UNED Research Journal (e-ISSN 1659-441X), Vol. 14(2): e4245, December, 2022

 

 

Creencias paranormales en adultos jóvenes salvadoreños: vínculos sociodemográficos, agentes de socialización y percepción de anomia

 

Carlos Iván Orellana1https://libapps-eu.s3.amazonaws.com/accounts/86186/images/iconoorcid_16x16.gif

 

1.        Universidad Don Bosco, Dirección de Postgrado en Ciencias Sociales, Campus Antiguo Cuscatlán, Final Av. Albert Einstein, No. 233, Colonia Jardines de Guadalupe, La Libertad, El Salvador; ivan.orellana@udb.edu.sv

 

Recibido 31-V-2022– Corregido 17-VIII-2022 – Aceptado 22-VIII-2022

DOI: https://doi.org/10.22458/urj.v14i2.4245

 

ABSTRACT. “Paranormal beliefs in young Salvadoran adults: sociodemographic links, socialization agents and perception of anomie” Introduction: Paranormal beliefs are beliefs that are not scientifically accepted. These beliefs, that may constitute tools for personal control and uncertainty reduction, do not seem to have been studied in Central America. Objective: To explore paranormal beliefs in a sample of Salvadoran adults. Methods: 510 participants filled out a survey that included different measurement scales: Paranormal Beliefs, Perception of Anomie, Fear of Crime and Socialization Agents. The Paranormal Belief Scale is made up of three factors: witchcraft, psi-superstition and strange life forms. Results: The most accepted belief was witchcraft. Women, evangelical Christians, and individuals from low-income families, were more accepting of paranormal beliefs, and these correlate with the perception of anomie and fear of crime. Conclusion: Paranormal beliefs in this sample vary individually, reflect social conditions, and are linked to perceptions of threat and uncertainty.

 

 

 

 

Keywords: Anomie, fear of crime, control, socialization, El Salvador

RESUMEN. Introducción: Las creencias paranormales son creencias que no están científicamente aceptadas. Estas creencias, que pueden constituir herramientas de control personal y reducción de la incertidumbre, no parecen haber sido estudiadas en Centroamérica. Objetivo: Explorar creencias paranormales en una muestra de adultos salvadoreños. Métodos: 510 participantes llenaron una encuesta que incluía diferentes escalas de medición: Creencias Paranormales, Percepción de Anomia, Miedo al Delito y Agentes de Socialización. La Escala de Creencias Paranormales se compone de tres factores: brujería, psi-superstición y formas de vida extrañas. Resultados: La creencia más aceptada fue la brujería. Las mujeres, los cristianos evangélicos y las personas de familias de bajos ingresos aceptaron más las creencias paranormales, y estas se correlacionan con la percepción de anomia y miedo al crimen. Conclusión: Las creencias paranormales en esta muestra varían individualmente, reflejan condiciones sociales y están vinculadas a percepciones de amenaza e incertidumbre.

 

 

 

 

Palabras clave: Anomia, miedo al delito, control, socialización, El Salvador

 

 

Las creencias paranormales pueden ser comprendidas como la aceptación de la existencia de realidades o proposiciones no respaldadas científicamente. Dichas creencias se consideran extraordinarias, ilógicas o infundadas y son sostenidas por personas comunes en plenitud de sus facultades racionales, lo que no descarta que algunas de estas pertenezcan a la comunidad científica (Irwin, 2009; Van Prooijen et al., 2018). Aunque no existe un consenso sobre cómo clasificar las creencias paranormales, su operacionalización frecuente (Irwin & Marks, 2013; Tobacyk, 2004) permite dividirlas en dos grandes dimensiones: creencias religiosas tradicionales (e.g., creencia en milagros, en la existencia de demonios o deidades) y creencias no religiosas (e.g., poderes mentales, fantasmas, monstruos). Este último tipo de creencias suele recibir denominaciones diferentes, como filosofías o creencias de la nueva era (New Age Philosophy or New Age beliefs, ver Irwin, 2009; Irwin & Marks, 2013) o creencias paranormales clásicas (Rice, 2003).

Con independencia de la veracidad o falsedad de los fenómenos paranormales (i.e., que realmente existan fantasmas, capacidades extrasensoriales o mala suerte al quebrar un espejo), cuestión que también puede ser sometida a escrutinio científico, aquí interesa la aceptación de su existencia como objeto de interés científico. Estas creencias son compartidas por muchos y no son inocuas, pues responden a procesos socioculturales particulares con efectos concretos sobre la vida cotidiana. Dan cuenta, entre otras cosas y con sus matices, del desarrollo educativo-cultural de un grupo social, de recursos cognitivos o las facultades críticas de los individuos, afectan actitudes políticas, así como comportamientos y percepciones de bienestar y salud (Georgiou et al., 2019; Irwin, 2009; Rice, 2003; Salas-Wright et al., 2013; Shariff & Aknin, 2014; Van Prooijen et al., 2018). Las implicaciones del negacionismo de la COVID-19, la convicción sobre el origen conspirativo del virus o las vacunas identificadas en el marco de la pandemia, confirman de manera fehaciente la relevancia social y científica actual de este tipo de creencias (e.g., Caycho-Rodríguez et al., 2022; Giuliani et al., 2021).

En países altamente religiosos como El Salvador, existe evidencia clara de creencias religiosas tradicionales en encuestas nacionales. Por ejemplo, 95% de mayores de 18 años cree en los milagros, 89% cree en satanás, 87% que hay vida después de la muerte y 95% no tiene duda de la existencia de dios (Instituto Universitario de Opinión Pública [IUDOP], 2009). En los últimos años, se ha constatado el crecimiento de las confesiones evangélicas o protestantes en el país y que estas tienden a practicar más “sanaciones divinas”, “hablar en lenguas” y “profetizar” (hablar en nombre del espíritu santo) (Pew Research Center, 2014). Asimismo, más recientemente, 34% y 43% de salvadoreños mayores de edad, dijo, respectivamente, que su futuro y el del país dependían de dios (Picardo, 2021). Más allá de reportajes periodísticos eventuales u obras literarias en la que aparecen menciones anecdóticas (e.g., avistamiento de “luces” en el cielo, supuestos encuentros con seres de leyenda), no se conocen estudios sistemáticos sobre creencias paranormales no religiosas en población salvadoreña o centroamericana.

Se han ofrecido distintas explicaciones sobre la existencia de las creencias paranormales. Estas serían parte del sistema de creencias más amplio de los individuos y, en general, como toda creencia, responden a procesos de socialización en el que se producen influencias socioculturales e interacciones con agentes de distinto tipo, como la familia o los medios de comunicación (Aarnio & Lindeman, 2007; Irwin, 2009; Wish, 2014). No obstante, parecen ser particularmente prevalentes en quienes experimentan incertidumbre en su medio circundante, por lo que una de sus funciones más destacadas parece ser la de recuperar control personal y contribuir al afrontamiento de circunstancias difíciles, incluyendo experiencias traumáticas (Greenaway et al., 2013; Irwin, 2009; Lowrie et al., 2017; Sagone & De Caroli, 2014; Tobacyk et al., 1988).

En El Salvador, en tanto que país conocido por sus altos niveles de violencia y criminalidad y por ser considerado una sociedad anómica, las creencias religiosas tradicionales y la percepción de anomia, encuentran relaciones inversas con el nivel de estudio y con la posición socioeconómica (Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho [FESPAD], 2021; IUDOP, 2009; Orellana, 2019). En general, la percepción de anomia está vinculada con la vivencia de que los acontecimientos cotidianos ocurren ajenos al control del individuo (Beramedi et al., 2012; Orellana, 2019). En el antecedente seminal de Tobacyk (1985) sobre el vínculo entre creencias paranormales y anomia, el autor encuentra asociaciones –positivas, aunque débiles– entre creencias paranormales generales y la dimensión de superstición, y de esta con la percepción de anomia. Por su parte, según Lange y Houran (1999), entre las creencias paranormales y el miedo se produce un efecto autoreforzante.

Con base en las reflexiones anteriores y dado que se identifica un vacío de conocimiento sobre el tema en El Salvador y en la región centroamericana, el objetivo general de esta investigación es determinar la existencia de creencias paranormales en la muestra participante y el vínculo de estas con variables sociodemográficas, agentes de socialización, el miedo al delito y la percepción de anomia.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

 

Instrumento: Tanto las variables sociodemográficas registradas –edad, sexo, religión e ingreso mensual en el hogar– como los constructos principales (creencias paranormales, anomia, miedo al delito y agentes de socialización) fueron incluidos en un cuestionario tipo encuesta.

La escala de percepción de anomia fue tomada del estudio que Orellana (2019) realizó con la participación de una muestra representativa de población salvadoreña. La escala cuenta con 13 ítems, consistencia interna adecuada (α= 0,71), validez de contenido, constructo y criterio y se compone de tres factores: aislamiento, desconcierto y pesimismo. Su estructura de respuesta es tipo Likert y se distribuye entre los puntos: 4 = muy de acuerdo hasta 0 = muy en desacuerdo. En la presente aplicación, la consistencia interna de la escala general fue mayor que en el estudio original (α= 0,82) al igual que la de cada una de las tres dimensiones (aislamiento = 0,70; desconcierto = 0,66 y pesimismo = 0,65 vs., respectivamente, 0,57, 0,56 y 0,59).

La escala de miedo al delito (Orellana, 2022) explora la preocupación por llegar a ser víctima de ocho delitos posibles: homicidio, agresión física, violación sexual, secuestro, robo a mano armada, robo sin agresión o hurto, extorsión (renta) y soborno por parte de alguna autoridad. La estructura de respuesta de la escala consta de cuatro puntos que van desde “mucho” (3) a “nada” (0). La consistencia interna de esta escala fue muy alta (α= 0,87).

La escala de agentes de socialización se creó para este estudio e indaga el grado en que los participantes consideran que la aceptación de creencias paranormales se ha debido al influjo de diez posibles agentes de socialización: familia, pareja, escuela, la iglesia, la televisión, internet, la escuela, la universidad, el cine y la literatura. La estructura de respuesta de esta escala es similar a la de miedo al delito (cuatro puntos: desde 3 = “mucho” a 0 = “nada”) y su consistencia interna fue satisfactoria (α = 0,84). Un análisis factorial exploratorio (AFE: KMO = 0,80 y test de esfericidad de Bartlett= χ2[45]= 2 066,9, p< 0,001), en el que se recurrió a un análisis de componentes principales y rotación Varimax, encontró dos factores que en conjunto explicaban el 60% de la varianza de los resultados. El primer factor aglutinó los agentes de socialización siguientes: familia, amistades, pareja, iglesia, escuela y universidad, por lo que este factor fue denominado “agentes tradicionales de socialización” (31% de varianza). El segundo factor fue nombrado “agentes impersonales de socialización” por aglutinar agentes como el internet, la televisión, el cine y la literatura. Este segundo factor, dio cuenta del restante 29% de la varianza de los resultados.

La escala de creencias paranormales consta de 17 ítems. La mayor parte de la escala (15 ítems) se constituyó de ítems con carga factorial alta tomados y traducidos libremente del estudio comprehensivo de Dagnall et al. (2010). El conjunto de ítems aborda ocho dimensiones reconocibles de creencias paranormales: vida extraterrestre, fenómenos psi (e.g., telekinesis) fantasmas, espiritismo, criptozoología, brujería, astrología y superstición. Un ítem más sobre el mal de ojo, una creencia popular asociada con prácticas de brujería según la cual la “fuerza” de la mirada de ciertos individuos (usualmente mujeres o ancianos) puede producir enfermedad o encantamiento, fue tomado del estudio de Díaz-Vilela y Álvarez-González (2004). Finalmente, fue añadido también el ítem “El Chupacabras es real”, una creencia a medio camino entre la criptozoología y la visita extraterrestre referida a la existencia de un supuesto ser o monstruo que cobró notoriedad en distintos partes de Latinoamérica durante los 90s por atacar animales de granja y drenar su sangre misteriosamente. Al igual que la escala de anomia, esta escala de creencias paranormales se constituyó de una estructura de respuesta de cinco puntos que iba de 4 = “muy de acuerdo” a 0 = “muy en desacuerdo”.

Se llevó a cabo un análisis factorial exploratorio (KMO= 0,89 y test de esfericidad de Bartlett= χ2[136]= 2 803,7, p< 0,001), siempre recurriendo a un análisis de componentes principales y rotación Varimax, y se obtuvieron tres factores con eingenvalues superiores a 1 que explicaron el 52% de la varianza de los resultados. Como se puede apreciar (Tabla 1), el primer factor se constituye de ítems relativos a visitas extraterrestres, espiritismo, existencia de fantasmas y criptozoología, por lo que el factor fue denominado “formas extrañas de vida”. Este factor se compone de ocho ítems y aglutina el 19% de la varianza de los resultados. El segundo factor explica 18% de la varianza y reúne seis ítems sobre telekinesis, astrología y superstición; este fue denominado “psi-superstición”. Por último, el factor tres explica el restante 15% de la varianza y aquí aparecen los tres ítems vinculados a brujería, incluyendo el referido al mal de ojo.

 

TABLA 1

Ítems y factores de la escala de creencias paranormales

 

Ítems

F1

F2

F3

Formas extrañas de vida

 

Los extraterrestres han visitado la tierra a través de la historia

0,83

 

 

Extraterrestres han implantado objetos en personas

0,65

 

 

Durante estados alterados como trances o sueños el espíritu puede salir del cuerpo

0,53

 

 

La reencarnación ocurre

0,66

 

 

Los fantasmas existen

0,61

 

 

Es posible comunicarse con los muertos

0,52

 

 

El monstruo del lago Ness de Escocia existe

0,50

 

 

El Chupacabras es real

0,43

 

 

Psi-Superstición

 

 

 

Algunos individuos son capaces de levitar (levantar) objetos con la mente

 

0,54

 

Los pensamientos de las personas pueden influir en el movimiento de un objeto físico

 

0,57

 

La astrología es una forma de predecir con exactitud el futuro

 

0,63

 

El horóscopo dice con precisión el futuro a las personas

 

0,73

 

El número "13" es de mala suerte

 

0,69

 

Si usted rompe un espejo, tendrá mala suerte

 

0,71

 

Brujería

 

 

 

Las brujas existen

 

 

0,83

Hay casos concretos de brujería

 

 

0,85

El mal de ojo es un fenómeno real

 

 

0,46

 

La consistencia interna de la escala general de creencias paranormales resultó ser muy alta (α= 0,88). Por otro lado, el Alpha de Cronbach del primer factor, formas extrañas de vida, fue de 0,84, el factor Psi-Superstición factor alcanzó un coeficiente de 0,77 y el factor de brujería 0,69.

 

Procedimiento: El muestreo empleado fue intencional dado que se buscaban particularmente adultos jóvenes, quienes en el contexto salvadoreño experimentan de manera especial condiciones vitales anómicas por la inseguridad (e.g., delincuencia) y la incertidumbre (e.g., desempleo, exclusión). Asimismo, por conveniencia, el muestreo fue desarrollado principalmente en línea, entre estudiantes universitarios y sin atender a una carrera en particular.

Para la captación de la muestra y la consiguiente distribución del cuestionario se recurrió a una estrategia de bola de nieve, esto es, un proceso dinámico en el que se solicita a otros la colaboración en el reclutamiento de participantes atendiendo a ciertos criterios. En concreto, se distribuyó un correo electrónico a colegas y docentes universitarios en el que se explicaba de manera general el estudio y que incluía el vínculo al cuestionario en línea. El correo solicitaba tanto la distribución del mensaje aludido (consigna y vínculo del cuestionario) entre grupos de clase o personas particulares, pero también solicitaba a quien lo recibía que igualmente lo compartiera con sus propias redes.

La muestra final se constituyó de 510 personas con una edad promedio de 21,2 años (DE = 3,3).  Dos terceras partes de la muestra (63%) resultaron ser mujeres y el resto hombres (37%) que se definieron en su mayoría como católicos (53%) y evangélicos (30%), mientras que casi dos de cada diez de ellos dijeron no pertenecer a ninguna religión o ser ateo (17%). El 23% de los participantes dijo pertenecer a hogares donde el ingreso mensual alcanza para ahorrar, 50% provenía de un hogar donde el ingreso resultaba justo mes a mes y 27% afirmó vivir en un hogar donde no alcanza el dinero al grado de experimentar dificultades a fin de cada mes.

La muestra se completó durante el año 2019 pero luego, la pandemia, con el drástico cambio de agendas y prioridades que trajo consigo, paralizó la elaboración de un artículo como el presente. Nueve de cada 10 cuestionarios válidos de los 510 cuestionarios finales utilizados para los análisis fueron obtenidos en línea; la administración en papel del cuestionario se realizó a través del acceso fortuito a algunos cursos universitarios. Durante el proceso de captación de cuestionarios fueron descartados alrededor de 75 de estos, especialmente debido a que no fueron completados más allá de los datos sociodemográficos. El instrumento especificaba que se trataba de un cuestionario sobre “creencias culturales” para incluir en una sola categoría descriptiva los distintos constructos de interés (percepción de anomia, socialización, creencias paranormales, etc.). Su llenado no requería ningún dato que permitiera la identificación del participante (anonimato), garantizaba expresamente la confidencialidad de la información, el uso exclusivo para usos académicos y la libertad de suspender la participación en el momento que se deseara. 

Los análisis efectuados y que se presentan a continuación se constituyen, fundamentalmente, de análisis descriptivos (reporte de medias de tendencia central y proporciones) y análisis bivariados (diferencias de medias y correlaciones); se efectúa también un análisis puntual de regresión lineal con el único fin resaltar la peculiaridad de un resultado multivariado. Todos los análisis estadísticos fueron realizados con el programa SPSS v. 25.

 

RESULTADOS

 

Identificación y descripción de las creencias paranormales: La mayoría de las creencias paranormales consideradas por separado muestran promedios bajos (la moda en todos los casos es 0 = muy en desacuerdo con la creencia). No obstante, la creencia en tales realidades extraordinarias existe (Tabla 2).

 

TABLA 2

Estadísticos descriptivos, puntaje posible y proporción de escepticismo sobre las creencias paranormales consideradas

 

Creencia

Puntaje posible

M(DE)

Escepticismo

(% Algo o muy en desacuerdo)

Superstición

0-8

0,8(1,3)

90

Astrología

0-8

1,4(1,6)

79

Criptozoología

0-8

1,7(1,9)

70

Fenómenos Psi

0-8

1,7(2,0)

69

Extraterrestres

0-8

2,3(2,2)

57

Espiritismo

0-8

3,0(2,2)

47

Fantasmas

0-8

3,2(2,5)

44

Brujería

0-12

4,8(3,5)

38

Nota: Los porcentajes de escepticismo aparecen ordenados de forma descendente.

 

Las dimensiones de creencias paranormales consideradas alcanzaron un Alfa de Cronbach promedio de 0,65 y existen variaciones en el grado de escepticismo que recibe cada una de ellas (Tabla 2). Los participantes serían muy escépticos respecto a creencias supersticiosas como el influjo del número 13 o el papel de los astros en el destino personal (horóscopo); se posicionan en un nivel intermedio de aceptación respecto a la posibilidad de existencia de animales desconocidos, de capacidades psíquicas como la telekinesis y de la vida extraterrestre; por último, las manifestaciones espirituales, los fantasmas y particularmente la brujería, constituirían las creencias paranormales que más credibilidad o menos duda suscitan, pues arriba de cinco de cada 10 participantes estarían indecisos o de acuerdo en algún grado con suscribir este tipo de creencias.

 

Las relaciones entre las creencias paranormales, variables sociodemográficas y agentes de socialización: La muestra participante obtuvo puntajes generales de anomia percibida moderados, alcanzó niveles altos de miedo al delito, así como niveles bajos de influjo de agentes de socialización y de creencias paranormales (Tabla 3). Las mujeres, quienes profesan una fe evangélica y quienes residen en un hogar en el que experimentan dificultades económicas, presentan puntajes estadísticamente más altos que los hombres, comparados con quienes se adhieren a otras religiones o a ninguna y a quienes pertenecen a hogares con mejores ingresos. Las mujeres también experimentarían niveles estadísticamente más altos de miedo al delito que los hombres.

 

TABLA 3

Estadísticos descriptivos y comparación bivariada de las escalas generales según variables sociodemográficas

 

Constructo

M(DE)

Sexo M(DE)

Religión M(DE)

Ingreso hogar M(DE)

 

Total

Hombre

Mujer

Evang.

Otra/Ning

Alcanza

No Alcanza

Anomia

34,4 (8,9)

33,0 (8,9)

35,1 (8,8)*

36,0 (8,4)

33,6 (9,0)*

34,3 (7,1)

35,8 (8,8)*

Miedo al delito

17,6 (5,7)

15,3 (6,1)

18,9 (5,0)*

18,2 (5,3)

17,3 (5,8)

17,6 (5,6)

18,5 (5,5)

Agentes de Socialización

13,1 (6,7)

12,6(6,7)

13,5 (6,6)

13,4 (6,9)

13,0 (6,6)

13,1(6,7)

13,2 (6,8)

Creencias Paranormales

18,8(12,2)

18,4(12,6)

19,1(12,0)

18,7(11,3)

18,9(12,6)

18,6(11,9)

18,9(11,4)

*Diferencia de medias estadísticamente significativa según prueba t student, p < 0,05.

 

Asimismo, las variables sociodemográficas consideradas no muestran diferencias estadísticas en relación con las escalas generales de creencias paranormales y de socialización (tampoco respecto a los dos factores que componen esta última: agentes tradicionales y agentes impersonales de socialización). No obstante, si se desagregan los 10 agentes de socialización considerados se encuentra que la iglesia sí ejerce una influencia estadísticamente mayor para dar crédito a las creencias paranormales en el caso de los evangélicos [M = 1,6, DE = 1,1 vs M = 1,2, DE = 1,0 de otras/ninguna religión; t (482) = 3,560, p < 0,001]. Por su parte, la familia destaca como un agente de socialización que incide estadísticamente más sobre las mujeres (M = 2,0, DE = 1,1) que sobre los hombres (M = 1,7, DE = 1,1) para creer en lo paranormal [t (482) = -2,513, p = 0,012].

Por otra parte, se encontraron diferencias estadísticas entre las variables sociodemográficas y los tres factores de creencias paranormales identificados (brujería, psi-superstición y formas extrañas de vida). Para apreciar mejor dichas diferencias, las ocho creencias paranormales medidas fueron separadas para encontrar que se cree más en brujería si se profesa la religión evangélica [M = 5,8, DE = 3,1 vs M = 4,5, DE = 3,6 de otras/ninguna religión; t (482) = 4,031, p < 0,001] y si se pertenece a un hogar en el que el ingreso familiar no alcanza [M = 5,5, DE = 3,6 vs M = 4,7, DE = 3,3 de hogares con mayores ingresos; t (407) = 2,370, p = 0,018]. Asimismo, quienes pertenecen a otras confesiones de fe o a ninguna creen más en la vida extraterrestre (M = 2,5, DE = 2.1) que quienes dicen ser evangélicos [M = 1,8, DE = 2,2; t (482) = -3,007, p = 0,003]. Es llamativo que, aunque no se encontraron diferencias significativas (por muy poco, p = 0,06), las mujeres tienden a creer más en brujería que los hombres.

 

Vínculos entre las creencias paranormales, la percepción de anomia y el miedo al delito: Existen relaciones positivas moderadas entre los tres factores de creencias paranormales (r= 0,51 en promedio) (Tabla 4). También existe una correlación positiva entre estos y la escala de agentes de socialización. Por separado, el factor de agentes tradicionales de socialización no se relaciona con brujería, pero sí de forma positiva y débil con el factor psi-superstición (r= 0,12, p< 0,001), y con formas extrañas de vida (r= 0,10, p< 0,05). Mientras que el factor de agentes impersonales sí se relaciona y con mayor intensidad con los tres factores de creencias paranormales (Brujería, r= 0,13; psi-superstición, r= 0,18; y formas extrañas de vida, r= 0,31, p< 0,001). Por su parte, la percepción de anomia y el miedo al delito se asocian débil pero positivamente con la creencia en la brujería y el factor psi-superstición, pero ninguno de los dos constructos se relaciona con la creencia en formas extrañas de vida.

 

TABLA 4

Correlaciones entre los factores de las creencias paranormales, constructos principales y variables sociodemográficas

 

 

 

1

2

3

4

5

6

7

8

9

1.

Brujería

-

 

 

 

 

 

 

 

 

2.

Psi-Superstición

0,39**

-

 

 

 

 

 

 

 

3.

Formas extrañas de vida

0,58**

0,55**

-

 

 

 

 

 

 

4.

Socialización

0,12**

0,18**

0,23**

-

 

 

 

 

 

5.

Percepción de anomia

0,18**

0,26*

0,07

0,05

-

 

 

 

 

6.

Miedo al delito

0,11*

0,11*

0,03

0,08

0,35**

-

 

 

 

7.

Menor ingreso familiar

-0,12*

0,03

0,02

-0,01

-0,08

-0,07

-

 

 

8.

Sexo (masculino)

-0,08

-0,04

0,02

-0,07

-0,12**

-0,31**

0,11**

-

 

9.

Religión (Evangélica)

0,17**

0,00

-0,10*

0,03

0,12**

0,07

-0,01

-0,11*

-

Nota: Menor ingreso familiar: 1= Alcanza y puede ahorrar, 4 = No alcanza y tiene muchas dificultades; Sexo: 1 = Masculino, 0 = Femenino; Religión: 1 = Evangélica, 0 = Otra/ninguna. *p < 0,05, **p < 0,01. N oscila entre 483-510.

 

En cuanto a las variables sociodemográficas, solo se encuentra que, tanto reportar menor ingreso familiar (r= -0,12, p< 0,05) como adherirse a la religión evangélica (r= 0,17, p< 0,01), se asocian con la creencia en la brujería. Los evangélicos tenderían a percibir más anomia que sus contrapartes, mientras que pertenecer a otras religiones o a ninguna se asocian con la creencia en formas extrañas de vida. El sexo de los participantes no correlaciona con ningún factor de creencia paranormal, pero las mujeres refieren más percepción de anomia, aún más miedo al delito, tienden a suscribir en mayor medida la religión evangélica y a pertenecer a hogares con limitaciones económicas, en contraste con los hombres de la muestra.

Por último, si bien no es infrecuente que los estudios sobre creencias paranormales se limiten a presentar análisis correlacionales, se encontró un resultado a partir de una prueba de regresión lineal múltiple que vale la pena destacar: Al explorar la incidencia de los tres factores de creencias paranormales identificados sobre la percepción de anomia, donde aquellas fungieron como variables independientes y la última como variable dependiente, se encontró un modelo significativo [F(3, 477)= 17,073. p<0,001, R²Ajustado= 0,09] en el que tanto el factor de psi-superstición (β= 0,30, t= 5,763, p< 0,001) como el de brujería (β= 0,17, t= 3,249, p= 0,001) instigarían la anomia percibida (igual que de forma bivariada en las correlaciones). No obstante, en este análisis multivariado, el factor de formas extrañas de vida tiende a reducir la percepción de anomia (β= -0,20, t= -3,425, p= 0,001). Cabe agregar que la misma tendencia multivariada se encuentra con el miedo al delito y las formas extrañas de vida, pero en este caso la relación no es significativa (p= 0,08). 

El desglose de las distintas formas extrañas de vida que conforman el factor aludido y un nuevo análisis de regresión [F(4, 476)= 12,704. p<0,001, R²Ajustado= 0,09] permite confirmar que la dimensión de criptozoología (β= -0,12, t= -2,155, p= 0,03) se vincula de forma inversa y significativa con la percepción de anomia. Ni la creencia en vida extraterrestre (por muy poco, p = .058), ni en fantasmas, ni en espíritus resultaron ser significativas, aunque todas ellas presentaron relaciones negativas con la anomia percibida.

 

DISCUSIÓN

 

Las creencias paranormales, tanto las de corte tradicional-religioso como las que se alimentan de otras fuentes socioculturales, son una realidad cuyas manifestaciones e implicaciones aún resultan bastante desconocidas en países como El Salvador. El cumplimiento del objetivo general de investigación –establecer la manifestación de tales creencias y sus vínculos con variables sociodemográficas, con indicios de socialización y con indicadores de incertidumbre como la anomia percibida– permite aludir a varios aspectos relevantes sobre tales creencias.

El dato más inmediato que debe ser resaltado es la constatación de la existencia de creencias paranormales en la muestra. Esto ofrece respaldo para considerar que estas creencias son comunes en la población, como ocurre con las creencias de corte religioso (Irwin, 2009; IUDOP, 2009), aunque muy probablemente, unas y otras, respondan a procesos de socialización específicos (Aarnio & Lindeman, 2007), como demuestra la asociación más fuerte que se encuentra entre las distintas creencias paranormales y los agentes impersonales de socialización. Otra cosa es verificar que la aceptación de tales creencias es diferencial y algunas reciben más aprobación que otras. Como fue visto (Tabla 1), los participantes creen mucho menos en prácticas de superstición y mucho más en brujería. En cualquier caso, todas las dimensiones de creencias paranormales consideradas reciben algún grado de credibilidad o duda, cuestión que cobra realce considerando que la muestra está constituida fundamentalmente por personas jóvenes cursando estudios universitarios.

 Los resultados obtenidos sugieren que las creencias paranormales se encuentran particularmente presentes en las mujeres jóvenes que residen en hogares con menos ingresos y que profesan la religión evangélica. Estos resultados son coherentes con antecedentes disponibles (Caycho-Rodríguez et al., 2022; Georgiou et al., 2019; Irwin, 2009, Rice, 2003), y sugieren la modulación que ejercen factores como el género, las condiciones de vida y las cosmovisiones generales (la religión para el caso) sobre la aceptación de creencias acientíficas o paranormales.

Parte de la socialización de género conlleva la mayor religiosidad de las mujeres en comparación con los hombres y, al menos en el caso de El Salvador, la religión evangélica suele ser más severa con los mandatos tradicionales de género, así como con refrendar creencias extraordinarias (Pew Research Center, 2014; Wish, 2014). No se olvide que, al menos la iglesia en el caso de los evangélicos, y la familia en el caso de las mujeres, destacaron estadísticamente como agentes de socialización de creencias paranormales. Asimismo, que pertenecer a la denominación evangélica y a hogares con menores ingresos propende a creer más en brujería, pero pertenecer a otras religiones o a ninguna, conduce a aceptar más la existencia de vida extraterrestre. En pocas palabras, estos resultados añaden evidencia sobre la existencia de procesos de socialización y mediaciones particulares para la aceptación de ciertas creencias paranormales.

Por su parte, pertenecer a hogares de menores ingresos remite a condiciones de desventaja e incertidumbre. Justamente (Tabla 3), con sus matices, tanto los factores de brujería y de psi-superstición se relacionan positivamente con la percepción de anomia y con el miedo al delito, dos indicadores de incertidumbre y amenaza. Las creencias paranormales parecen verse dinamizadas por experiencias de miedo y constituirían mecanismos de afrontamiento y de recuperación de control (Greenaway et al., 2013; Lange & Houran, 1999; Lowrie et al., 2017; Sagone & De Caroli, 2014; Tobacyk et al., 1988). Tobacyk (1988) sostiene que la relación entre anomia y dimensiones como la brujería y la superstición puede deberse a que estas creencias reflejan aislamiento y rechazo social pues remiten a sistemas de creencias infundados, poco aceptados socialmente, condiciones de baja autoeficacia sobre la propia vida o menor estatus social. Lo que es claro es que se trata de cosmovisiones mágicas o sometidas a la “suerte” que parecen servir para gestionar la propia existencia e interpretar el mundo, especialmente cuando este se presenta inhóspito o precario.

En contraste, que la dimensión de formas extrañas de vida resulte negativamente vinculada con la anomia percibida en el análisis multivariado realizado, podría explicarse porque, entre todas, la creencia en animales desconocidos o vida extraterrestre son consideradas como creencias liminales con posibilidades fácticas y científicas (Dagnall et al., 2010; Irwin, 2009). Asimismo, la existencia de espíritus y fantasmas es objeto de consumo cultural en la actualidad a través de programas de televisión y videos en la red en los que “testigos” o “investigadores” “comprueban” la existencia de estas formas singulares de vida.

La investigación realizada no está exenta de limitaciones: constituye un primer esfuerzo exploratorio de aproximación a las creencias paranormales; la muestra es casual y fundamentalmente compuesta por estudiantes universitarios (es decir, bastante homogénea); y no se recurrió a una escala reconocida sobre creencias paranormales (e.g., Tobacyk, 2004).

Sin embargo, la investigación prueba la existencia de creencias paranormales y sugiere que una muestra más grande y diversa encontraría aún más relaciones significativas. Asimismo, se encontraron vinculaciones entre estas creencias con mediciones de amenaza e incertidumbre en personas realmente expuestas o vulnerables a estas, mientras que lo usual en las investigaciones disponibles es que tales condiciones solo se asumen o son improbables (i.e., porque la muestra presenta locus de control externo o se trata de estudiantes universitarios o personas de países desarrollados). Es claro, además, que las creencias paranormales responden a procesos de socialización peculiares en lo que interviene la idiosincrasia familiar (i.e., la religión) o la exposición a medios en los que lo paranormal constituye un objeto de consumo cultural.

En adelante, las posibilidades de investigación son numerosas. Por ejemplo, identificar creencias determinadas presentes en ciertos grupos o contextos (e.g., supersticiones del día a día en personas comunes o bajo condiciones adversas); expresiones particulares de estas creencias en ciertas religiones, en prácticas espirituales sincréticas o en quienes se dedican “profesionalmente” a este campo (e.g., videntes, lectores de manos); sus vínculos con disposiciones determinadas (e.g., proclividad a la fantasía), psicopatología, visiones políticas, prácticas de salud-bienestar o patrones ilusorios de percepción (Georgiou et al., 2019; Van Prooijen et al., 2018), o su relación con carreras universitarias o campos académicos, científicos y no científicos (e.g., Díaz-Vilela & Álvarez-González, 2004).

Las creencias paranormales son sostenidas por diferentes tipos de personas atendiendo a distintas circunstancias, necesidades y experiencias. Lo verdaderamente anómalo de su existencia en países como El Salvador es la ignorancia académico-científica que persiste sobre ellas y sus efectos en la realidad cotidiana de las personas.

 

AGRADECIMIENTOS

 

El autor agradece a la Ligia María Orellana, de la Universidad de La Frontera, Temuco, Chile, por su apoyo durante la fase de recolección de datos. También a quienes respondieron una encuesta inusual y tuvieron la honestidad de compartir sus creencias.

 

ÉTICA, CONFLICTO DE INTERESES Y DECLARACIÓN DE FINANCIAMIENTO

 

El autor declara haber cumplido con todos los requisitos éticos y legales pertinentes, tanto durante el estudio como durante la preparación del manuscrito; que no hay conflictos de interés de ningún tipo; y que no existen fuentes financieras que declarar. Asimismo, que está de acuerdo con la versión final editada del artículo. El respectivo documento legal firmado se encuentra en los archivos de la revista.

La contribución del único autor se detalla a continuación: diseño de la investigación, análisis de datos y redacción del artículo.

 

REFERENCIAS

 

Aarnio, K., & Lindeman, M. (2007). Religious people and paranormal believers: Alike or different? Journal of Individual Differences, 28(1), 1-9. https://doi.org/10.1027/1614-0001.28.1.1

 

Beramedi, M., Sosa, F., & Zubieta, E. M. (2012). Anomia y percepción de control en el contexto argentino. Psicología Política, 45, 43-60. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4478174

 

Caycho-Rodríguez T., Ventura-León, J., Valencia, P.D., Vilca, L.W., Carbajal-León, C., Reyes-Bossio, M., White, M., Rojas-Jara, C., Polanco-Carrasco, R., Gallegos, M., Cervigni, M., Martino, P., Palacios, D.A., Moreta-Herrera, R., Samaniego-Pinho, A., Lobos Rivera, M.E., Buschiazzo Figares, A., Puerta-Cortés, D.X., Corrales-Reyes, I.E., Calderón, R., Pinto Tapia, B., Arias Gallegos, W.L., & Petzold, O. (2022). What Is the Support for Conspiracy Beliefs About COVID-19 Vaccines in Latin America? A Prospective Exploratory Study in 13 Countries. Front. Psychol., 13, 855713. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2022.855713

 

Díaz-Vilela, L., & Álvarez-González, C. J. (2004). Differences in paranormal beliefs across fields of study from a Spanish adaptation of Tobacyk's RPBS. Journal of Parapsychology, 68(2), 405-421. http://www.sgha.net/library/DiazAlvarezDEF.pdf

 

Dagnall, N., Parker, A., Munley, G., & Drinkwater, K. (2010). Common paranormal belief dimensions. Journal of Scientific Exploration, 24(3), 431-437. https://bit.ly/3StpVPu

 

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Salas-Wright, C. P., Olate, R., & Vaughn, M. G. (2013). Religious Coping, Spirituality, and Substance Use and Abuse Among Youth in High-Risk Communities in San Salvador, El Salvador. Substance Use & Misuse, 48(9), 769–783. https://doi.org/10.3109/10826084.2013.793357

 

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Tobacyk, J. J., Nagot, E., & Miller, M. (1988). Paranormal beliefs and locus of control: A multidimensional examination. Journal of personality assessment, 52(2), 241-246. https://doi.org/10.1207/s15327752jpa5202_5

 

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Van Prooijen, J. W., Douglas, K. M., & De Inocencio, C. (2018). Connecting the dots: Illusory pattern perception predicts belief in conspiracies and the supernatural. European journal of social psychology, 48(3), 320-335. https://doi.org/10.1002/ejsp.2331

 

Wish, G. A. L. (2014). Gender Differences in Paranormal Belief. SFUψUJP  Undergraduate Journal of Psychology, 1, 11-17. https://journals.lib.sfu.ca/index.php/ujp/article/view/3008