Escuela
de Ciencias Sociales y Humanidades, UNED, Costa Rica
https://revistas.uned.ac.cr/index.php/espiga
ISSN:
1409-4002 • e-ISSN: 2215-454X
María Isabel Navarro-Guillén*
https://orcid.org/0000-0003-4172-1181
Recibido: 07 de mayo de 2020 •
Aceptado: 24 de julio de 2020
Resumen
En este ensayo se
realiza un análisis de la psicopedagogía en el contexto costarricense a partir
de una exhaustiva revisión bibliográfica. Se resalta el papel protagónico de
las universidades, las cuales forjaron el camino para el desarrollo de la
psicopedagogía por medio de su intervención investigativa y formativa en el
país. El creciente interés por mejorar los procesos de aprendizaje y la
investigación educativa son acontecimientos significativos que impulsaron la
institucionalización de la psicopedagogía como especialidad universitaria. No
es hasta 1998, cuando surge como profesión, que se otorgan los primeros diplomas
en licenciatura en psicopedagogía en la Universidad Nacional de Costa Rica.
Actualmente, el campo psicopedagógico enfrenta desafíos como la consolidación
epistemológica, la delimitación de las funciones profesionales y el aumento de
los escenarios de ejercicio profesional.
Palabras clave: Epistemología,
desarrollo profesional, institucionalización
académica.
Psychopedagogy
in Costa Rica: history and practice
Abstract
In this essay, an analysis of psychopedagogy in the Costa Rican context, drawn from an extensive bibliographic review, is carried out. The leading role of the universities is highlighted, as they forged the way for the development of psychopedagogy by way of their investigative and formative intervention in the country. The growing interest to improve learning processes and educational research are significant happenings which promoted the institutionalization of psychopedagogy as a university major. It wasn’t until 1998, after this career arose, that the first degrees in psychopedagogy from the National University of Costa Rica were awarded. Currently, the area of psychopedagogy faces challenges such as its epistemological consolidation, demarcation of professional duties, and the increase in scenarios of professional practice in this area.
Key words: Epistemology,
professional development, academic institutionalization.
Psychopédagogie au Costa Rica: antécédents et
pratique
Résumé
Cet essai analyse
la psychopédagogie dans le contexte costaricien à partir d’une révision
bibliographique. Il met au premier plan le rôle des universités, lesquelles ont
forgé le chemin pour le développement de cette discipline moyennant leur
intervention formative et de recherche éducative dans le pays. L’intérêt
grandissant pour améliorer les processus d’apprentissage et la recherche
éducative sont des facteurs qui ont contribué à l’institutionnalisation de la
psychopédagogie comme spécialité universitaire. Ce n’est qu’en 1998 quand la
psychopédagogie émerge en tant que profession, lorsque les premiers diplômes en
« licenciatura » (grade universitaire au Costa Rica, après la License) en
psychopédagogie de l’Université Nationale du Costa Rica sont décernés.
Actuellement, le domaine psychopédagogique relève des défis tels que la
consolidation épistémologique, la délimitation des fonctions professionnelles
et l’augmentation des scénarios d’exercice professionnel.
Mots-clés: Épistémologie, développement professionnel, institutionnalisation académique.
Introducción
El presente ensayo se
desarrolló desde un proceso de selección, consulta y análisis de diferentes
fuentes, tales como revistas científicas, trabajos finales de graduación y
libros, entre otros. A raíz del rastreo bibliográfico realizado, se evidenció
la escasez de reseñas sobre el desarrollo profesional y la génesis de la
psicopedagogía en Costa Rica. La mayor parte de las
producciones investigativas en este campo se han orientado a temáticas como la
escolarización y la intervención de problemas de aprendizaje.
Estos hallazgos
respaldan la importancia de ampliar los escenarios investigativos para
profundizar en la comprensión de la psicopedagogía. Es por esta razón que se
revisará el camino que ha recorrido, es decir, los principales acontecimientos
y los actores que participaron en acciones que dieron paso a su desarrollo. Se
tratará, además, algunos aspectos actuales de la psicopedagogía entre ellos la
complejidad epistemológica del campo, la delimitación de las prácticas
profesionales y los ámbitos de ejercicio profesional.
Antecedentes
internacionales: desarrollo de la psicopedagogía
La psicopedagogía
surgió de la confluencia de dos tradiciones disciplinares: la psicología y la
pedagogía. Con el pasar del tiempo, se trascendió de la aplicación de los
conocimientos derivados de estas disciplinas a nutrirse de todas las ciencias
que estudian a los seres humanos y a la sociedad de una forma directa e
indirecta[1], desplegando nuevos
y más complejos saberes sobre la persona en situación de aprendizaje,
interviniendo los procesos de construcción de conocimientos individuales y
organizacionales, en las diferentes etapas del ciclo vital y en los diversos
contextos de desarrollo.
El término psicopedagogía
es relativamente reciente, aparece por primera vez como psycho-pédagogie
en una publicación en 1908, en París, Francia, asociado a técnicas
psicométricas destinadas a la clasificación de los escolares[2]. Poco a poco se fue
normalizando el concepto y, junto con este, aparecieron otros derivados como
psicopedagógico y psicopedagogo. Sin embargo, es importante señalar que las
aportaciones teóricas y prácticas que prepararon el terreno para el desarrollo
de la psicopedagogía toman fuerza desde el siglo XIX. Es en este periodo donde
se da una proliferación de estudios, así como un aumento en la creación de
instituciones para comprender y atender la psicopatología infantil, lo que
resulta en una creciente incorporación de la psicología en las prácticas
educativas.
La necesidad de
integrar el fundamento psicológico y experimental a la educación impulsó una
serie de investigaciones en diferentes países. Algunos de los precursores
teóricos que fortalecieron la interrelación e interdisciplinariedad de la psicología
y la pedagogía fueron los estadounidenses W. James (1842-1910), J. Watson
(1871-1958) y E. Thorndike (1874-1946), el suizo E. Claparede (1873-1940), los
franceses A. Binet (1857-1911) y T. Simón (1858-1918) y el alemán K. Lewin
(1890-1947). En el caso de los países latinoamericanos, se desarrollaron
numerosos fenómenos psicológicos que fueron aplicados de manera directa al
campo educativo, pero se hace difícil precisar los precursores que destacaron
en la región, al constituirse en el terreno de muchos y patrimonio exclusivo de
nadie[3].
Antecedentes
nacionales
La incorporación de
prácticas psicológicas en los procesos educativos se fue extendiendo a
diferentes países. En Costa Rica se inició con el despliegue de iniciativas que
dieron paso a intervenciones pedagógicas más especializadas para atender nuevos
servicios educativos. En 1939 surgió la educación especial con la apertura de
la escuela Fernando Centeno Güell, encargada de brindar una atención más
individualizada a niños considerados con retardo mental. En 1974 se crean las
aulas diferenciadas, llamadas luego aulas integradas; en 1975 aparecieron los
servicios de terapia de lenguaje; en 1977 los servicios de problemas de
aprendizaje; en 1983 en trastornos emocionales y de conducta y, en esta misma
década, se abren los programas de taller prevocacional para III ciclo en
colegios técnicos[4].
Estos nuevos
servicios educativos surgen con el respaldo de cambios en la legislación; tal
es el caso de la Ley Fundamental de Educación N° 2160 creada en 1957, este, en
el artículo 27, establece que la educación especial es la educación de los
niños y adolescentes cuyas características físicas, mentales, emocionales o
sociales se apartan del tipo normal, con el objeto de favorecer el desarrollo
de sus capacidades y su incorporación a la sociedad como elementos útiles.
Desde esta concepción, la educación especial se concibió como un sistema
paralelo al sistema regular, dividiendo a la población estudiantil en dos
grandes grupos. Esto se convirtió en un problema en el momento de establecer
límites entre lo que se consideraba «normalidad» y «anormalidad». ¿Cómo determinar el grado de «retardo mental» que supera las posibilidades del buen educador ordinario? ¿Cuáles son
los «trastornos emocionales» que justifican toda una organización
especializada para atenderlos?[5] Estas y otras
inquietudes favorecieron la incorporación de la psicología experimental y, en
especial, de la psicometría en los entornos educativos para disponer de
instrumentos y procedimientos que facilitaran la medición de distintos aspectos
del aprendizaje y, de esta forma, agrupar a los estudiantes con el propósito de
ofrecerles una atención acorde con sus necesidades. De esta manera, la
educación especial, poco a poco, se transformó en el escenario educativo para
las intervenciones psicológicas.
Estas intervenciones
demandaron una formación más especializada y un número mayor de profesionales
para atender los servicios. Inicialmente la cantidad de profesionales en
educación especial no cubría la demanda a nivel nacional y no todos los
profesionales contaban con la preparación requerida para atender los diferentes
grupos de estudiantes. El estudio «Oferta y demanda de la educación especial en
Costa Rica», realizado por el
Ministerio de Educación Pública (MEP), mostró que la cantidad de niños y
jóvenes atendidos en educación especial aumentó exponencialmente: en 1980 se
registró 3233, en 1989 la cifra fue de 8012. En este periodo se formaban
profesionales en educación especial en la Universidad de Costa Rica (UCR), con
énfasis en problemas de aprendizaje, retardo mental, deficiencia visual,
trastornos de comunicación y trastornos emocionales; mientras que en la
Universidad Nacional (UNA) solo se formaban en ciencias de la educación con
énfasis en problemas del aprendizaje.
No existía una carrera que formara docentes en educación prevocacional, por lo
que este servicio fue atendido por profesores de colegios
técnico-profesionales. Además, la carencia de docentes en educación especial
promovió que el personal docente de I y II ciclo de educación regular atendiera
en gran parte las aulas recurso y las aulas diferenciadas[6].
En este contexto se hace
evidente el esfuerzo por aumentar la cobertura educativa, de manera que toda la
niñez costarricense tuviera la posibilidad de acceder a la educación; pero, con
la implementación de esta iniciativa, se vislumbró que el sistema educativo
público no contaba con las condiciones necesarias para atender, de manera
apropiada, a la diversidad que caracteriza al estudiantado. Esto genera una
preocupación en las diferentes instituciones educativas, las cuales se dan a la
tarea de promover medidas para fortalecer la educación y los servicios de
educación especial emergentes. Una acción que busca garantizar la optimización
educativa se da desde el MEP, al tratar de enriquecer los procesos de
aprendizaje por medio de los aportes de la psicología. En 1982, el MEP establece
la Dirección General de Psicopedagogía que inicialmente estaba integrada por
los departamentos de educación
especial, orientación, educación para la motivación y educación preescolar[7]. Sus funciones consistían en aportar
criterios, recursos y resultados de investigaciones sobre aspectos psicológicos
que influían en la motivación, el aprendizaje, el desarrollo vocacional y la
evaluación, así como de determinantes socioculturales del aprendizaje y la
orientación profesional, además de factores del clima institucional y sobre las
características de organización y participación estudiantil.
No obstante, los resultados de los estudios realizados por el MEP
mostraron aspectos desalentadores con respecto al papel de esta asesoría, ya
que se evidenció que no fue capaz de desarrollar un marco conceptual integrador
ni su función se transformó en la sumatoria de las funciones generales de sus
departamentos. Además, de la falta de correlación entre sus secciones, se
presentaron constantes reajustes en la conformación de estos, lo que implicó
cambios en los proyectos, objetivos y en el personal. Es por este motivo que en
1987 se propone el cambio de Asesoría General de Psicopedagogía por el de
Asesoría General de Orientación Estudiantil, lo que implicó un cambio en los
departamentos que lo integraban y en sus funciones[8].
Otra iniciativa que
se impulsó en favor de la educación nacional y, sobre todo de los servicios de
educación especial, la emprenden las universidades públicas mediante la mejora
de la preparación del personal docente y la incorporación de los aportes de la
psicología al ámbito educativo. Para esto, en 1992, la UCR, la UNA y la
Universidad Estatal a Distancia (UNED) desarrollaron una propuesta de formación
de docentes en educación especial. En el modelo del plan de estudios, proponen
un curso de procesos de aprendizaje para estudiar, analizar y discutir los
procesos mentales, cognitivos y ambientales necesarios para que se produzca el
aprendizaje. También, consideraron en su plan, un curso de estrategias
metodológicas para analizar los aportes de la psicología genética a la
educación especial[9]. Dichas propuestas
acentúan la relevancia de fortalecer el vínculo entre la disciplina de la
psicología y la pedagogía para el mejoramiento de la intervención de los
profesionales de educación especial en los diferentes ambientes de aprendizaje.
Investigación
educativa y su contribución al desarrollo de la psicopedagogía
Las universidades públicas, además de destacarse en
la formación profesional, se distinguieron en el campo investigativo. La UNA,
en la década de 1980, por medio del Departamento de Psicología, desarrolló
talleres, entrevistas y observaciones; estas acciones permitieron reconocer las
principales problemáticas que afectaban las prácticas educativas, como la falta
de recursos del MEP para atender la necesidad de capacitación, la ausencia de
un modelo teórico-práctico de capacitación en el país y la escasez de
capacitaciones de las universidades para actualizar a sus egresados. A raíz de
esta situación, en 1987, el Departamento de Psicología justifica un proyecto
permanente de capacitación a los docentes en el área psicopedagógica[10].
La UCR, por su parte, en su labor de promoción de la
investigación y la acción social, inauguró el Instituto de Investigación para
el Mejoramiento de la Educación Costarricense (IIMEC), conocido en la
actualidad como Instituto de Investigación en Educación (INIE) en 1980; de este
Instituto, emergieron importantes proyectos como el Programa de Investigación
en Epistemología Genética y Educación, del que se desprenden valiosos estudios.
En educación preescolar sobresale la investigación: «Estandarización y desarrollo de normas
costarricenses para la prueba selectiva del desarrollo de Denver», que da como resultado la creación de una
herramienta ajustada a las características contextuales, lo que facilitó la
detección de problemas en el desarrollo y la intervención oportuna[11]. De igual forma, el «Programa experimental de niños en edad
preescolar en familia. Plan piloto: Reapertura y desarrollo del programa de
Hogares de Cuidado Diario», se
dirigió al mejoramiento de la atención integral de la niñez en edad preescolar,
en los objetivos, las autoras mencionan la necesidad de proporcionar actividades
y estímulos psicopedagógicos a esta población para conseguir una atención
integral[12].
Entre los estudios psicogenéticos en educación
primaria se encuentra: «El
enfoque constructivo y el aprendizaje de la lectura», realizado en 1985, donde se resaltan los
niveles psicogenéticos por los que pasa la niñez en el aprendizaje de la
lectura y escritura, y cómo se encuentra ligado no solo a aspectos sensoriales
y motores, sino que depende también de factores cognoscitivos[13]. Ese mismo año se publica: «El aprendizaje de la aritmética elemental por
medio de juegos», que ofrece una
descripción de actividades lúdicas a los educadores para abordar la enseñanza
de nociones aritméticas, inspiradas en los estudios de desarrollo mental en la
niñez realizados por el psicólogo suizo Jean Piaget[14]. En 1987, Aida Mainieri y Zaira Méndez presentan «Estudio psicogenético de la adición y la
sustracción de una muestra de alumnos de primer año escolar de la región de
Turrialba», en el que se
evidenció que el personal docente promedio del país desconocía las
características de la evolución psicopedagógica, conocimiento necesario para
proporcionar actividades realmente estimulantes de acuerdo con el nivel en que
se encontraba el estudiantado. Otro hallazgo de relevancia se da al comparar
los resultados del pretest y del postest, ya que comprobó una
evolución general de los estudiantes de niveles inferiores a niveles superiores
del desarrollo. Esto demostró los efectos positivos de la implementación de prácticas educativas
con un enfoque psicogenético[15].
Se suma a estas investigaciones la realizada por la
UCR y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas
(CONICIT), llamada «Desarrollo
del pensamiento formal en estudiantes de enseñanza secundaria del área metropolitana
de San José». En sus resultados
se sugiere la necesidad de crear un centro de investigación especializado en
psicología y epistemología genética, donde prevalezca la colaboración
interdisciplinaria para integrar sistemáticamente el trabajo de investigación
en un campo que ofrece tantas posibilidades y que conecta con los problemas
inmediatos que afectan el proceso educativo[16].
La labor de estas instituciones marca un momento
crucial para la aplicación de los aportes de la psicología en los procesos educativos,
al mismo tiempo que se fortalece la integración de estas disciplinas. Con sus
estudios, evidencian la necesidad de realizar modificaciones en la formación
docente, en los planes de estudio y en la metodología educativa, así como la
importancia de conocer la psiquis infantil y su relación con el aprendizaje
para mejorar las prácticas educativas. Esto impulsó el interés por desarrollar
el campo de la psicopedagogía como especialidad.
Institucionalización
académica de la psicopedagogía
En Costa Rica, la
psicopedagogía, como especialidad universitaria, nace en la UNA. En 1995, desde
el Consejo Nacional de Rectores (CONARE), se aprobó la solicitud de la
licenciatura en psicopedagogía. En el documento de solicitud de aprobación de
la licenciatura, la UNA señaló la contribución del Departamento de Psicología
en la formación de educadores, resaltando que el departamento contaba con
amplia experiencia para comprender el lugar que ocupaba la psicología en el
ámbito pedagógico y los aportes que podía brindar a la educación costarricense.
Entre los aportes,
mencionaron: modelos curriculares de la educación, procesos cognoscitivos,
teorías del aprendizaje, teorías de la instrucción, relación pedagógica,
desarrollo humano, procesos grupales, investigación en el aula, entre otros. La
licenciatura en psicopedagogía de la UNA tomó como punto de partida al sujeto
cognoscente como sujeto de estudio, sin dejar de lado el contexto en el cual
lleva a cabo su práctica educativa. Los enfoques metodológicos se orientaron a
que tanto docentes como estudiantes construyeran conocimientos en conjunto,
además de que estos aprendizajes fueran significativos y trasferibles a la
realidad, al seguir los principios de autores como Jerome Bruner y David
Ausubel.
Esta licenciatura se configuró como una carrera
de especialización y estaba dirigida a docentes y psicólogos con grado de
bachiller. Se consideró que las personas interesadas en ingresar a la
licenciatura serían aquellas que trabajaban y deseaban mejorar su conocimiento
sobre los temas de esta carrera[17]. A la
luz de estas precisiones, la psicopedagogía se originó ligada con el
proceso educativo y con la optimización de las prácticas pedagógicas, a
diferencia de otros países donde el quehacer psicopedagógico inició como una
especialización en la evaluación y tratamiento de problemas de aprendizaje. En
la licenciatura de psicopedagogía de la UNA, la formación profesional se
dirigió al mejoramiento de los procesos de enseñanza y a
la potenciación del aprendizaje en beneficio de toda la comunidad estudiantil
y no de un grupo específico de personas.
En 1998, la UNA hizo
entrega de los dos primeros diplomas de licenciatura en psicopedagogía[18] y, hasta el 2004, se
registró un total de 96 diplomas otorgados por dicha universidad en este grado.
Con el tiempo, más universidades se interesan por incorporar la carrera de
psicopedagogía en grado bachiller, licenciatura y maestría. De acuerdo con
datos publicados por el CONARE, en estadística de los diplomas otorgados por
las instituciones de educación superior universitaria de Costa Rica, solo la Universidad
Autónoma de Centro América (UACA) implementa el bachillerato y la licenciatura
en psicopedagogía y, hasta el 2018, esta universidad otorgó 43 diplomas en
bachillerato y 30 diplomas en licenciatura en psicopedagogía.
A nivel nacional, la
mayor cantidad de títulos en psicopedagogía corresponde al grado de maestría.
En la tabla que se presenta a continuación, se muestra el número de diplomas
dado desde el 2000 hasta el 2018 en el grado de maestría por las siguientes
universidades: Florencio del Castillo
(UCA), Hispanoamericana (UH), Juan Pablo II (UJP II), Latina de Costa Rica
(ULatina), Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACIT), La Salle
(UlaSalle), Nacional (UNA), Estatal a Distancia (UNED) y la de San José (USJ).
Tabla 1 Cantidad de diplomas de maestría en
psicopedagogía otorgados por universidades en Costa Rica del 2000 al 2018
UCA |
UH |
UJP II |
ULatina |
ULACIT |
UlaSalle |
UNA |
UNED |
USJ |
Total |
|
2000 |
- |
- |
- |
- |
- |
22 |
- |
25 |
- |
47 |
2001 |
- |
- |
- |
- |
- |
36 |
- |
33 |
- |
69 |
2002 |
- |
- |
- |
- |
- |
51 |
- |
16 |
- |
67 |
2003 |
- |
- |
- |
- |
- |
36 |
- |
10 |
- |
46 |
2004 |
- |
- |
5 |
- |
- |
43 |
- |
16 |
- |
64 |
2005 |
- |
- |
- |
- |
12 |
38 |
- |
50 |
- |
100 |
2006 |
- |
- |
- |
94 |
14 |
28 |
- |
25 |
16 |
177 |
2007 |
10 |
- |
- |
104 |
14 |
29 |
22 |
35 |
32 |
246 |
2008 |
25 |
- |
- |
70 |
6 |
17 |
18 |
10 |
24 |
170 |
2009 |
28 |
- |
- |
112 |
3 |
20 |
- |
53 |
40 |
256 |
2010 |
36 |
- |
- |
48 |
3 |
45 |
- |
45 |
32 |
209 |
2011 |
55 |
7 |
- |
53 |
- |
38 |
- |
41 |
38 |
232 |
2012 |
40 |
33 |
- |
43 |
- |
39 |
- |
31 |
23 |
209 |
2013 |
30 |
25 |
- |
39 |
- |
16 |
7 |
33 |
26 |
176 |
2014 |
40 |
29 |
- |
54 |
1 |
23 |
9 |
23 |
13 |
192 |
2015 |
26 |
8 |
- |
40 |
2 |
16 |
- |
15 |
13 |
120 |
2016 |
11 |
33 |
- |
34 |
2 |
14 |
- |
17 |
22 |
133 |
2017 |
20 |
26 |
- |
25 |
2 |
16 |
- |
11 |
23 |
123 |
2018 |
20 |
- |
- |
67 |
- |
9 |
- |
14 |
22 |
132 |
Total |
341 |
161 |
5 |
783 |
59 |
536 |
56 |
503 |
324 |
2768 |
Fuente: Elaboración propia de la autora (2020) a partir de las
estadísticas de diplomas otorgados por las instituciones de educación superior
universitaria de Costa Rica, CONARE.
Los datos de la tabla
muestran que una cantidad significativa de personas opta por la maestría en
psicopedagogía en las diversas universidades del país, tanto públicas como
privadas. Lo anterior respalda la relevancia de realizar un análisis sobre su
epistemología en el contexto actual y sobre el ejercicio profesional de sus
egresados.
Epistemología de la
psicopedagogía
El aumento de
profesionales en el área de psicopedagogía exige atender los direccionamientos
teóricos para dilucidar el saber que consolida al campo psicopedagógico. Con
respecto al estatus científico de la psicopedagogía, se presentan criterios
divergentes entre los investigadores; algunos la reconocen como una disciplina
que registra una corta historia[19], mientras que otros
son del criterio de que, tanto como disciplina científica como de formación
para el ejercicio profesional, goza de carácter autónomo desde hace más de un
siglo, emergiendo como disciplina científica a inicios del siglo XX[20].
Por otra parte,
existen autores que afirman que no se puede concebir a la psicopedagogía como
una disciplina científica, debido a problemáticas teórico-epistemológicas. Argumentan que la psicopedagogía no es un campo
de investigación consolidado, por lo que tiene una estructura de conocimiento
débil y de baja intensidad que no le permite explicitar ni integrar su objeto
de estudio ni el repertorio metodológico; asimismo, las determinaciones del
campo han sido incapaces de asumir una posición concreta respecto de su base
epistemológica[21]. Por esta razón, se afirma que actualmente se
encuentra en vías de su constitución disciplinar, de consolidar su identidad y
de construir marcos conceptuales y
metodológicos que emanen de la especificidad de su propia práctica[22].
De igual forma,
existe un debate con respecto a los límites del campo psicopedagógico. Algunos
autores coinciden en que se encuentra en construcción y, hoy por hoy, no cuenta
con una delimitación clara. La ampliación de funciones de la intervención, así
como de los ámbitos de acción, ha creado una intersección difícil de
diferenciar. La tarea de establecer límites precisos entre la psicología
educacional, la psicopedagogía y la educación especial, entre otras, resulta
compleja. Esta dificultad para establecer una delimitación de sus respectivas
identidades reside en que recurren a bases teóricas comunes y tienen campos de
aplicación convergentes, lo que genera entre ellas una identidad parcialmente
compartida[23]. Para establecer
límites claros, se requiere construir una nueva disciplina que se defina a
partir de su propio campo, para entablar el diálogo necesario con otras
disciplinas que le demanda la complejidad de su objeto[24].
Para superar estas
imprecisiones, se propone reconocer el carácter fronterizo e intermediador del
objeto de la psicopedagogía, es decir, la noción de «objeto
fronterizo» que permite analizar
la manera en que el fenómeno psicopedagógico es atravesado por una
heterogeneidad de campos disciplinarios y discursivos, incorporando elementos y
singularidades epistemológicas y objetos diversificados[25]. Se propone además,
posicionar a la psicopedagogía como ámbito interdisciplinar, en el cual tienen
que confluir o converger necesariamente la psicología de la educación, la
orientación educativa, la educación especial, el diagnóstico o evaluación
psicopedagógica y las bases didácticas para la intervención, entre otras[26].
Asimismo, se debe
considerar que la estructura de conocimiento de la
psicopedagogía se caracteriza por plantear múltiples formas de conocer y
consagrar una estructura teórica y metodológica abierta, por lo que su
construcción epistemológica no puede cerrarse a través de las formas
epistemológicas y metodológicas tradicionales[27]. Todas estas
consideraciones merecen ser analizadas para implementar medidas y propuestas
que permitan alcanzar un estatus disciplinar.
En el caso de Costa
Rica, diferentes autores reconocen a la psicopedagogía como una disciplina
científica; en la investigación de María Gabriela Rodas, se hace referencia a
la psicopedagogía como una rama de la psicología aplicada a la educación que
investiga problemas educacionales por medio de métodos y conceptos
psicológicos, muchos de ellos creados para este propósito y que, agrega, la
psicopedagogía cuenta con epistemología propia[28]. Por su parte, Paula María Castillo describe
la psicopedagogía como la amalgama disciplinar entre la psicología y la
pedagogía[29]. En el estudio de
Silvia Méndez se acoge el concepto de psicopedagogía de Marina Müller, al
entenderla como una disciplina cuyo objeto de estudio es el aprendizaje humano[30]. Laura Patricia
Rivera emplea la definición de Henao, Ramírez y Ramírez, en la cual se describe
a la psicopedagogía como la disciplina profesional en la que confluyen posturas
teóricas, ideológicas, concepciones éticas de disciplinas como la psicología,
la pedagogía, el trabajo social y la medicina, entre otras, centradas en el
aprendizaje[31]. Estas publicaciones
se limitan a la descripción conceptual. No se encuentran estudios a nivel
nacional que se refieran en profundidad al marco conceptual y epistemológico
que sustenta a la psicopedagogía como disciplina.
Partiendo de que los
aportes teóricos anteriores se configuran ligados a la dimensión práctica, se
hace necesario realizar un acercamiento al desarrollo profesional en este
campo, no solo para conocer el contexto de aplicación de lo psicopedagógico,
sino también para reflexionar sobre la delimitación de funciones de estos
profesionales.
Desarrollo
profesional actual
En Costa Rica no se
encuentra una delimitación clara de las funciones profesionales de los
psicopedagogos, puesto que no existe un marco legal ni un colegio profesional
que determine y regule el ejercicio profesional, ético y competente de estos
profesionales. A la fecha, se ha considerado el grado que sirvió de base para
obtener la maestría en psicopedagogía para definir a cuál colegio pertenece una
persona psicopedagoga. Ejemplo de ello es la Dirección General de Servicio
Civil, rectora del empleo público en el Estado costarricense, que en la
resolución DG-346-2005 incluye la maestría profesional en psicopedagogía como
atinencia académica en especialidades como: divulgación educativa, equipos
interdisciplinarios en el área funcional educativa e investigación educativa.
Este organismo aclara que la maestría es aceptada para aquellas clases que
requieran el grado de bachillerato o licenciatura, siempre y cuando la persona
candidata, en la eventualidad de un nombramiento o ascenso, esté debidamente
incorporado al colegio profesional respectivo.
Sin embargo, en la
actualidad hay profesionales cuyo grado en bachillerato y licenciatura
corresponde a psicopedagogía, por lo que no tienen la opción de pertenecer a un
colegio profesional. Al no contar con un colegio profesional, no se les puede
impedir el ejercicio de la psicopedagogía. De igual forma, los psicopedagogos
que desarrollan su propia empresa y trabajan en consultorios privados pueden
hacerlo sin necesidad de pertenecer a algún colegio profesional. Tanto los
psicopedagogos que pertenecen como los que no pertenecen a un colegio
profesional, se encuentran ejerciendo su profesión sin lineamientos claros
sobre sus funciones.
En lo que respecta a
las opciones laborales donde se pueden desempeñar los profesionales en
psicopedagogía, se mencionan varias alternativas. En la propuesta de creación
de la licenciatura en psicopedagogía de la UNA, se señala que la persona
graduada de esta carrera podría trabajar en instituciones educativas de nivel
preescolar, de primaria, de secundaria y de educación superior e instituciones
formadoras o de capacitación informal[32], al demostrar que
inicialmente la formación de este profesional se orientaba a la escolarización.
Siguiendo en esta línea, en el estudio de María Gabriela Rodas se menciona que
el rol del profesional en psicopedagogía, como miembro de una estructura de
apoyo externo a los centros educativos, se subdivide en tres funciones:
especialista clínico, orientador de docentes y en su labor de apoyo a padres y
madres de familia[33].
Actualmente se
consideran más espacios laborales para los profesionales de psicopedagogía,
algunos de los campos que expone la UCA para las personas graduadas son:
prácticas educativas escolares, servicios especializados de orientación
educativa y psicopedagógica, centros específicos y servicios de educación
especial, evaluación de programas, planificación y gestión educativa,
investigación educativa, educación de adultos, centros de diagnóstico y
geriatría, entre otros[34].
La ULatina menciona
los centros educativos públicos y
privados, atención individual privada, organizaciones no gubernamentales (ONG),
coordinación de equipos interdisciplinarios de atención a la población en
riesgo social, empresas en las áreas relacionadas con el desarrollo del
potencial humano, diseño de material gráfico o de software pedagógico para el
desarrollo de las habilidades y destrezas del aprendizaje[35]. La UlaSalle destaca: clínicas de problemas de aprendizaje, de adaptación de grupos,
problemas de la tercera edad, de reeducación de adolescentes y de jóvenes y
consejero en centros educativos de cualquier nivel[36]. Otros escenarios de trabajo que menciona la
ULACIT son: centros de salud mental, hospitales, centros de atención temprana,
profesor universitario en el área de la docencia y psicopedagogía, capacitador
de personal técnico, administrativo y docente[37].
Estos datos ponen en
evidencia que el objetivo inicial de la psicopedagogía, de formar especialistas
para mejorar sus prácticas profesionales y los procesos de aprendizaje,
trascendió las fronteras de la educación formal y no formal para abrirse
espacio en ámbitos empresariales, comunales y de salud, entre otros. Pero,
aunque las universidades promueven que los profesionales en psicopedagogía en
Costa Rica están en la capacidad de laborar en estos campos, lo cierto es que
no existen muchos de estos puestos laborales. Por ejemplo, no se encuentran
investigaciones, a nivel nacional, que evidencien la participación de
profesionales en psicopedagogía en procesos de orientación vocacional[38].
Asimismo, en el estudio
de egresados de la maestría de psicopedagogía de la UNED, de 49 participantes
solo una persona indicó que su trabajo principal era como psicopedagoga en un
centro educativo privado. La mayor parte de los graduados consultados en esta
investigación se dedicaban a la docencia y psicología[39]. Esta tendencia se
puede explicar con los resultados del «Estudio de seguimiento de las
personas graduadas del periodo 2000-2006 de once programas de posgrado de las
universidades estatales», en los que incluyó a la maestría de psicopedagogía de la UNED. En
términos generales, los participantes de este estudio indicaron que el
estudiantado logra mejorar su práctica y la maestría tiene repercusiones en la
parte económica, ya que significa asensos en las carreras profesionales[40], lo que muestra que
se elige este posgrado en muchas ocasiones para mejorar el ejercicio
profesional en campos relacionados con la educación formal y para recibir una
mayor remuneración económica.
Estas condiciones
reafirman la concepción de que Latinoamérica, con excepción de Argentina, se
caracteriza por formar a los profesionales en psicopedagogía para la
escolarización[41], lo que dificulta la
presencia de este profesional en centros de salud,
centros de atención a población en riesgo social, instituciones que atienden a
personas de la tercera edad y empresas, entre otros. Las universidades que
imparten psicopedagogía señalan que el sistema educativo formal es un entorno
minoritario de ejercicio profesional; pero en la realidad, la práctica
psicopedagógica sigue concentrándose en consultorios independientes e
instituciones educativas privadas, lo que priva a un gran número de personas de
recibir una atención integral de la más alta calidad. Esto se convierte en un
desafío importante que debe ser atendido con prontitud y eficacia por parte de
los formadores de los profesionales en psicopedagogía y los entes de diferentes
instituciones, tanto públicas como privadas, para garantizar una preparación de
los egresados de bachillerato, licenciatura y maestría en psicopedagogía acorde
a las demandas laborales, a la vez que se impulsen más espacios para ejercer la
profesión. Pero, para alcanzar este propósito, se requiere de la implementación
de programas de seguimiento de los egresados y establecer un diálogo continuo
con los entes empleadores para que se satisfagan las demandas y necesidades de
todos los involucrados. En la actualidad, no hay evidencia de que estos
lineamientos se cumplan, por lo que se hace urgente hacer un alto en el camino
y evaluar hacia dónde se dirige la psicopedagogía con las medidas que se han
implementado y valorar cuál es el punto al que se quiere llegar. Esto con el
fin de plantear y desarrollar acciones que posibiliten un perfeccionamiento
cada vez mayor del campo psicopedagógico que responda satisfactoriamente a las
transformaciones y a los requerimientos de la sociedad costarricense.
Consideraciones
finales
Los datos presentados
anteriormente permiten constatar que la psicopedagogía en Costa Rica, como
concepto y como acciones metodológicas, se empieza a generalizar desde la
década de 1980. Como quehacer profesional, derivó de la necesidad de mejorar
los procesos de aprendizaje en el ámbito escolar principalmente,
constituyéndose en una especialización para optimizar la formación profesional
y la intervención educativa.
La psicopedagogía a
nivel nacional enfrenta importantes desafíos que deben ser atendidos. La
historia ha demostrado la repercusión de la investigación en el desarrollo de
la psicopedagogía, por lo que hoy más que nunca se deben desarrollar estudios que permitan debatir, comprender y mejorar la consolidación del espacio científico y
profesional que le otorgue una identidad sólida al campo psicopedagógico en el
escenario costarricense. Las
universidades, especialmente las que imparten psicopedagogía, tienen la
responsabilidad de participar activamente en la construcción de los
conocimientos psicopedagógicos y generar los espacios requeridos para que,
tanto el estudiantado como las personas graduadas, reflexionen sobre la
psicopedagogía y sus desafíos. Y desde estas reflexiones desarrollen
transformaciones que consoliden los fundamentos epistemológicos de la
psicopedagogía y potencien su ejercicio profesional.
Finalmente se
considera relevante la definición del perfil profesional de los psicopedagogos
fuera del entorno escolar, para que las instancias gubernamentales y no
gubernamentales fomenten la institucionalización de los servicios
psicopedagógicos. Es relevante habilitar nuevos espacios de actuación para los
profesionales de psicopedagogía y garantizar que los egresados cuentan con la
formación requerida para ejercer en dichos puestos. De esta manera, las
personas que necesitan los servicios psicopedagógicos podrán disponer de la
atención que merecen. La estabilización de la actividad psicopedagógica en los
centros educativos, en los centros de salud, en centros de atención a población
en riesgo social, instituciones que atienden a personas de la tercera edad y en
el sector empresarial, entre otros; es una gran oportunidad para beneficiar a
todas las personas y para asegurar la calidad del servicio que prestan las
diferentes entidades.
Formato de citación según APA
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Formato de citación según Chicago-Deusto
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Estatal a Distancia (UNED), de Costa Rica. Licenciada en Educación Especial de
la Universidad de Costa Rica (UCR), de Costa Rica. Tiene estudios en Sociología
de la UCR. Psicopedagoga en privado. Correo: didaxiscr@gmail.com
[1] Emilio Ortiz y María de los
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[2] Rafael Bisquerra y Ángel C. Moreu, «Los orígenes de la psicopedagogía: el
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[3] Emilio Ortiz y María de los
Ángeles Mariño, «Una comprensión epistemológica de la psicopedagogía»…, 24.
[4] Ministerio de Educación
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[5] Ministerio de Educación
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[6] Ministerio de Educación
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[10] Zaira Escamilla, Ana Patricia Lizano y Stella
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[14] Zaira Méndez Barrantes y Zulay Pereira Pérez, El
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[15] Aida Mainieri Hidalgo y Zaira
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[16] Carmen Chaves, Ana Cecilia Escalante y Zaira
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[17] Consejo Nacional de Rectores,
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[18] Consejo Nacional de Rectores, Estadística
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[25] Aldo Ocampo González, «En torno…,
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[26] José
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[32] Consejo Nacional de Rectores
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[40] Consejo Nacional de Rectores, Estudio de
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[41] Aldo Ocampo González, «En torno…, 98.