Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades, UNED, C.R.
URL: http://investiga.uned.ac.cr/revistas/index.php/espiga/index
doi: http://dx.doi.org/10.22458/re.v16i33.1768
ISSN: 1409-4002 • e-ISSN: 2215-454X
La teoría del conocimiento de Berkeley:
empirismo y colonialidad
Gustavo Hernández-Castro*
Recibido: 22 de junio, 2016 • Aceptado: 26 de octubre, 2016 • Corregido: 03 de abril, 2017
RESUMEN
Se establece la relación existente entre la teoría del conocimiento de George Berkeley y su concordancia con la enunciación cognitiva construida en Europa para la instauración de un humanismo global. El empirismo de Berkeley, ha sido un puente sólido, para justificar la posibilidad de un conocimiento que, desde el sustento filosófico-teológico, desvincula al sujeto de la ontología y con ello, elimina la subjetividad de todo cuerpo y espacio geográfico. Con esto crea universalismos abstractos y justificados desde la política, la religión, el derecho, la economía, entre otras. Berkeley al establecer que percibir es lo mismo que existir, elimina la posibilidad de que el sujeto puede tener conciencia de sí y para sí y con esto, transformar su realidad.
Palabras claves: ser; percibir; existir; eurocentrismo; colonialidad.
* Docente universitario, investigador y editor académico y, en espacios de educación no formal, facilitador de procesos educativos en temas de pastoral social. Autor de temáticas variadas: análisis cultural, análisis literario, poesía, calidad y cooperativismo. (c) en Estudios de la Sociedad y la Cultura, en Universidad de Costa Rica. Universidad Estatal a Distancia (UNED), Costa Rica. ghernandezc@uned.ac.cr
Formato de citación según APA
Hernández-Castro, G. (2017). La teoría del conocimiento de Berkeley: empirismo y colonialidad. Revista Espiga, 16(33), 93-106. doi: http://dx.doi.org/10.22458/re.v16i33.1768
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Hernández-Castro, Gustavo. «La teoría del conocimiento de Berkeley: empirismo y colonialidad». Revista Espiga, 33 (2017): 93-106. doi: http://dx.doi.org/10.22458/re.v16i33.1768
Introducción
La colonialidad, debe entenderse como un proceso que representa una complejidad de fenómenos que engloban todas las relaciones sociales existentes y que tiene en común la dominación de uno sobre el otro, de la imposición de una cultura, de una espiritualidad, de religiosidades, de filosofías, entre otras epistemes, que supone la construcción de subjetividades abstractas, universales e incorpóreas para la construcción de un patrón de dominación a nivel planetario1.
Así pues, con los estudios y propuestas críticas del pensamiento decolonial, cobra relevancia, explorar el conocimiento europeo, en este caso, el pensamiento de Berkeley, a la luz de reflexionar que Europa consideró en su enunciación cognitiva, que todos los seres humanos deberían ser moldeados al humanismo que propagaban.
En este contexto, estudiar la postura filosófica (empirismo) de George Berkeley es trascendental, porque sus tesis esbozadas desconfiguran el sujeto, es decir, eliminan la subjetividad de todo cuerpo y espacio geográfico y con ello crea universalismos abstractos.
Precisamente Berkeley, al exponer en su pensamiento filosófico, que el ser es ser percibido, eliminó de raíz la posibilidad de que el sujeto puede tener conciencia de sí y para sí (negación del ser), y con esto transformar la realidad. El espacio común, el bien común, ya no sería un problema para el eurocentrismo y le permitiría instaurar un sistema de mundo colonial.
En el ambiente filosófico que transitaba Europa, coincide la llegada de los españoles y portugueses al Nuevo Mundo (en el caso de América). Este tuvo relación directa con la primera modernidad y subjetividad que se comenzó a gestar en el siglo XV (último siglo de la Edad Media), en términos de unidades geoculturales y posteriormente en cuestiones geohistóricas y geoeconómicas; y con la construcción de un mito legitimado por discursos cristianos sobre la limpieza de sangre; mentalidad que se impregnó desde el ordenamiento poblacional para la instauración de un sistema-mundo occidentalizado y en que las nuevas tierras descubiertas, son la prolongación del europeo blanco y de la cultura cristiana2.
Al implantarse el eurocentrismo (superioridad occidental) y posicionarse este durante más de cinco siglos, cambia el significado mundial, lo que llama Dussel “paradigma planetario”, en el sentido, de que todos los fenómenos que atravesó Europa, según este autor, como lo fueron el descubrimiento de América, la Reforma protestante, la Revolución francesa, la Revolución científica, el Renacimiento italiano, entre otros, se deben visualizar como eventos mundiales, en los cuales Europa, es concebida como centro en el sistema-mundo moderno colonial3.
En el contexto del paradigma planetario4, y al vincularlo con la llegada de los europeos a América, es importante recordar que el español Juan Ponce de León desembarcó en lo que hoy es La Florida (año 1513). Los franceses hicieron los suyo al amparo del comercio de pieles y, ya entrado el siglo XVII, los ingleses llegaron a Virginia (Jamestown) y establecieron la colonia de Plymouth y Massachusetts. Los registros históricos establecen que para 1634, Nueva Inglaterra (conformada por Maine, Nuevo Hampshire, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut) contaba con 10 000 personas. Por otro lado, los holandeses se habían instalado en la isla de Manhattan (New York)5.
Para el año de 1732 se establecieron las 13 colonias británicas que luego se transformarían en los Estados Unidos de América. Estas colonias tenían su propia forma de gobierno, bajo un modelo económico liberal y el cual contribuyó, entre otras cosas, a legalizar el comercio de esclavos e incorporar sistemáticamente la visión del cristianismo, desde la Reforma protestante y también desde la Contrarreforma católica6. En este contexto, Berkeley a la edad de 43 años, viaja a Estados Unidos, se instala en Newport (Rhode Island), transcurría el año de 1728. Vivió casi tres años y escribe el Alciphron, Or The Minute Philosopher: In Seven Dialogues: Containing an Apology for the Christian Religion, Against Those who are Called Free-thinkers, (Alcifrón, O El Minuto Filósofo: En Siete Diálogos. Contiene una disculpa por la religión cristiana, contra los que son llamados librepensadores) en sus tesis, defiende el anglicanismo y argumenta en contra de los pensadores Manderville y Shaftesbury
¿Por qué es importante el viaje de Berkeley a Estados Unidos? La respuesta, en primer lugar, se enmarcaría dentro de la lógica del sistema-mundo colonial en la cual los europeos como poseedores del enunciado cognitivo necesitaban incorporar el conocimiento hegemónico a las nuevas tierras, y con esto, universalizar el humanismo. Este se refiere a imponer una visión de mundo distinta a la de los pobladores originaros de América.
En segundo lugar, una de las tantas formas adquiridas de una nueva visión de mundo, una imposición cognitiva, fue la de fundar colegios o centros de enseñanza para legitimar, entre otras cosas, la limpieza de sangre, la clasificación de la población y, por supuesto, prolongar el ideario humanista (la concepción del europeo blanco mediante la filosofía, la teología y la ciencia) llamado a ser el representante de Dios en la tierra. Así pues, Berkeley explicaba en sus sermones que el cristianismo permitía la esclavitud, y justificaba que era mejor tener un negro esclavo bautizado, argumentando que el bautismo les permitía ser mejores esclavos7.
De esta forma, en su estadía por los Estados Unidos, Berkeley sentó las bases normativas y filosóficas, a través de su amigo Samuel Johnson, para la fundación en 1754 del King`s College. Esta pasó a ser en 1784 la Universidad de Columbia, con el lema En tu luz veremos la luz (In lumine tuo videbimus lumen) y cuya visón desde su fundación, es ampliar la mente, mejorar la comprensión, pulir todo el hombre, y calificarlos para apoyar a los personajes más brillantes en todas las estaciones elevadas en la vida. «Enlarge the Mind, improve the Understanding, polish the whole Man, and qualify them to support the brightest Characters in all the elevated stations in life». Para entender la relación del pensamiento de Berkeley y la colonialidad, se hace necesario explicar los fundamentos de la filosofía berkeliana, con el propósito de establecer que una de las premisas más sólidas del nuevo humanismo ha consistido en disolver la relación sujeto-objeto. Dicho en otras palabras, el ser humano, al pensar que existe y tomar en cuenta su corporeidad, se desdibuja como sujeto viviente; es decir, su reflexión ya no parte de su existencia, sino de la posibilidad de seguir viviendo. Al disolver esta relación, la realidad se convierte en una objetivación, la cual no es otra cosa que en una transformación pura del objeto; dicho en otras palabras, todo es objeto, hasta el ser humano es objeto.
Empirismo sin metafísica
Berkeley propone, un sistema filosófico, para eliminar la creencia de que la realidad es una substancia material. Si lograba suprimir tal evidencia, quedaban al descubierto todas las objeciones de los científicos, materialistas y ateos de la época en relación con esa categoría.
Los cuatro hilos racionales encontrados en la teoría del conocimiento de Berkeley son nominalismo, inmaterialismo, espiritualismo y teísmo. Estas fuentes de pensamiento aparecen en su tratado filosófico, llevan su sistema al empirismo extremo y afirman que, únicamente, se puede conocer un objeto si este es percibido por la mente.
El nominalismo explica que todo lo que existe es particular, y, por lo tanto, los universales no existen, esta premisa, le sirve como fundamento para sustentar la tesis del inmaterialismo, ya que la materia, según este filósofo, es una idea abstracta, en sus Tres diálogos entre Hilas y Filonús. Señala:
Filonús. __De que no existen esos que los filósofos llaman substancia material estoy firmemente persuadido; pero si se mi hiciera ver que había algo absurdo o escéptico en eso, renunciaría a ello por la misma razón por la que yo creo que en la actualidad tengo que rechazar la opinión contraria8.
Berkeley reconoce solamente dos concepciones posibles acerca de lo que es una cosa material:
Una es la concepción “filosófica”, según la cual la cosa está compuesta de algo invisible e intangible y las sustenta, la otra es la que concibe la cosa simplemente como una combinación de cualidades sensibles. Y, puesto que piensa que estas dos concepciones son las únicas posibles, piensa también, como es natural, que rechazar la primera equivale a adherir a la segunda. Hacer esto, rechazar la concepción filosófica e identificar las cosas materiales con combinaciones de cosas sensibles, es dar el primer paso hacia el inmaterialismo (damos el segundo paso cuando identificamos las cualidades sensibles con ideas)9.
En su discurso filosófico, Berkeley rebate directamente el concepto de ideas abstractas, expuesto por John Locke; Locke considera que los seres humanos pueden representar tan solo las cosas particulares que han percibido, y dividirlas y unirlas de diversos modos; distingue entre ideas generales e ideas generales abstractas. Además, niega la existencia de estas últimas y admite las primeras en tanto expresada por nombres generales que denotan a cualquiera de un número indefinido de objetos individuales, las ideas son en sí mismas particulares; no adquieren generalidad por abstracción, sino por el sentido y significado que se les da a la ideas.
El nominalismo de Berkeley conduce a la segunda faceta del pensamiento de este filósofo: el inmaterialismo. Al rechazar las ideas abstractas Berkeley trata de demostrar su tesis acerca de la materia, entendida esta última como una substancia corporal de combinaciones de cualidades sensibles y no la base de accidentes o cualidades fuera de la mente. Esto lo logra unificando en un solo concepto las cualidades primarias y secundarias, puesto que no se puede separar una de las otras a diferencia de lo afirmado por Locke (Locke señala que todas las ideas provienen de dos fuentes distintas: la sensación y de la reflexión). En conclusión, la materia, como todo lo existente, solo existe para un espíritu.
El tercer momento de la filosofía berkeliana es su espiritualismo. El ser es ser percibido, lo único que percibimos son ideas; y que solo existen los espíritus y las ideas que ellos perciben. La afirmación de esta tesis es el resultado de la posición gnoseológica ¿cómo se originan nuestras ideas?, no es la materia como ya se ha señalado puesto que la materia no existe, quedan solo dos alternativas. Por un lado, las ideas provocadas por otras ideas o tienen su origen en una substancia, pero ya no material, sino incorpórea y activa:
Tengo ideas (dice Berkeley) de las cuales sé que no soy la causa. Puedo formar imágenes, pensar en algo y luego dejar de pensar, a mi elección. Que estas ideas obedezcan a mi voluntad revela que mi voluntad es una causa y una explicación suficiente de ellas (...) la causa, pues bien, debe ser un espíritu. Ahora bien, sólo un espíritu muy poderoso puede darme todas las ideas de sensación que tengo, y sólo un espíritu sabio y benevolente podría brindármelas en secuencias tan legítimas y regulares. Por ende, debo suponer que existe tal espíritu. Puesto que tiene algunos de los atributos asignados a Dios por la teología cristiana, lo llamo con este nombre10.
En estas reflexiones Berkeley adopta la posición teísta. En sus Tres diálogos entre Hilas y Filonús, Berkeley afirma:
Filonús. ___ Que Dios conoce o comprende las cosas y que él conoce entre otras cosas qué es el dolor, incluso cada especie de sensación dolorosa, y qué es para sus criaturas experimentar el dolor, eso no constituye para mí problema alguno. Pero niego terminantemente que Dios, aunque conoce y algunas veces causa sensaciones dolorosas en nosotros, pueda experimentar él mismo dolor. Nosotros somos espíritus limitados y dependientes, estamos sometidos a impresiones de los sentidos, efectos de un agente externo que al producirse contra nuestra voluntad son a veces penosos y molestos (...) que es causa de todas las cosas y no está sometido a ninguna resistencia ni contrariedad, es evidente que un ser como ése no puede sufrir nada ni ser afectado por ninguna sensación dolorosa, ni por ninguna sensación en general (…)11.
Berkeley concede a Dios el poder de toda causa puesto que es un espíritu infinito.
El filósofo Berkeley
George Berkeley nace en 1685 en Dysert, al sur de Irlanda, proveniente de una familia protestante de origen inglés. Cursó sus estudios en Kilkenny College y en el Trinity College de Dublín (1700). En 1704 se graduó de bachiller en Artes y de maestro en el año de 1707, para el año de 1710 se ordenó como sacerdote.
Enseñó griego, hebreo y teología. Su preocupación constante fue el estudio de Francis Bacon (1561-1626), René Descartes (1596-1650), Nicolás Malebranche (1638-1715), Isaac Newton (1642-1727) y John Locke (1632-1704). Para esa época, las propuestas filosóficas de esos pensadores agitaban la Europa12. Newton era la máxima autoridad en física; pero la gran preocupación de Berkeley, lo constituían las posiciones de Thomas Hobbes (1588-1679), ya que este pensador considera que el ser humano se mueve continuamente para alcanzar sus deseos y por tanto el Estado debe asumir la soberanía absoluta sobre el pueblo para evitar cualquier tipo de anarquismo.
Las primeras obras de Berkeley fueron dos ensayos matemáticos: Aritmética absque. Álgebra aut Euclide demostrata (1707) y Ensayo sobre una nueva teoría de la visión (1709). En 1710 publica Tratado acerca de los principios del conocimiento humano, en 1712 publicó un escrito sobre la Obediencia pasiva (argumenta que el pueblo puede rebelarse contra cualquier forma de tiranía) y en 1713 publicó Tres diálogos entre Hilas y Filonús13.
En 1721 se doctoró en teología y publica un tratado titulado Motu, argumentación dirigida contra las doctrinas físicas de Newton y un ensayo para Prevenir las ruinas de la Gran Bretaña. Para esa época se dedica a estudiar a los neoplatónicos, Plotino (205-270) y Proclo (412-485). En 1731 escribe contra el pensamiento de Anthony Ashley Cooper_conde de Shaftesburry_ (1671-1713) y Bernard Mandeville (1670-1733) publicando el libro Alciprom: or the minute philosopher, in seven Dialogues, containing an Apology for Christian Religion, against those who are called free-thinkers.
En 1734 fue nombrado Obispo de Cloyne (Irlanda); en 1744 publica Siris: a Chain of Philosophical reflexions and Inquiries Concerning the Virtues of Tar Water, libro de reflexiones filosóficas y de investigaciones sobre el agua alquitrán.
Berkeley murió el 14 de enero de 1753, a la edad de setenta años.
Acerca del Tratado sobre los principios del conocimiento humano
De acuerdo con Frondizi en el prólogo del libro Tratado sobre los principios del conocimiento humano, este:
(...) es la obra más importante y sistemática de Berkeley y comparte con el Ensayo sobre el entendimiento humano de Locke y el Tratado sobre la naturaleza humano de Hume el más alto puesto alcanzado por una obra filosófica escrita en inglés14.
Como se ha señalado, la obra se publicó en Dublín en mayo de 1710 como primera parte de un Tratado sobre los principios del conocimiento humano, donde se investigan las causas principales de los errores y dificultades de las ciencias y el fundamento del escepticismo, ateísmo e irreligión.
De acuerdo con los datos, Berkeley comenzó a redactar el borrador de la introducción en noviembre de 1708 cuando tenía 23 años de edad, el tratado fue seguido por un escrito titulado Tres diálogos entre Hylas y Filonús en la que se reiteran los conceptos contenidos en el tratado; según los estudiosos, esta obra la escribió Berkeley para el público en general, mientras que el Tratado sobre los principios del conocimiento humano, fue escrita para los intelectuales y filósofos de la época.
De acuerdo con Frondizi, en 1734 apareció la segunda edición del Tratado conjuntamente con los Tres diálogos entre Hylas y Filonús, para esta segunda edición publicada 24 años después de la primera se introduce un cambio, “(...) la única modificación que merece señalarse especialmente es la introducción del término noción (notion), con un sentido específico, en las secciones 27, 89, 140, y 14215.”
Berkeley introduce el concepto de notion para explicar que el ser humano no tiene una idea de nuestro propio espíritu, ni del prójimo, ni de Dios, al incorporarlo (notion), designa que el conocimiento proviene del espíritu, puesto que sabemos o entendemos el significado de esa palabra. Berkeley, en la sección 27 de su tratado comenta:
27. Un espíritu es un ser simple, indivisible y activo, en tanto percibe ideas se llama entendimiento y en cuanto las produce u opera de otro modo sobre ellas, se llama voluntad. Por consiguiente, no puede formarse una idea del alma o espíritu; pues siendo toda idea pasiva e inerte no puede representarnos, por medios de imágenes o semejanzas, aquello que es activo (...)16.
La obra no se reimprimió hasta el año de 1776, 23 años después de la muerte de Berkeley, cuando apareció en Londres nuevamente con los Tres diálogos. Para el año de 1784 fue reimpreso en dos volúmenes, en 1820 reimpreso en tres volúmenes y en un volumen en 1837, para 1843 se editó nuevamente en dos volúmenes bajo en nombre de The works of George Berkeley, posteriormente se han editado un sinnúmero de ediciones sobre el Tratado de Berkeley. La primera traducción fue hecha al alemán en 1869, en francés en 1889 y la versión al español apareció en 1939. El tratado está dividido o estructurado en 156 apartados, en el cual explica sus tesis filosóficas17. En su Tratado sobre los principios del conocimiento humano, la comprensión de los principios permitirá:
1. Rebatir el escepticismo (apartados 86-91).
2. Objetar el ateísmo (apartados 92-96).
3. Eximir al pensamiento de las ideas abstractas (apartados 97-100).
4. Dilucidar los conceptos de la filosofía natural (apartados 101-117).
5. Eliminar de las matemáticas las ideas abstractas (apartados 135-144).
6. Confirmar la fe en Dios (apartados 146-156).
El punto medular de la filosofía de Berkeley es el concepto de existir: percibir es lo mismo que existir, como lo sustenta García Morente:
El obispo Berkeley, con una audacia extraordinaria, plantea el problema ontológico y metafísico; ¿qué es ser?, ¿qué es existir?, y el análisis psicológico no le permite dar a ese problema metafísico más que una respuesta psicológica. ¿Qué llamo yo ser? Ser llamo yo a ser blanco, ser negro, ser extenso, ser verde, ser amarillo, ser duro, ser blando, ser redondo, ser triángulo, ser dos, ser tres, ser cinco, a todo eso llamo ser. Por consiguiente “ser es ser-percibido; “ser” es ser percibido como tal blanco, como tal 2, como tal 5, como tal forma. La percepción como vivencia, es lo único que constituye el ser (…)18
De allí parte su inmaterialismo que lo define de dos tipos:
• Ideas: la existencia de las ideas consiste en ser percibidas o tenidas por algún espíritu (las ideas son percibidas), son pasivas y deben su existencia a los espíritus.
• Espíritus: perciben ideas o a veces las tienen, la existencia de un espíritu consiste en tener ideas y voliciones, solo los espíritus perciben. Hay dos tipos de espíritus que son agentes causales, que inician los cambios en el mundo: los seres humanos son espíritus finitos y Dios espíritu infinito.
Berkeley afirma que no existe otra especie de cosas que estas dos. El ser humano conoce cuando Dios crea cosas que se presentan en conjuntos o grupos, por ejemplo: sillas, mesas, estrellas, árboles, ríos, mares, manzanas, naranjas, etc. Cuando un espíritu finito mira al sol o las estrellas, percibe o tiene ideas causadas por Dios, pero cuando recuerda esas cosas tiene ideas causadas por él mismo19.
En su concepto de inmaterialismo cabe preguntarse ¿dónde está la materia?, ¿qué es la materia?, ¿debemos preocuparnos por la materia? Para responder a esas interrogantes es necesario traer a la discusión el concepto de materia que existía en aquel momento. La palabra materia viene del latín materia y del griego hyle que significa madera, como cualquier cosa material con las propiedades de la madera (dureza, peso, tamaño, forma, etc), se le dominó con nombre genérico a todas aquellas cosas que existen en la realidad y que poseen además ciertas propiedades físicas que hacen diferenciar a una materia de otra materia. Berkeley no asume este concepto y afirma que la materia es intangible e invisible y que si existe, existe de una manera desconocida, en un lugar desconocido o en ningún lugar en absoluto20
¿Lo que percibimos es una sensación?
¿Cómo Berkeley niega la substancia material? Reduciendo la cosa en sus cualidades hasta llevarlo a la condición de invisible, por ejemplo, el calor. El calor es intenso es doloroso e incómodo, el dolor es una sensación que está en la mente, el calor no tiene un ser real, es decir, cuando acercamos nuestras manos al calor sentimos una sensación, no dos sensaciones (calor y dolor) y es percibida inmediatamente, al mismo tiempo, el calor es una idea no dos ideas (calor-dolor), que el calor está en el fuego y que el fuego tiene sensaciones de calor; es lo mismo que un pedazo de madera esté ardiendo y sufra de dolor. El calor y el dolor son cosas diferentes, pero Berkeley las confunde.
Berkeley parte del argumento de relatividad de Locke para reforzar su teoría; por ejemplo, todo objeto visible tiene todo el color que parezca tener para cualquiera y en cualquier circunstancia, que todos los colores son igualmente aparentes y que ninguno de los que percibimos son realmente intrínsecos a ningún objeto externo21.
¿Solo percibimos lo que percibimos inmediatamente?
Berkeley en sus Tres diálogos entre Hilas y Filonús parte de Dios como motor de toda causa sensible:
• Los objetos del conocimiento humano son ideas, impresas en los sentidos. (apartado 1)
• Junto a las ideas existe algo que las percibe, a ese ser, lo llamó mente, espíritu, alma, yo. (apartado 2)
• Las ideas o sensaciones percibidas por nosotros, no son producidas ni dependen de la voluntad de los hombres. (apartado 146)
• Por lo tanto, es evidente, que conocemos a Dios tan cierta e inmediatamente como a cualquier otra mente o espíritu distinto del propio. (apartado 147)
• Lo que vemos, oímos, sentimos o por cualquier otro modo percibimos por los sentidos, es un signo o efecto del poder de Dios. (apartado 149).
¿El Dios de Berkeley es un ser causante de todo y al mismo tiempo observador?
Berkeley concibe a Dios como un ser intangible, silencioso que lo impregna todo; la materia por su parte es inerte, insensible, no tiene ideas para brindarnos, y por lo tanto, el ser humano no tiene ninguna idea de la materia. De Dios no tenemos una idea elaborada, pero si una noción (apartados 27, 89, 140 y 142) de él la IDEA. Al respecto:
Al eliminar la materia y al reafirmar la existencia del espíritu o alma del hombre, la realización del proyecto apologético de Berkeley avanza por un buen camino, pero aún no ha concluido. En el mundo de Berkeley todavía le falta la presencia de Dios. Veamos cómo completa Berkeley su proyecto. Existe el espíritu humano, y “un espíritu es un ser simple, indivisible, activo: en la medida en que percibe ideas, se llama “intelecto”, en la medida que produce ideas o actúa de alguna manera sobre ellas se llama “voluntad”. No obstante, señala Berkeley, “por lo que puedo ver, las palabras “voluntad”, “intelecto”, “mente”, “alma”, o “espíritu” no expresan algo muy diferente de las ideas y que no puede parecerse a ninguna de éstas, ni se representado por ninguna idea, ya que se trata de un agente. Existe, pues, el espíritu, la mente. Y los objetos del conocimiento, es decir las ideas están en la mente.22
¿Solo Dios es el origen de todas las ideas de sensación?
Hemos visto que existir es ser percibido, Berkeley parte de que los objetos sensibles no pueden existir, cuando no se les percibe, cuando se les percibe existen. Dios es el único que todo lo percibe, el ser humano solo es capaz de percibir la sensación de idea de lo que percibe no es capaz de percibir por otro ser humano. Al respecto Fraile Guillermo apunta:
Berkeley cree que su doctrina suministra una prueba clara, necesaria e irrefutable de la existencia de Dios, la cual es más clara y evidente que la de las cosas sensibles y la de los hombres, porque las señales que nos la revelan son más claras y evidentes que las que nos indican la existencia de las cosas sensibles y de seres semejantes a nosotros (...)23
Contra la substancia material Berkeley argumenta en su tratado:
• Concebir un objeto sensible como existente sin la mente deberíamos concebirlo como no concebido. (apartado 47)
• No existen objetos sensibles sin la mente al menos que podamos concebirlos como existente de tal modo. (apartado 49)
• Habría que pensar en él sin pensar en él lo cual es imposible. (apartado 145)
• Por lo tanto, no podemos admitir la posibilidad, tampoco, de que exista un objeto sensible sin ser percibido. (apartado 1).
Los objetos del conocimiento son ideas de dos especies:
• Ideas impresas sobre los sentidos: ideas de sensación impresa desde afuera y las da Dios en orden, constancia, coherencia, no surgen al azar.
• Ideas de memoria e imaginación: se recrean en la mente a voluntad del ser humano.
¿Ver es lo mismo que pensar?
¿Cómo pensamos en algo?, mediante imágenes que son copias y semejanzas de ideas de sensación y las otras ideas derivan de estos procesos de composición y división. Una palabra tiene significado que puede ser especificado indicando las imágenes o cuadros asociados a ellas.24
Berkeley rechaza la doctrina del origen y clasificación de las ideas abstractas de Locke (para Locke idea es todo contenido mental y solo pueden proceder de la experiencia o derivan de esta), afirma que quienes defienden la materia porque creen que algunas palabras representan ideas abstractas de esa materia están errados. Las palabras se refieren de alguna manera a cosas que sean posibles experimentar (sensaciones e imágenes), por ejemplo, no hay ideas de números abstractos lo que hay son símbolos numéricos relacionados con cosas particulares concretas: contar y medir.
Las palabras se deben referir a cosas que se pueden experimentar: sensaciones. Por ejemplo, la palabra “manzana”: la manzana es percibida, es la copia o representación de la sensación que tendría si estuviera tocando o comiendo la manzana ¿pero la manzana no es una cosa material? Berkeley respondería que entre las sensaciones hay sensaciones táctiles, de dureza y textura o carece de sentido. Si no son las dos primeras, carece de sentido, por lo tanto, no vale la pena argumentar. Todo lo que el ser humano percibe (casas, árboles, nubes, ríos, etc) son cosas que percibimos por los sentidos de nuestras propias ideas.
Conclusión
La importancia de contextualizar la postura filosófica de Berkeley, en el marco histórico y sistémico que nutrió la enunciación cognitiva del ser humano europeo en la instauración de la modernidad, radica en que ha sido en la búsqueda de instaurar una colonialidad, y que esta, fuera el soporte para mantener una estructura de control, principal, pero no necesariamente, por medio del pensamiento cristiano (protestante o católico) constituyendo un sistema-mundo colonial que se conserva vigente.
Lo anterior sustenta la tesis de que la colonialidad, es constitutiva de la modernidad y las propuestas filosóficas, entre ellas, las esbozadas por Berkeley, son entonces, prolongaciones de la gnosis europea, en procura de constituir un sistema-mundo, que permitiera en todos sus extremos, llevar el progreso y en nombre de este, justificar la expropiación de los pueblos de sus riquezas naturales, espirituales y culturales, es decir, privarlos de una subjetividad para la vida y para el bien común.
Berkeley nació 168 años posteriores a la promulgación de la Reforma protestante, cuando Martín Lutero, en 1517, publicó Las 95 tesis; en 1543 se da la Contrarreforma o Reforma católica en respuesta a las tesis luteranas. Es decir, ante este panorama, un mundo occidental cristianizado, pero dividido; el descubrimiento del Nuevo Mundo, es la consecuencia para obtener todos los recursos necesarios dentro del marco de procesos civilizatorios llevados a cabo por Europa, para expandir su cultura, su lengua y enriquecerse del producto del trabajo de los pueblos que dominó.
No es casual entonces, que el pulso dado a nivel filosófico, más de dos siglos después de la conquista y colonización de América, en este caso, con la teoría del conocimiento propuesta de Berkeley (empirismo), principalmente con su visita a los Estados Unidos en 1728, haya contribuido de una manera decisiva a diseminar el sistema-mundo-colonial mediante el protestantismo –no exclusivamente– en ese país, no solo con las tesis teológicas, sino también, filosóficas mediante un pensamiento sólido.
Así pues, Berkeley llevó a sus últimas consecuencias el método por el cual afirma que existir es percibir. Todas sus argumentaciones en su teoría del conocimiento pretenden no dejar un espacio para albergar dudas de acuerdo con su argumentación filosófica. Eliminando el concepto de ideas abstractas y pasando al concepto de ideas generales (conocimientos universales), Berkeley logra excluir por completo la substancia corpórea (materia), ya que pensar no es captar una esencia abstracta, es ir de una imagen a otra gracias a la función del signo que es en última instancia una imagen concreta, una idea concreta.
Para Berkeley toda abstracción es ilegítima porque todos los objetos que el ser humano percibe están delimitados en una unidad, ya que el pensamiento de una cosa sensible no puede pensarse separado de la sensación que se tenga de él, en otras palabras, el objeto y la sensación son idénticos y no pueden ser abstraídos.
Berkeley acepta que existe un mundo sensible, el cual todos vemos, lo que rechaza es la existencia de una substancia material que sería el soporte del mundo sensible, para este filósofo, lo que existe son ideas como soporte de esas cualidades sensibles. Berkeley no niega la existencia de las cosas con la condición de que se acepte que existir no es más que percibir y ser percibido.
Todas las facetas de su pensamiento (nominalismo, inmaterialismo, espiritualismo y teísmo) se relacionan para tratar de demostrar que lo único bueno, perfecto y bello es el espíritu infinito, aquel que nos da las ideas, las imágenes para conocer el mundo sensible.
En este contexto, el conocimiento perfecto asumido desde Dios, mediante la teoría del conocimiento de Berkeley y su herencia en el Nuevo Mundo y en las Ciencias Sociales, establece un conocimiento universal, dicho en otras palabras, no puede haber un conocimiento más allá de todo tiempo y espacio, que, al ser universal, se sitúa en una posición neutra, objetiva y verdadera para todos.
De esta forma, el pensamiento europeo (filosofía, teología y ciencia), es representado como superior y los marcos conceptuales fuera de este universo doctrinal son considerados como pseudo-conocimientos. En consecuencia, se justifica a través de la filosofía y la religión, entre otras formas de colonialidad, la destrucción entera de pueblos y culturas poseedoras de sus propias epistemologías y cosmologías.
Así pues, la colonialidad se refiere a la expansión cultural europea a partir de 1492 y en la cual el conocimiento, la filosofía, las ciencias, el concepto de raza, de clase, de espiritualidad y de la jerarquía etno-racial global, entre otras, atraviesan las relaciones sociales existentes del planeta para configurar un sujeto carente reflexión para la transformación social.
Contextualizar la filosofía de Berkeley, permite abonar a la discusión filosófica y a los estudios acerca de la colonialidad la importancia de reflexionar, como en los distintos estadios de la modernidad el sujeto se ha enajenado hasta convertirse en un sujeto actuante y no pensante, lo anterior producto de la vigencia de la razón instrumental y la razón mítica.
La razón instrumental es una lógica de pensamiento que privilegia la utilidad, el provecho, el beneficio de la acción y que considera los objetos, incluidos los seres humanos, como medios para alcanzar un fin determinado, sin cuestionar la racionalidad misma de esos fines; la razón mítica aparece cuando la irracionalidad de la razón instrumental es advertida y percibida como amenaza para la vida. El sujeto, al privilegiar la utilidad de la acción para alcanzar fines determinados sin cuestionar la racionalidad misma de estos fines, posibilita que la razón instrumental y la razón mítica se tornen destructivas25.
ABSTRACT
Berkely Theory of knowledge: Empiricism and Coloniality
An existing relationship is established between George Berkeley’s theory of knowledge and its agreement with the cognitive enunciation built in Europe for global humanism establishment. Berkeley’s empiricism has been a solid bridge to justify the possibility of a knowledge that, from the philosophical and theological support, disassociates the individual from the ontology, and therefore eliminating the subjectivity of every object and geographic space. With this, abstract universalism is created and justified from the politic, religious, legal and economic standpoint, among others. By stablishing that perceiving is the same as existing, Berkeley eliminates the possibility that the individual may have conscience of himself or for himself and hence transform his reality.
Key words: being, perceiving, existing, eurocentrism, coloniality.
RÉSUMÉ
La théorie de la connaissance de Berkeley: l’empirisme et le colonialisme
Cet article établie la relation existante entre la théorie de la connaissance de George Berkeley et sa concordance avec l’énonciation cognitive construite en Europe pour l’instauration d’un humanisme global. L’empirisme de Berkeley a été une base suffisamment solide pour justifier, d’après le principe philosophique-théologique, la possibilité d’une connaissance qui dissocie le sujet de l’ontologie en éliminant la subjectivité de tout corps et espace géographique. Des universalismes abstracts sont créés et justifiés dès la politique, la religion, le droit, l’économie, entre autres. Lorsque Berkeley a établi la formule «être, c’est être perçu», il a éliminé la possibilité où le sujet puisse avoir conscience de soi et pour soi, et de cette manière transformer sa réalité.
Mots-clés : Être, percevoir, exister, eurocentrisme, colonialisme.
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