkin, Lizette Brenes Bonilla,
Daniela Jiménez Obando y Laura Vargas Badilla; por hacer realidad un proyecto
que nació como un sueño y que poco a poco se fue tejiendo y haciendo realidad.
A cada una, por poner su luz, trabajo de equipo e inspiración. También a
autoridades nacionales, universitarias, colegas de la UNED y de otras tantas
instituciones, a personas voluntarias y especialistas, que también hicieron la
suma más grande, más impactante y con más luminosidad.
[13] Ubuntu es una palabra
sudafricana que se traduce, «Yo soy porque usted
es», «Yo soy porque ustedes son». Ntu significa persona, y Ubu
significa volver a ser. La filosofía Ubuntu es ancestral, aunque fue
potenciada por la actuación de perdón y reconciliación de Nelson Mandela,
Desmond Tutu y tantas personas que lideran, desde el servicio como bien, la
Academia de Líderes Ubuntu. https://www.academialideresubuntu.org/en/
[14] Economía para la vida es un título de Hinkelammert y
Mora, que desde la economía lanzan el reto de repensar los sistemas
capitalistas-neoliberales para encontrar
opciones distintas de
producción, consumo, distribución a partir de centrarse en la vida y sus
manifestaciones. Franz Hinkelammert y Henry Mora, Hacia una economía para la
vida. Preludio a una reconstrucción de la economía (San José: Editorial
Tecnológica, 2008).
[15] En el Tao de la Liberación, texto de
Hathaway y Boff, se reconoce esa enorme red de la vida de la que solo somos una
parte. Mark
Hathaway y Leonardo Boff, El tao de la liberación: una ecología de la
transformación (Madrid: Editorial Trotta, 2009).
[16] Alicia Puleo es una
estudiosa del movimiento ecofeminista. Alicia Puleo, Claves ecofeministas.
Para rebeldes que aman la Tierra y a los animales (Madrid: Plaza y Valdés,
2019); Alicia Puleo, «¿Qué é o ecofeminismo?», Revista galega de pensamento
feminista, n.° 47 (2017): 15-19.
[17] No siempre se tienen
presentes estas necesidades vitales como Brinker sugiere.
[18] Vandana Shiva, en
entrevista con Sara Calvo, en la misma línea de las personas autoras citadas
previamente, critica el modelo de desarrollo imperante, como cruel, inhumano,
que atenta contra la vida de las mujeres, al mismo tiempo que lo hace contra la
naturaleza, Pacha Mama, Madre Tierra. Vandana Shiva, «Cómo poner fin a la
pobreza», Revista Pasos, n.° 124 (2006): 7-9.