Muerte y luto en Mourning
picture: conversaciones entre un pintor y su hija
La pintura es poesía muda y la poesía es pintura que
habla.
Plutarco
En 1890, Edwin Romanzo Elmer
pinta Mourning picture.
Setenta y cinco años más tarde, la poeta Adrienne Rich escribe un poema acerca de la pintura. Ambos textos
presentan acercamientos muy distintos a la vivencia de la muerte y el duelo, los
cuales serán analizados en este ensayo. Para el análisis comparativo de los
textos propuestos, se utilizará como marco conceptual la écfrasis, entendida
como la representación verbal de una representación visual. Se analizaron ambos
textos por separado iniciando con el objeto plástico como composición pictórica.
El poema que Rich escribe a partir de esta pintura se
analiza con herramientas propias del análisis literario, tales como los
recursos estructurales y estilísticos presentes en la construcción del poema,
en la relación dialógica que este establece con la pintura.
Palabras clave: écfrasis, duelo,
pintura, poema.
* Bachillerato en Inglés y maestría
en literatura inglesa, de la Universidad de Costa Rica (UCR), de Costa Rica. Docente
e investigadora de la Escuela de Lenguas Modernas de la UCR. Correo: molinae3@gmail.com
Death and
Mourning in Mourning picture: Conversations Between a Painter and his
Daughter
Abstract
In 1890, Edwin Romanzo
Elmer painted Mourning picture. Seventy-five years later, the poet
Adrienne Rich wrote a poem about that painting. Both texts present very
different approaches to the experience of death and mourning, which will be
analyzed in this essay. For the comparative analysis of the proposed texts,
ecphrasis, understood as the verbal depiction of a visual representation, will
be used as a conceptual framework. Both texts were analyzed separately starting
with the plastic object as a pictorial composition. The poem that Rich writes
from this painting is analyzed with tools of literary analysis, such as the
structural and stylistic resources present in the structure of the poem, in the
dialogical relationship that it establishes with the painting.
Keywords:
ecphrasis, mourning, painting, poem.
La morte et le deuil dans Morning picture:
conversations entre un peintre et sa fille
Résumé
En 1890, Edwin Romanzo Elmer a peint Morning picture et soixante-cinq ans après, la poétesse
Adrienne Rich a écrit un poème à propos de la peinture. Les deux œuvres offrent
une approche très différente sur la mort et le deuil, lesquels sont étudiés par
le biais de l’analyse comparative dans le cadre conceptuel de l’ekphrasis,
laquelle est définie comme la description verbale d’une représentation
visuelle. Les deux textes ont été analysés individuellement en commençant pour
l’objet plastique en tant que composition picturale. Le poème écrit par Rich à
partir de la peinture est analysé moyennant les outils de l’analyse littéraire
tels que les ressources structurelles et stylistiques présentes dans la
construction du poème en rapport dialogique qui a été établi avec la peinture.
Mots-clés: deuil, ekphrasis, peinture, poème.
¿Cómo se representan experiencias
tales como la muerte y el duelo en la pintura y la poesía? ¿Pueden estas expresiones artísticas establecer
un diálogo acerca de una vivencia tan dolorosa? El siguiente análisis
comparativo explora la naturaleza de esta conversación a través de dos textos:
uno pictórico, del pintor Edwin Romanzo (ver anexo 1), y otro poético, de la
escritora Adrienne Rich
(ver anexo 2).
Edwin Romanzo Elmer
(1850-1923) fue un pintor estadounidense de retratos, géneros y bodegones. Nació
en Ohio en 1850, el más joven de doce hijos en una familia de granjeros que se
mudó a Buckland, Massachusetts, cuando Edwin tenía seis años. Elmer perfeccionó
su arte en Buckland y vivió la mayor parte de su vida en Ashfield,
Massachusetts. Aunque estudió arte de manera privada, en Nueva York, no fue un
pintor reconocido en su época. Entre sus pocas obras se encuentran una escena
en tiza de un huerto de manzanas de Buckland, fechada en 1906, y Magic Glasses, una pintura de 1891 que está actualmente en el
Museo Shelburne de Vermont. Después de algunos
intentos fracasados como pintor, se dedicó principalmente a las labores
agrícolas. Fue diagnosticado con cáncer de abdomen y, al contraer una gran
deuda con el hospital, se suicidó en 1923.
Por otro lado, la poeta Adrienne Cecile Rich (16 de mayo de 1929, Baltimore, Maryland - 27 de marzo
de 2012, Santa Mónica, California), más conocida como Adrienne
Rich, fue una poeta, intelectual, crítica, feminista
y activista lesbiana estadounidense. Durante su vida, produjo numerosos
volúmenes de poesía que trazan una transformación estilística de la poesía
formal, bien elaborada, con un estilo personal y poderoso.
Ampliamente leída y
reconocida, durante décadas Rich fue una de las
escritoras más influyentes del movimiento feminista y una de las intelectuales
estadounidenses más conocidas. Triplemente marginada, como mujer, lesbiana y
judía, Rich estaba comprometida en su poesía, y en
sus muchos ensayos, con las políticas de identidad.
Aunque la poesía de Rich ha sido ampliamente analizada y discutida, el poema ecfrástico que escribió sobre la pintura Mourning Picture no ha recibido mucha
atención por parte de estudiosos de la literatura. Este poema entrelaza el objeto plástico de un
pintor casi desconocido con el texto poético de una escritora internacionalmente
aplaudida, en una conversación en torno a un tema trágico: la muerte y el duelo
de una hija.
Para el análisis comparativo
de los textos propuestos, se utilizará como marco conceptual la Écfrasis. Existen
varias definiciones de esta metodología comparatística,
como se evidencia en el artículo «Lectura iconotextual:
la écfrasis metaléptica como recurso representacional
en Una Novelista en el Museo del Louvre, de Zoé Valdés» de Iraida
Lisandra Bárzaga Morales, quien señala tres. Leo Spitzer
define la écfrasis como «la descripción poética de una obra de arte pictórica o
escultórica», mientras que James Heffernan se refiere
a esta como «la representación verbal de
una representación visual»[1]. Claus
Clüver, por otro lado, la define como «la representación
verbal de un texto real o ficticio compuesto en un sistema sígnico no verbal»[2]. Las
tres definiciones coinciden en el carácter relacional del texto verbal con el
objeto plástico. De acuerdo con Luz Aurora Pimentel en «Écfrasis y lecturas iconotextuales», el proceso de Écfrasis «establece una
relación tanto referencial como representacional con un objeto plástico que el
propio texto propone como autónomo, como otro con respecto al discurso
que intenta representarlo»[3].
Dado que el texto verbal
asume la representación de un objeto de artes visuales, se establece una
relación intertextual. De acuerdo con Marta Plaza Velazco, en su artículo «Poesía
que es pintura. Écfrasis literaria en exposición de Olvido García Valdés»:
La
écfrasis supone la puesta en relación de un texto literario con una obra de
arte, por eso puede ser entendida como una práctica intertextual (al tratarse
de un texto que toma como referencia a otro texto, aunque se trate de un texto
no verbal) o intermedial (ya que relaciona textos de
dos sistemas semióticos diferentes).[4]
Esta relación intermedial e intersemiótica entre
el objeto plástico y el texto verbal es consecuencia de la construcción de
sentido en dos medios artísticos diferentes (la pintura y el poema), que
funcionan como dos textos que se entrelazan, donde uno refiere al otro y
viceversa en un juego de espejos. De esta manera, el objeto plástico representado
entra en una compleja relación de identidad y otredad con el texto poético y
con el contexto en el que la écfrasis se inscribe. Como afirma Pimentel en el artículo previamente
mencionado: «Destaca, asimismo, el carácter doblemente representacional
de la écfrasis, puesto que se trata de la representación verbal de una representación
visual… el texto verbal representa al "texto" no verbal, compuesto en
un sistema de signos no verbal»[5].
Dado que la écfrasis implica
la representación de otra representación, se da también una relación de
mimetismo fundamentada en la imitación. Respecto a este tema, Marta Plaza
Velazco apunta, en el artículo antes mencionado, que «al tratarse de la
imitación de una imitación de la realidad, como mínimo, se da una doble mímesis
(«Como el texto ecfrástico representa con palabras
una representación plástica, esta mímesis es doble»)»[6]. Sin
embargo, este mimetismo se vuelve «ilusorio» o «ficticio» ya que la «representación
verbal toma gradualmente el poder de un objeto que se sostiene por sí mismo y
que ya no se apoya en otra representación tangible extra-textual»[7].
De esta manera, la relación que se establece entre la obra visual y el texto
escrito crea una resignificación del objeto plástico y una transformación en el
texto literario.
Este proceso de resignificación
de sentido sucede cuando el poeta selecciona, reorganiza y resignifica el
objeto plástico representado al convertirlo en un texto verbal. De igual
manera, el investigador también es parte de este proceso de resignificación al «construir
sentido» o «interpretar» ambos textos por separado y en su relación intertextual.
Pimental se refiere a esta dinámica, en
el artículo citado anteriormente, al indicar que: «no sólo la representación
visual es leída/escrita-de hecho, descrita-como texto, sino que al entrar en
relaciones significantes con el verbal, le añade a este último formas de
significación sintética que son del orden de lo icónico y de lo plástico»[8]. Pintura,
poema y lector/investigador participan en un diálogo donde pueden interactuar y
crear significado, como en una suerte de cajas chinas que contienen y son
contenidas a la vez por otras: re-presentación de otras re-presentaciones de
duelos lejanos y cercanos.
En «Ecfrasis
y lecturas iconotextuales», Pimental señala la
diferencia entre los objetos plásticos que pueden ser representados a través de
esta metodología; se habla de écfrasis referencial «cuando el objeto plástico
tiene una existencia material autónoma, o de écfrasis nocional cuando el objeto
“representado” solamente existe en y por el lenguaje, como en el caso del
escudo de Aquiles, el cual no existe fuera de la descripción que lo construye»[9]. Dado
que el objeto plástico en análisis sí tiene una existencia material, se
utilizará la rama de la Écfrasis conocida como «referencial o real».
Como se establece en la
introducción, este análisis comparativo aborda dos textos, uno pictórico y otro
literario, en un diálogo acerca de la muerte y el luto. Poca es la información
acerca del pintor Edwin Romanzo Elmer y su pintura Mourning
picture (1890). Su trabajo más conocido es
precisamente esta pintura, la cual fue descubierta por una sobrina años después
de su muerte, cuando finalmente se pudo apreciar su talento. Actualmente, la obra
se encuentra en el Museo de Arte del centro educativo Smith College.
La pintura inicialmente no tenía
ningún nombre. Posteriormente, se le otorgó el que tiene actualmente, debido a la
escena ahí representada. Imagen de luto, que es la traducción en español, representa
una escena familiar donde los protagonistas son el pintor mismo, su esposa, Mary
Ware Elmer, y su hija, Effie Lillian Elmer, quien
había muerto recientemente de apendicitis a la corta edad de 9 años (ver anexo
3). La pintura es, por lo tanto, una elegía visual de
Elmer en un intento por recordar y retener a su hija.
Por otro lado, aunque la obra
poética de Adrienne Rich ha
sido ampliamente abordada por críticos y estudiosos de la literatura, existen
pocos artículos del trabajo ecfrástico de Mourning Picture. Este texto es parte de una
colección de poemas titulada Collected Early Poems 1950- 1970, publicada
en 1950.
Entre los ensayos acerca del
poema de Rich, se encuentra Ekphrasis
as an Analytical Mode in Biography, de Sue Lovel, el cual compara a la poeta con la figura de Effie Elmer.
De acuerdo con la autora, ambos personajes femeninos habitan un espacio de ambivalencia.
«When Rich vacates her voice,
Effie occupies it (…) Perhaps, what Rich and Effie share is that sense of
standing behind materiality: for Effie, it is the world she haunts but no
longer inhabits; for Rich, it is the poem she writes but does not occupy. Though not identically,
they are both outside the frame».[10]
De acuerdo con Lovel, tanto Rich como Effie son
figuras femeninas empoderadas que, metafóricamente, se posicionan «fuera del
marco». Por un lado, Rich fue conocida por su escritura
transgresora de normas sociales y Effie, como se verá en el análisis del texto
poético, toma el control de la pintura, convirtiéndose en la narradora de su
propia muerte.
En su artículo «Remediar el
género: ecfrasis, museos y autor(a)referencia», Irene
Artigas Albarelli se refiere a la «importancia que la
conciencia de genderización tuvo en la obra [de
Rich] y cómo su escritura se convirtió en una acción
política cultural e imprescindible»[11]. Aunque Artigas no aborda directamente el poema
ecfrástico en discusión, si analiza la manera
personal en que Rich se relaciona con este proceso
creativo, ya que de hecho escribió varios poemas de este tipo: «Para [esta poeta], la écfrasis fue una forma de extender
sus objetivos feministas encontrando nuevas visiones (re-visiones) en actos
concretos de observación»[12], añadiendo que dichas producciones son «formas de entrenar al ojo para seleccionar y comprender lo
que ella veía de otra manera»[13].
Esta manera
particular de ver es precisamente la que Rich manifiesta
en su poesía ecfrástica, ya que ocurre una reconfiguración
de la relación entre el sujeto poético y el objeto mirado, con el fin de crear
diferentes roles en la política de la «mirada». De acuerdo con Elizabet
Loizeaux, citada por Marta Soares en su artículo «Language Cannot Do Everything»:
This «feminist ekphrasis» (…) recognizes
that a woman’s place as viewer is established within, beside, or in the face of
a male-dominated culture, but that the patterns of power and value implicit in a tradition of male artists and
viewers can be exposed, used, resisted, and rewritten.[14]
Para Rich,
la poesía ecfrástica es una manera de resistir y
subvertir percepciones y construcciones patriarcales que han inmovilizado a
sujetos femeninos por siglos.
De acuerdo con Soares, la
relación dialógica entre pintura y poema es tensa, ya que Effie reclama autonomía rompiendo con el rol pasivo otorgado por su padre: «the poem succeeds
in transferring the creator’s authority from father to
daughter, for the scene is
now a projection of Effie’s dream
(…)»[15]. Durante las décadas de 1960 y 1970, Rich recurrió a la écfrasis para provocar una revisión
cultural de las representaciones femeninas convencionales. Como la misma autora escribió
en su poema Planetarium:
«What we see, we see/ and seeing is changing»[16].
Es la mirada transformadora de Adrienne Rich la que convoca al
lector a examinar la escena de duelo con ojos nuevos; esta vez, a través de los
ojos de Effie, reconstruyendo de esta manera la representación de la niña
muerta.
Otras autoras que mencionan
el poema Mourning Picture son Elizabeth
Young en su artículo Mourning Pictures and Magic Glasses. Asimismo,
Elizabeth Bergmann Loizeaux
aborda esta producción poética de Rich en Women Looking: The Feminist Ekphrasis
of Marianne More and Adrienne
Rich más que todo desde un punto de vista
feminista, ligado con el proceso de re-vision
propuesto por Rich para escapar de la mirada
masculina. Marta Soares en su artículo «Language Cannot Do Everything: Ekphrasis as a Strategy of Re-vision in Adrienne Rich’s Poetry» analiza varios poemas de Rich
como una estrategia de la poeta para ir más allá de los límites del lenguaje
mismo. El poema de Rich ha sido analizado más que
todo desde una perspectiva feminista y revisionista, relacionado con conceptos
como la mirada masculina, conocido como «the gaze». A través de este y otros poemas ecfrásticos,
Rich logra empoderar personajes femeninos
liberándolos de los límites impuestos por el marco de la pintura misma.
La representación del duelo
plasmada en la pintura expresa el deseo de Elmer por inmortalizar a su hija. Este
retrato familiar de 1890 muestra al artista y a su familia en frente de la casa
que él y su hermano habían construido en Massachusetts en 1875. El objeto
plástico se destaca por sus intrincados detalles y el contraste entre la
familia de luto, que se sienta en una oscuridad relativa, y la hija muerta, que
está bañada por la luz del sol. Como se mencionó anteriormente, Mourning Picture
hace referencia a la muerte de Effie. Se cree que el dolor de esta pérdida abrumó
tanto a los padres que decidieron abandonar la casa; por lo que la pareja
empacó los juguetes de la niña y regaló a sus mascotas. Pero antes de irse,
Elmer sintió que también necesitaba recordar, así que pintó este cuadro extraño
y lleno de angustia, donde plasmó por última vez una escena familiar que
incluía también a su hija fallecida.
Al principio, la pintura parece un ensueño de verano pintado por
la mano de un artista inexperto, pero talentoso y meticuloso para los detalles,
lo cual describe la obra plástica de Elmer. Se puede observar la hierba, las
hojas individualizadas de los árboles, las sombras nítidas: todo el efecto es impresionante.
De hecho, la pintura recuerda el estilo de los prerrafaelistas, con rasgos de
corte surrealista como los de Magritte y Dalí.
Una pintura es una representación del espacio. En la obra de
Elmer, la composición pictórica está perfectamente equilibrada. Del lado
derecho se encuentran los padres y la casa familiar y del lado izquierdo Effie
con sus animales amados. Dos juguetes se encuentran ubicados en la zona inferior
derecha cerca de la niña. Exactamente en el centro de la composición, hay un
árbol pequeño y delgado que divide ambos mundos: el de los vivos y el de los
muertos. Este árbol funciona como un eje que establece líneas imaginarias alrededor
del cual se distribuyen los elementos de la pintura. Esta composición de dos
mitades contrasta la luz del sol primaveral con suaves colinas y una zona
sombría frente a una casa de madera con ventanas cerradas. En el primer plano
de la izquierda se encuentra la niña con las manos sobre un cordero, mientras
que a la derecha su figura está equilibrada compositivamente por una madre y un
padre vestidos para un funeral. La distribución de los cuerpos crea un sentido
de equilibrio en el objeto plástico.
Analizando el plano derecho, se observan los padres muy cerca de
la casa. Las ventanas de la segunda planta están cerradas como si nadie
habitara ahí. Los padres vestidos de negro absoluto están sentados en sillas de
madera y no muestran ningún tipo de emoción; sus caras impávidas están pálidas.
Él sostiene un periódico cerrado y ella un objeto que parece ser una taza. Ambos
tienen la mirada perdida sin enfocar nada específico. En el plano inferior hay
juguetes de la época: un cochecito de mimbre con una muñeca y un sombrero con
un lazo rojo sobre la hierba. Estos elementos son los únicos que tienen color y
ofrecen contraste con el paisaje que tiene colores opacos como el beige, verde
musgo y café. Significativamente, estos juguetes son los objetos amados de la
niña muerta. La madre se posiciona bajo las sombras de un arbusto, como
cubriéndose de los rayos del sol. Este es un arbusto de flores conocidas como lilas
de color lavanda, que están relacionadas con el amor y la muerte. Se puede
apreciar que la figura materna es la que está más en la sombra en comparación con
su esposo y su hija. Esto puede estar relacionado al dolor que la muerte de la
niña le ha causado y al estado sombrío en que se encuentra.
La imagen de la casa es importante como emblema de la familia. De
hecho, la construcción se impone en la mitad del espacio superior derecho de la
pintura. Esta estructura está cerca de los padres, detrás de ellos para ser
exactos, como si de alguna manera los representara. Esta cercanía puede sugerir
que ellos son ahora los únicos habitantes del inmueble. El tamaño y diseño de la
casa evidencia la condición económica estable de la familia, ya que es grande y
de buena apariencia; lo que podría explicar en parte el impacto de la muerte de
la única hija de una familia de clase media alta. La casa tiene colores
apagados como el café claro y el gris, que transmiten monotonía y pasividad. Al
mismo tiempo, la casa es un símbolo de la historia familiar y herencia que en
este caso se ve frustrada por la muerte prematura de Effie. La construcción se
percibe como una casa vacía, un recuerdo doloroso de una familia dividida.
Analizando el lado izquierdo de la pintura, se observa a Effie de
pie a cierta distancia de los padres. Ella viste un atuendo de rayas de colores
que contrasta con la vestimenta negra y solemne de sus padres. Hay un gato pequeño
y un cordero. El cordero oculta una pierna de la niña lo que la hace ver extraña,
como si le faltara una extremidad y estuviera incompleta. Los animales se
relacionan con la noción de inocencia, especialmente el cordero blanco que la
niña sostiene, relacionado tradicionalmente con los niños y la pureza. Asimismo,
el cordero blanco es un símbolo de sacrificio y expiación. La imagen de la niña
y su cordero refuerza la idea de una infancia perpetua, ya que Effie no pudo
crecer.
Contrariamente al plano derecho, el izquierdo, donde Effie se
posiciona tiene colores vivos como el vestido que ella porta y la presencia de luz.
Aunque su cara es seria y sin expresión, sus mejillas están rosadas y tanto
ella como sus mascotas parecen estar iluminados por el sol. La figura de la
niña está en un primer plano y constituye lo que se conoce como el «centro visual»
de la obra, ya que es lo que llama la atención del espectador de inmediato. Su
tamaño es relativamente grande y su mirada dirige al espectador hacia sus
padres, sentados en las sombras. A sus pies se observan las únicas flores de la
escena familiar, son pequeñas flores silvestres de colores pastel. Esta
interacción y contraste de colores crea lo que se conoce como «tensión dinámica»,
efecto que produce movimiento en el objeto plástico. Aunque a primera vista parece
que la obra de arte solo hubiera representado a una familia en su rutina diaria,
después de examinarla detenidamente, el espectador se da cuenta de que, tanto
los padres como la hija, tienen expresiones sombrías en sus caras. La pintura
se torna misteriosa y sus habitantes, por su extrema pasividad y falta de expresividad,
asemejan fantasmas más que seres vivientes; creando una atmosfera lúgubre en la
escena.
La naturaleza incorporada en el objeto plástico es escasa; se
aprecian algunos árboles pequeños y delgados típicos de la región de Nueva
Inglaterra. Hay algunas colinas de baja altura en el fondo de la pintura que se
perciben detrás de la figura de la niña. Los colores que predominan son el
verde, en diferentes tonalidades, tales como el verde musgo y verde claro. La
línea monocromática de la casa y los verdes del paisaje son colores apagados,
que presentan pocos contrastes y transmiten tristeza y opresión. El único elemento
de cambio se encuentra en el cielo celeste claro que sirve de fondo. Hay
algunas nubes blancas en el cielo, parece ser un día primaveral lleno de luz y
claridad, lo que contrasta con el resto del texto pictórico.
De acuerdo con Elizabeth Young en su artículo «Mourning
Picture and Magic Glasses», la pintura de Elmer
contiene la mayoría de los elementos conocidos en inglés como «uncanny» que se puede traducir como «extraño» o «raro»: «the house with
the darkened Windows (…) is a domestic space
made strange; the doll, with
its vacant stare, straddles the line between animate and inanimate. Even the Lamb seems
uncanny»[17].
La combinación de objetos animados e inanimados es en parte responsable de la
atmosfera lúgubre que permea la escena. El espacio doméstico y familiar se
vuelve extraño y ajeno. Young también se refiere a la representación de la niña
como una figura que habita dos mundos: el de los vivos y el de los muertos de
manera simultánea: «the waxy
face, stiff body, and formal dress of Effie Elmer evoke the nineteenth-century postmortem photograph»[18].
Para Young, la representación de la niña, por la rigidez de su cuerpo y la
formalidad de su vestido, asemeja una foto post mórtem, lo cual era una
costumbre de la época para preservar el recuerdo de un ser querido. Aunque se
sabe que Elmer pintó a su hija basándose en una vieja fotografía suya y que no
existen de la niña este tipo de retrato; sin haberlo planeado la imagen de Effie
en la pintura se convierte de hecho en su «fotografía post mórtem».
Quizás el efecto más extraño en la pintura es el craquelado, o el
crujido como una telaraña, en las nubes. Esto ocurrió por accidente, y como resultado
de que la pintura blanca se secara más rápido ya que contenía menos aceite. Este
efecto aumenta la atmósfera temblorosa de la imagen de extrema fragilidad y
dolor fragmentado. Paradójicamente, aunque Effie está muerta, su representación
tiene más luz y color que la de sus padres. Conjuntamente, hay objetos
importantes relacionados con ella como sus juguetes favoritos y sus mascotas;
que funcionan como elementos metonímicos que la representan en su ausencia. Se
da también una fijación o suspensión del tiempo. La inmovilidad y falta de
expresión de los personajes del cuadro crean una fijación del momento del duelo
como si el reloj se hubiera detenido ahí para siempre, de la misma manera en
que se había detenido para la niña.
Por lo analizado
en los párrafos anteriores, se puede afirmar que el momento de luto es
representado en el objeto plástico como una inversión de roles: los padres parecen
estar muertos mientras que la hija está aún viva. La muerte emocional de los
padres los lleva a la total inmovilidad y falta de expresión. El luto los
coloca en un estado sombrío donde no hay color, movimiento ni vida. El recuerdo
y los objetos amados de ese ser que ya ha partido son vitales en su proceso de retorno.
Aunque distante y etérea, Effie es el único miembro de la familia que parece
tener vida en la pintura, físicamente ausente pero viva en los recuerdos de sus
padres. El deseo de Elmer se cumple en su creación, ya que logra materializar e
inmortalizar a su hija, fijándola en el tiempo y en el objeto plástico. En la quietud de la imagen, Effie queda
atrapada para siempre a la edad de su muerte. Ella permanece anclada al lugar donde una vez jugó
con sus mascotas y juguetes, incapaz de estar con sus padres, quienes solo
pueden sentarse y recordar.
En contraste con la pintura que expresa el deseo del pintor por
inmortalizar a su hija, la re-presentación del
duelo en el poema Mourning Picture expresa
el sueño de Effie. A través de su poema ecfrástico,
Adrienne Rich establece un diálogo con la pintura previamente
analizada, transformando a la niña, quien deja de ser un objeto plasmado para convertirse
en un sujeto creativo. Como afirma Irene Artigas Albarelli
en su artículo «Remediar el género: écfrasis, museos y autor(a)referencia»:
Alguien observa algo y escribe sobre
eso que observó. Su mirada selecciona lo que le impresionó de la obra, lo que incluirá
en su escritura, lo que quiere decir sobre ella. Su propio discurso se coloca
junto al de la obra artística y quien lee reconoce esas dos voces que a veces
corren paralelas y a veces enfrentadas. Debido a su estructura y su carácter
derivado, la écfrasis incluye necesariamente este dialogismo.[19]
Dentro de esta relación dialógica con el objeto plástico, la mirada de Rich se posa sobre Effie, la cual se convierte en la voz que
narra la escena pictórica. En su nuevo rol de sujeto lírico, la niña muerta reconoce
los objetos que antes formaban parte de su cotidianidad, como los muebles de su
casa. Asimismo, distingue a sus padres vestidos
de luto: «They have
carried the mahogany chair and the cane rocker/out under the lilac bush/and my
father and mother darkly sit there, in black clothes» (1-3). El uso del adverbio «darkly» (triste o
misteriosamente) acentúa la atmósfera funesta que permea la escena.
Como reconocida feminista que era, Rich
recurrió a la poesía ecfrástica como una manera de
desarticular estructuras patriarcales de representación de las relaciones de
poder, conocimiento y deseo. Rich concibe la écfrasis como un proceso de re-vision o tener una nueva
visión: «Re-vision —the
act of looking back, of seeing with fresh eyes, of entering an old text from a
new critical direction»[20]. Al tener una voz, Effie deja de ser la figura
femenina tradicionalmente silenciada por la sociedad, por su padre y,
finalmente, por la muerte, para convertirse en el centro de la construcción de
sentido de la pintura y del duelo representado ahí. Significativamente, Effie
es la única voz en el poema. Sus padres, por otro lado, continúan sentados en
sus sillas en completo silencio.
Además de tener voz, la niña muerta adquiere la capacidad de ver y
describir la escena plasmada en la pintura. Esta nueva «mirada» le permite observar
y re-crear el objeto plástico. Por medio de una especie de «desdoblamiento», Effie puede
liberarse del cuadro de su padre y describir el texto pictórico desde «afuera»: «Our clapboard house stands fast on its
hill/ my doll lies in her
wicker pram/ gazing at western Massachusetts» (4-6). El uso de pronombres posesivos como «our» y «my» evidencia este
nuevo dominio de las cosas que pasan a ser de su propiedad.
La nueva voz y mirada de Effie evidencian un proceso de empoderamiento entrelazado
a un estado de autonomía. En el texto
poético, se encuentran dos ejemplos donde este nuevo rasgo es notorio: «I am Effie; visible and invisible/ remembering and remembered» (19-20). El uso del verbo «ser» en tiempo
presente refuerza el proceso de consolidación de identidad anclado al momento presente,
lo que contradice el hecho de Effie ya no esté viva. Paradójicamente, la niña se describe a sí
misma como «visible» ya que existe en el poema, pero «invisible» ya que ha
muerto. Esta dualidad es expresada también en la habilidad que tiene de
recordar y ser recordada. El hecho de
que el verbo «recordar» sea usado en presente progresivo indica que este
proceso no ha finalizado, lo que refuerza la idea de que Effie siga de alguna
manera presente. Asimismo, al final del poema, el sujeto lírico repite la misma
afirmación: «I am Effie…» (32), ratificando su identidad, desafiando al
tiempo y a la muerte.
La nueva
identidad de Effie se manifiesta
a través del poder creativo adquirido, el cual le permite reconstruir el paisaje de la
pintura: «I could remake each shaft of grass/ feeling
its rasp on my fingers,/ draw out the map of every lilac leaf/ or the net of
veins on my father’s/ grief-tranced hand» (8-12). El uso del condicional «could» junto al verbo
«remake» revela el poder creativo que el yo lírico ha adquirido. Es como si la
niña conociera de memoria cada hoja, cada flor del jardín; inclusive la mano
venosa de su padre doliente, la cual es comparada con las venas de las hojas de
los árboles. De hecho, los recuerdos juegan un papel importante en este proceso
de re-creación del objeto plástico. Ocurre de esta manera, una inversión de
roles: ahora es la hija la que tiene el poder de «pintar» la mano de su
padre en luto, así como los objetos de su cotidianidad, convirtiéndose en el
artífice del momento plasmado.
Este proceso creativo está presente en varias secciones del poema. La segunda estrofa inicia enfatizando este nuevo poder: «Out of my head,
half-bursting,/ still filling, the dream condenses--/ shadows, crystals,
ceilings, meadows, globes of dew» (13-15). Un listado de
objetos y posibilidades emerge de los sueños del yo lírico revelando que su
capacidad creativa es ilimitada: «Could I give back the leaf its skeleton,
the air/ its early-summer cloud» (29-30). Es a través del recuerdo y la narración,
que Effie puede reconstruir el texto pictórico desde una perspectiva personal y
poderosa. El poema termina con una oración reveladora: «I am Effie, you
were my dream» (énfasis de la autora del artículo). De acuerdo con
Marta Saores en su artículo «Language
Cannot Do Everything»:
The poem succeeds in transferring the creator’s authority from father to
daughter, for the scene is now a projection of Effie’s dream, located on the
reverse of Elmer’s painting …. Effie becomes the vanishing point where
opposites meet, the subversive creator who finds herself as such in the realm
of ekphrastic poetry.[21]
De esta manera, el poema logra transferir la autoridad creativa del
padre a la hija, ya que la escena es ahora una proyección del sueño de Effie,
ubicado en el reverso del cuadro de Elmer.
Marta Soares afirma que en el poema de Rich,
la muerte no limita a Effie sino, por el contrario, le da una fuerza
omnipresente que le permite relacionarse con el tiempo pasado y futuro simultáneamente:
Instead of dictating Effie’s absence, death translates her into a
powerful omnipresence endowed with omniscience; in the poem she is fully
knowledgeable of the past («This was our
world»), and then future («They will move from the house»). Empowered by
death and by the poem, Effie finds the strength to challenge her father’s
authority as maker of the painting.[22]
Paradójicamente, son el texto poético y la muerte misma las que empoderan a Effie, permitiéndole recrear su propia versión
de la pintura: «No longer entrapped in Elmer’s painting,
Effie claims agency as creator by threatening to remake his work and make it
her own: “Should I make you, world, again”»[23].
El poema de Rich es totalmente descriptivo construido
a partir de imágenes visuales, lo que emula el efecto de una pintura en el
espectador. Las imágenes del poema son vívidas y dibujan elementos de la casa familiar.
En la primera estrofa se describen con detalle ciertos objetos especificando
los materiales de los que están fabricados: la silla es de «caoba», la mecedora
de «caña» y el coche de
la muñeca es de «mimbre». La segunda estrofa dibuja los colores y la luz de esa mañana de verano:
«Under the dull green of the lilacs, out in the
light/ carving each spoke of the pram, the turned porch-pillars,/ under high
early-summer clouds» (16-18). Hay colores como el verde y el violeta
de las flores, la presencia de la luz y las nubes de principio de verano. En
esta imagen encontramos referencia a las columnas torneadas del pórtico o entrada
de la casa. Este espacio liminal nos recuerda la condición misma de Effie, que no
solo se mueve entre dos medios, pintura y poema, sino también entre dos mundos.
A través de la
voz y la mirada de Effie, la escena de duelo se convierte en una suerte de
sueño en el cual ella puede «pintar» escenas familiares
y objetos amados. Liberada del cuadro y del recuerdo de su padre, la niña
construye un sentido de identidad y autonomía que le permite redefinirse por medio
del poder creativo de las palabras. Mediante un proceso introspectivo, el
sujeto lirico puede reflexionar acerca de lo que fue, lo que es y lo que pasará
después de su partida. Contrario a la fijación del momento que encontramos en
el objeto plástico, en el poema la niña se mueve en un tiempo que no se detiene,
sino que fluye eternamente. El sueño de Effie se concretiza en el poema, atravesando
el deseo de su padre plasmado en la pintura.
Para Effie:
Antes de volver
a nacer, tienes que morir.
Salman Rushdie
En esta relación
dialógica que ocurre entre el objeto plástico y el texto poético se aprecian
ciertas semejanzas y diferencias en sus aproximaciones respectivas a la
experiencia de la muerte y el duelo. La principal similitud es el rol
protagónico de Effie en ambos textos. La pintura de Elmer coloca a la niña en
el centro visual de su creación, en oposición con la representación de los
padres que ocupan un espacio secundario. Esto es logrado por medio de recursos pictóricos
basados en una dinámica binaria que contrasta el uso de colores opacos y vivos,
la presencia-ausencia de la luz y el posicionamiento en un plano principal o
subordinado de los diferentes personajes y objetos de la pintura.
De manera
similar, en el texto poético de Rich, Effie es la
mirada que observa y la voz que narra la escena familiar. Empoderada por la
muerte y liberada del marco de la pintura de su padre, la niña se convierte en
la creadora de significado de esta. Por medio de la palabra, Effie adquiere el
poder de re-construir todo lo que ve: «shadows, crystals, ceilings, meadows, globes of dew»
(15). Se puede afirmar que Effie se posiciona en el
centro de ambas representaciones ya que es a partir de ella que se construye
sentido. Paradójicamente, la ausencia de la hija es la que se transforma en
presencia dominando pintura y poema. Effie
no solo está viva; sino que alcanza la inmortalidad a través de ambas
representaciones.
El protagonismo de la niña se
encuentra ligado a la inversión de roles que ocurre en ambos textos. En la
pintura, es la niña muerta la que es representada viva mientras sus padres
parecen haber muerto. De igual manera, en el texto poético, Effie es la fuerza
creadora que desplaza a su padre, quien se convierte en un elemento más de su
sueño. Morir o vivir, crear o ser creado; dos momentos entrelazados en las representaciones
de Mourning picture.
Tanto el texto
poético como el visual hacen referencia a ciertos objetos, como juguetes y mascotas,
que son usados con un sentido metonímico de Effie y su inocencia. Asimismo, hay
elementos de la casa familiar como muebles y la naturaleza típica de Massachusetts que están
presentes como parte de la cotidianidad que los unía como la familia que ya no
son. La luminosidad que rodea a Effie en la pintura se encuentra también en el
poema por medio de imágenes visuales que aluden a colores y a la presencia de
la luz como parte de su mundo.
Interesantemente,
la principal diferencia entre los textos analizado remite a Effie de nuevo y a
las maneras en que es representada. Como se expuso anteriormente, Effie
experimenta un proceso de metamorfosis, ya que deja de ser una proyección del
dolor de su padre para desarrollar un sentido de identidad, convirtiéndose en
el yo lírico del poema que sueña la escena del luto de su propia muerte.
Otra diferencia
entre los textos analizados es su aproximación al tiempo. En el poema, Effie
desafía no solo a su padre y a la muerte, sino también al tiempo: «They will move
from the house,/ give the
toys and pets away./ Mute and rigid with loss my mother/
will ride the train to Baptist Corner» ( 21-24). En un acto de anticipación a los hechos,
Effie puede predecir las acciones y emociones de sus padres, como parte de una
realidad de la cual ya ella no forma parte. De la mima manera puede volver al
pasado a contemplar la casa y decir: «this was our
world» (7). Contrario
a la fijación del tiempo que encontramos en el objeto plástico, que exhibe una
realidad congelada en el lienzo, en el poema el tiempo puede fluir libremente.
La relación dialógica que
sucede a partir del proceso de écfrasis abre un espacio donde padre e hija
pueden conversar acerca del momento doloroso que significa la muerte y la
experiencia del duelo que esto ocasiona, creando múltiples significados y
significantes. Como afirma Pimentel en «Écfrasis y lecturas iconotextuales»:
«la écfrasis misma, en tanto que lectura/escritura del texto visual modifica
nuestra percepción del objeto plástico, reorganiza nuestra mirada y la
jerarquiza de acuerdo con los valores establecidos por el texto verbal»[24]. En
esto radica la riqueza del ejercicio de la écfrasis, en redireccionar miradas y
construir pactos intertextuales e intermediales, de
los cuales el lector/investigador es un participante activo.
Como texto ecfrástico, el poema no re-presenta, sino que re-significa
al objeto plástico al entrar en una red textual y contextual diferente, construida
por la visión de la poeta. Pintura y poema se miran frente a frente. En la
primera, un recuerdo doloroso fijado en una imagen; en el segundo, una narradora/protagonista
que cuenta su historia de morir. Al final, los dos comparten un elemento esencial:
una niña que nos mira, nos inquieta y cuestiona acerca de la muerte y el luto volviéndose
inmortal en el arte.
Formato de citación según APA
Molina-Espinoza, I. (2021). Muerte y luto en Mourning picture: conversaciones
entre un pintor y su hija. Revista Espiga, 20
(42), 147-168.
Formato de citación según Chicago-Deusto
Molina-Espinoza, Ileana. «Muerte y luto en Mourning picture:
conversaciones entre un pintor y su hija?». Revista Espiga 20, n.º 42
(julio-diciembre, 2021): páginas 147-168.
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https://poets.org/text/notes-ekphrasis
https://www.altillo.com/articulos/pintura_print.asp
https://www.newyorker.com/books/page-turner/adrienne-richs-poetic-transformation
https://www.poetryfoundation.org/poets/adrienne-rich
Anexo 1
Pintura Mourning
picture de Edwin Romanzo Elmer
Mourning picture. Edwin Romanzo Elmer,
1850-1923. Smith College Museum of Art, Massachusetts.
Tomada de:
https://www.ekphrastic.net/ekphrastic-journal/mourning-picture-by-adrienne-rich
Anexo 2
Poema Mourning Picture de Adrienne Rich (1965)
(The picture was painted by Edwin Romanzo
Elmer (1850-1923) as a memorial to his daughter Effie. In the poem, it is the
dead girl who speaks).*
They have carried the mahogany chair and the cane rocker
out under the lilac bush,
and my father and mother darkly sit there, in black clothes.
Our clapboard house stands fast on its hill,
my doll lies in her wicker pram 5
gazing at western Massachusetts.
This was our world.
I could remake each shaft of grass
feeling its rasp on my fingers,
draw out the map of every lilac leaf 10
or the net of vines on my father’s
grief-tranced hand.
Out of my head, half-bursting,
still filling, the dream condenses —
shadows, crystals, ceilings, meadows, globe of dew. 15
Under the dull green of the lilacs, out in the light
carving each spoke of the pram, the turned porch-pillars,
under high early-summer clouds,
I am Effie, visible and invisible,
remembering and remembered. 20
They will move from the house,
give the toys and pets away.
Mute and rigid with loss my mother
will ride the train to Baptist Corner,
the silk-spool will run bare. 25
I tell you, the thread that bound us lies
faint as a web in the dew.
Should I make you, world, again,
could I give back the leaf its skeleton, the air
its early-summer cloud, the house 30
its noonday presence, shadowless,
and leave this out? I am Effie, you were my dream.
* La nota aclaratoria fue
escrita por Rich.
Anexo 3
Fotografía de lápida de Effie
Elmer
Arms Cemetery, Shelburne Falls, Franklin County,
Massachusetts
Tomada
de: http://www.robertstrongwoodward.com/Scrapbook/Bauerlein.html
[1] Iraida Lisandra
Bárzaga Morales, «Lectura iconotextual: la écfrasis metaléptica como recurso
representacional en Una Novelista en el Museo del Louvre, de Zoé Valdés». Revista
Comunicación 27, n.° 1 (2018): 2.
[2] Ibíd.
[3] Luz Aurora
Pimentel, «Écfrasis y lecturas iconotextuales», Revista de teoría literaria
y literatura comparada Poligrafías, n.° 4 (2003): 205.
[4] Marta Plaza
Velasco, «Poesía que es pintura. Écfrasis literaria en exposición de Olvido
García Valdés», Actio Nova: Revista de teoría de la literatura y literatura
comparada, n.° 2 (2018): 37.
[5] Pimentel,
«Écfrasis y lecturas…, 206.
[6] Velasco, «Poesía
que es pintura…, 36.
[7] Ibíd.
[8] Pimentel,
«Écfrasis y lecturas…, 206.
[9] Pimentel, «Écfrasis y lecturas …, 3.
[10] Susan Lovell, «Ekphrasis as an Analytical Mode in
Biography: Finding Vida Lahey's Romantic Character». Auto/Biography
Studies
28, (2013): 10.
[11] Irene Artigas
Albarelli, «Remediar el género: ecfrasis, museos y autor(a) referencia». Interférences
littéraires/Literaire interferenties (2017): 164.
[12] Ibíd., 173.
[13] Ibíd., 174.
[14] Marta Soares,
«Language Cannot Do Everything”: Ekphrasis as a Strategy of Re-vision in
Adrienne Rich’s Poetry» (conferencia dada en Turquía en noviembre de 2010): 26.
[15] Ibíd., 27.
[16] Adrienne Rich, Poems. (Classic Poetry Series. The
World’s Poetry Archive, 2012): 34.
[17] Elizabeth Young, «Mourning Pictures
and Magic Glasses [The First of Two Parts]», The Massachusetts Review 54,
n.° 3 (2013): 549.
[18] Ibíd., 550.
[19] Irene Artigas
Albarelli, «Remediar el género..., 166.
[20] Marta Soares, «Language Cannot Do…, 4.
[21] Ibíd., 27.
[22] Ibíd.
[23] Ibíd., 28.
[24] Pimentel, «Écfrasis
y lecturas…, 208.